¿Fue debate? Ni mais. Fue una jornada de acusaciones y descalificaciones que no dejaron saber qué propone cada candidato, cómo podrían sacar a Veracruz de la crisis, qué ofrecen a la sociedad y por qué deben votar por ellos.

Sólo faltó que los primos Yunes se tiraran el sartén y los frijoles encima, que revelaran cuál de chiquito mojaba la cama en las noches y a quién de los dos se le voltea el chirrión.

Quedó a deber el debate y de paso opacaron lo que sí proponían los otros cuatro candidatos, el Bueno, el Pipo, el Méndez y doña Albita, que ¡ah jijo! tiene una lengua insultante que no la tiene ni Obama.

No repito lo que ya se ha dicho, escrito, platicado, reflexionado, analizado, criticado y vomitado hasta el cansancio. Resumo que la guerra entre los Yunes es algo así como Kramer contra Kramer, Viruta contra Capulina, el Ying contra el Yang, la Jitomata contra la Perejila o el América contra el Guadalajara.

Pura leña de uno contra otro en algo que quiso ser debate y terminó siendo ring de box, arena de la Triple A o dogo de karate político.

A decir verdad, no había mucho que pedir. Era lo que se esperaba y será igual en futuros debates, presenciando todos y escuchando que los primos Yunes están más sucios que un drenaje azolvado.

Sí propusieron qué hacer en materia de seguridad y justicia, economía y empleo y desarrollo social. Sí, pero, la verdá, me cuesta trabajo acordarme.

Miguel Ángel abrió fuego diciéndole al primo del PRI, Héctor Yunes, que fue empleado Fidel Herrera Beltrán y es empleado de Javier Duarte. Y que por eso el priista no los critica, que ha sido omiso y cómplice con su silencio de quienes llevaron a Veracruz al estado de inseguridad y violencia que se vive hoy.

A partir de ahí Héctor Yunes Landa le soltó de todo al panista. Le recordó que lo acusan de pederastia, que dejó que se fugara el Chapo Guzmán la primera vez, que es responsable de un desfalco de más de 60 millones de pesos en el ISSSTE, que con él llegó el narcotráfico a Veracruz, que fue el primer corrupto en salir del PRI, que tiene cuentas en Panamá, que tiene casas y yates y muchas lindezas más.

Obvio que Yunes Linares se defendiera, que refutara todo, que dijera que de todos esos delitos ni uno le han podido probar, que la descalificación es lo único que trae Yunes Landa y sus jefes Fidel Herrera y Javier Duarte porque ven venir que el 5 de junio van a tener que entregar el poder cuando la gente de Veracruz salga a votar masivamente en contra del PRI.

Los dos hablaron de seguridad y los dos se echaron leña. Héctor Yunes proponiendo traer a la Gendarmería Nacional, crear el Grupo Antisecuestro y renovar la policía estatal, que está bien coludida con el crimen organizado. Miguel Ángel Yunes mencionó que su plan de seguridad parte de la militarización de los mandos policíacos para ir saneando las corporaciones.

Y propusieron construir carreteras, fomentar el empleo, traer a cuentas a los corruptos que han de robar sin piedad. 

Pero fue tanto el golpeteo que ni quién recuerde qué ofrecen si llegan a ser gobernador. Yunes Linares sacó sus encuestas, las mismas que ahora muestra en un video, en que todas los sondeos lo ubican como el seguro ganador de la elección. Ahí ya no pudo Héctor Yunes decir nada.

Al ratito empezó el posdebate, los gritos y los aullidos en las redes sociales, cada quien proclamando que su candidato fue el ganador. El PRI movió sus medios de comunicación, todos diciendo que Héctor Yunes ganó. Miguel Ángel Yunes emparejó en Facebook y Twitter, exhibiendo cómo le contestó a su primo del PRI.

Yo creo que ganó el escándalo. No recuerdo bien a bien sus propuestas, qué harían para sacar a Veracruz del desmadre en que lo metieron el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán y el gobernador Javier Duarte de Ochoa.

Hasta lo que propusieron Albita, la majadera mientamadres, Bueno, Méndez y Pipo, se me borró. Todos hablaron bien, pero se perdió su oferta política en el mar de acusaciones que se lanzaban los primos Yunes, despertando el morbo de muchos, gozando otros al ver que en candidato contrario recibe el golpe, se dobla pero no se quiebra y se repone para volver a la carga.

¿Fue debate?, me pregunto con algo de ingenuidad, cuando todos sabemos que un debate es un contraste de ideas, propuestas, proyectos y tesis. Y aquí lo que ocurrió fue la guerra de ataques que se lanzaron los dos más firmes contendientes a la gubernatura de Veracruz.

Si esto ocurre en el primer debate formal, qué es lo que espera a esta lucha política. Vendrán los dos que organiza el Órgano Público Local Electoral y los de otros medios de comunicación.

De lo que estoy seguro es que de seguir así, muchos ciudadanos terminarán por no acudir a votar. Neta que no.

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