Ah sí. Y ora hay que agradecerle al goberts y a su fiscal que el infierno que vivieron dos doctoras haya llegado a su fin, que las hayan rescatado con bien, que el grupo antisecuestro se haya lucido como nunca, aunque por una de ellas se pagara un millonario rescate que nadie dice dónde quedó.

Sí pero como que no.

Punto uno. La novela de Javier Duarte de Ochoa vuelve a ser inverosímil. Dice el goberts de Veracruz que su Unidad Especial Antisecuestro, esa que nunca trabaja, rescató primero a una de las doctoras secuestradas en Minatitlán y la puso a salvo.

Punto dos. Después ubicó a la otra galena y realizó la aprehensión de tres de los plagiarios.

Punto tres. Aseguran los médicos que se organizaron para protestar contra la oleada de secuestros, que no hubo tal rescate, que a la doctora Marcela Esparza Figueroa, directora del Hospital General de Minatitlán, lo que la salvó fue el pago de un rescate millonario.

Punto cuatro. Todo mundo sospecha que la policía está involucrada en los secuestros y cuando se armó el merequetengue mejor hicieron como que liberaban a las víctimas.

Entonces volvemos al escenario de la falta de credibilidad, porque apenas se armó el desmadre, cuando salieron los doctores a marchar, cuando acusaron a las autoridades de ineptas, cuando pidieron que se fuera el Mando Único Policial y la prensa nacional volvió a poner los ojos en Veracruz, como por arte de magia fueron rescatadas las dos plagiadas.

Sí, güey. Esta policía antisecuestros hace milagros.

La oleada de secuestros incluye a 15 personas, entre ellas reconocidos médicos de Minatitlán y Coatzacoalcos, levantadas en cuestión de días, cimbrando a la sociedad que se siente más indefensa ante el avance de la delincuencia y la pasividad de las autoridades.

Uno de los casos tuvo un final lamentable. Al hijo de un médico lo plagiaron, pidieron rescate y lo asesinaron.

Otros tres casos fueron la gota que derramó el vaso. Uno, el del doctor José Natividad Contreras, en Coatzacoalcos, y los de las doctoras Marcela Esparza y Carmen Medel, en Minatitlán.

Los médicos veían venir que todos iban a pasar por la báscula de los secuestradores. A todos los iban a trasquilar. Uno a uno, iban a recibir la visita de los delincuentes y serían llevados a un destino incierto del que quizá no iban a regresar.

Por eso las acciones que tomaron, manifestándose en las calles, protestando con civilidad, exigiendo justicia, seguridad, responsabilidad por parte de la autoridad.

Su actitud fue un mensaje. Sí, un mensaje al gobierno y a la delincuencia. Si los secuestradores son reales, se les dijo que el gremio de los médicos y la sociedad que los respalda no están dispuestos a seguir tolerando que actúen con total impunidad.

Despertó un gremio que por autodefensa, pasó de la defensiva a la ofensiva, que exhibió la incapacidad del gobierno de Veracruz ante el avance del crimen organizado, que mostró cohesión para denunciar el estado de vulnerabilidad en que viven los veracruzanos.

Una de sus demandas provocó alerta entre el círculo de gobierno: la desaparición del Mando Único Policial por incapaz. Es decir, el fracaso de la Marina, el Ejército y la Policía Estatal en la lucha contra la delincuencia.

Y una vez que los medios de comunicación nacionales volvieron a señalar a Javier Duarte como la nulidad que es, se logró el supuesto rescate de las dos doctoras.

Otra vez la sospecha sobre el gobernador. Cada vez que hay presión mediática y movilización de la sociedad vienen las soluciones mágicas.

Dice el gobernador Javier Duarte que este fue un golpe del grupo antisecuestros, que ellos rescataron a las dos doctoras de Minatitlán y que se logró la captura de tres de los delincuentes que tienen de cabeza al sur de Veracruz.

Entonces hay un fracaso: el del doctor José Natividad Contreras, de Coatzacoalcos, que fue arrojado en un pantano de Cosoleacaque, muy golpeado. Ahí ganaron los hampones.

Pero el fracaso sigue y continúa cuando se sabe que al hijo de un médico de Minatitlán lo mataron. Y se extiende ese fracaso cuando se sabe que son 15 secuestros denunciados y quizá decenas más sin que Javier Duarte pueda presumir que los resolvió y que aprehendió a los delincuentes.

Javier Duarte asegura que la doctora Marcela Esparza fue rescatada por el grupo antisecuestro. Los médicos que se movilizaron dicen que ellos colaboraron con la familia para reunir el dinero que permitió pagar un rescate millonario. Yo le creo a los doctores.

Siempre es igual. En este como en muchos casos, como por arte de magia la Fiscalía General resuelve los secuestros. Apenas siente la presión social, aparecen los secuestrados.

Es por eso que muchos sospechan que la policía algo tiene que ver.

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