​Cuando hay humo es que algo se quema. Así le está ocurriendo a Veracruz y en especial al sur, aquí donde, como dijera el inolvidable José Alfredo, la vida no vale nada.

Mataron al niño de 12 años en Chinameca, que por un pleito de cantina, dijera el secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado. Y podrá ser por lo que se les pegue la gana, pero lo pinche está en que ese pequeño angelito que despertaba a la vida ya no está.

No fue por un pleito de cantina. Fue por la demencia y el odio de un desgraciado que no se tentó el corazón para matar al chiquillo cuando éste abrió la puerta de su hogar.

Dicen los chinamecanos que ahí ya se la habían jurado. El padre y el asesino traían pleito personal. Se encontraron en una cantina. Se miraron feo. Se echaron una que otra hablada. Que el padre del niño se fue a la barra y ahí el cantinero le dijo que mejor se retirara porque escuchó que algo le iban a hacer.

Supuestamente lo sacaron por la parte de atrás de la cantina y se fue. Se dirigió a su casa. Estaba tranquilo, olvidando lo que había sucedido, cuando llamaron a la puerta. El niño se adelantó y abrió. Y sonaron los balazos, cayendo fulminado.

El que lo mató, Rafael Carmona Lara, se peló. Y ahí comenzó esta ola de protestas que comienzan incendiar el sur de Veracruz.

La gente salió de sus casas, indignada al saber que al pequeño de 12 años le habían arrancado la vida. Se organizó y comenzó a asediar al gobierno municipal.

El asunto se complicó porque el alcalde Víctor Salomón Carmona es primo del asesino. Y en cierta forma de eso se valió el criminal para ultimar al niño, suponiendo que su primo lo habría de proteger.

Los manifestantes protestaron frente al palacio municipal e iniciaron un incendio que no pasó a mayores aunque se hubiera difundido que están quemando el inmueble.

Después ocurrió el bloqueo a la carretera costera a la altura de la desviación a Oteapan, provocando un caos vehicular impresionante por la cantidad de automóviles que quedaron atrapados, incluyendo a los particulares, los de transporte de personas y los de carga.

Un rato más tarde aquello era la muerte. Muchos protestaban por el bloqueo y muchos expresaban que no iban a liberar la carretera hasta que el gobierno diera con el paradero del matón Rafael Carmona Lara.

Quisieron retirarlos con la fuerza pública, o sea a punta de chingadazos, y se encontraron con que tenían bombas molotov. Negociaron, presionaron, les echaron montón policíaco y lograron que las vías bloqueadas fueran liberadas.

El otro asunto son los secuestros de médicos. Son ocho en cosa de días. El que más llamó la atención fue el de la doctora Marcela Esparza Figueroa, directora del Hospital General de Minatitlán, lo que desató las protestas de los galenos.

Al salir a las calles a marchar y a exigir seguridad, le enviaron una señal clara al gobierno del estado de Veracruz y a los alcaldes: no más violencia, no más secuestros, no más negligencia. y si no pueden con el problema, renuncien.

Otro hecho de violencia se dio cuando llegaba el gobernador Javier Duarte de Ochoa al aeropuerto de Canticas para dar los detalles de la liberación de las doctoras. Un grupo de estudiantes del Tecnológico de Minatitlán se manifestaba cuando las fuerzas de Seguridad Pública arremetieron contra ellos. Uno los participantes resultó herido en la parte baja de la cabeza y su imagen sangrante le dio la vuelta al país.

El ambiente en el sur es de encono. El asesinato del niño provocó reacciones de furia entre la población, no sólo en Chinameca sino en todo el sur de Veracruz. Y va a crecer mientras no sea detenido el criminal.

La gente que protestaba bloqueando la carretera costera levantó el plantón pero advirtió que o es presentado Carmona Lara o regresarán y aumentarán la movilización.

Secuestros, asesinatos, robos a casa habitación y a comercios, gente levantada de la que nunca vuelve a saberse nada, falta de empleo, falta de aplicación de la justicia y el miedo a salir del hogar por el temor a ser víctima de la delincuencia, es lo que ha generado que el sur de Veracruz se comience a incendiar.

Y como cuando hay una herida y llega alguien y le pone limón, así le ocurre a los veracruzanos. Llegó el secretario de Gobierno, Flavino Ríos, y señaló que se usará la fuerza pública para desalojar si ocurren nuevos bloqueos.

O sea que el incendio apenas prendía y que llega FRA y le arroja un galón de gasolina, estando el fuego a unos metros de un polvorín donde todo puede estallar.

Si hay humo es que el incendio ya empezó. 

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