Qué afán de Miguel Ángel Yunes de querer besar al diablo, de enredarse con lo que repudia el pueblo y tener de su lado a quienes por la loca ambición y la desmedida prepotencia se fueron ganando el rechazo de la sociedad. Renato Tronco ya se siente de los yunistas del PRD-PAN.

Hace tiempo lo presumían y no les creía. Decían los tronquistas que el Ratón Vaquero, en ausencia, operaba ya para Miguel Ángel Yunes, que le pondría un titipuchal de votos en el distrito 30 y que le harían manita de puerco a quienes no quisieran jalar en la zona rural.

Se les oía decir que Fidel Herrera y Javier Duarte fueron sus aliados, lo usaron, lo encumbraron y lo desecharon hasta terminar persiguiéndolo por el crimen del ex regidor Alfredo Perez Juárez, en un caso que desde un principio se politizó. Y que Renato, tarde o temprano, les cobraría la traición.

Sin Fidel, el Ratón Vaquero no sería lo que llegó a ser. No hubiera dispuesto de todo en Las Choapas, de las patrullas de policía y de la policía misma para su protección personal y de su familia, y para las fiestas que organizaba en sus ranchos.

Se sirvió con el cucharón cuando diseñó el programa de obras públicas siendo alcalde. 

Y cuando no lo era, presionó con su grupo incondicional, metiéndose al palacio municipal, tomando carreteras, llevando el desmadre a todos los confines del sur de Veracruz. Y lo hacían porque papá Fidel y hermano Duarte le permitían todo.

Cuando cayó en desgracia y le fue revivido el caso Pérez Juárez, que fue parte de la politización del crimen, Renato se convirtió en Spidy González, pegando la nada graciosa huida porque tras ser desaforado como diputado quedó en manos de la justicia duartista.

Eso ha sido correr y correr y correr. No se deja ver. Dicen anda cerca de Las Choapas. Dicen que anda en otro estado. Dicen que se fue del país.

Hace meses corrió la voz que el tronquismo ya no jala con Héctor Yunes porque el candidato del PRI al gobierno de Veracruz hizo lo que acostumbra: usar a la gente y tirarla a la basura. Y a Renato le vio cara de pañal usado. Y lo tiró.

Tenía abierto un frente con Fidel, otro con Javier Duarte de Ochoa y abrió uno más con Héctor Yunes.

Decían los tronquistas que algo tejía Renato Ratón desde su exilio y que volvería por el poder perdido. Decían que por necesidad mutua operaría para Miguel Ángel Yunes Linares.

Era algo difícil de creer y es algo difícil de creer aún. Pero su gente lo dice y dan señales de que operan para darle al candidato de la coalición PRD-PAN los votos que le hagan ganar el distrito 30. Y que esa es la línea del Ratón Vaquero.

Concediendo que sea cierto, Yunes Linares debe andar mal en su intención de voto en el distrito Coatzacoalcos Rural para que le tenga que echar la mano un tipo por cuyas venas corre sangre de serpiente.

Pactar con Renato es peor que pactar con el diablo. El diablo concede pan, poder y riqueza. Renato se chinga todo eso.

Yunes Linares es un personaje frío, calculador, formado en la vieja escuela del PRI, como un celador del sistema, como un guardián del poder que no permite que nada ponga en riesgo la estabilidad de los intereses de los hombres que mandan, esté o no en el PRI.

Y quizá por esa frialdad sea que haya indicios de que Yunes Linares y Renato se van a tapar con el mismo sarape en esta elección.

Uno tiene derecho a resistirse a creer. Uno puede rechazar lo que se divulga. Uno puede sentirse sabio y expresar que ver trabajando juntos al candidato del PRI y al minicacique perseguido es un auténtica estupidez.

Pero lo que no puede hacer uno es cerrarse a la capacidad que tienen los políticos para lanzarse a la conquista del poder, valiéndoles todo. Y eso implica que si tienen que pactar con lo más pior, vénganos lo más pior.

No se ve por dónde pudiera regresar Renato Tronco a Las Choapas si gana el PRI. Con Héctor Yunes van a seguir los fidelistas y los duartistas, que son quienes quieren verlo en la cárcel. 

El juicio de amparo para deslindarse de responsabilidad en el caso del asesinato del regidor Alfredo Pérez Juárez, se resuelve en los primeros días de mayo. Abogados y periodistas bien informados dicen que lo va a ganar, pero no se descarta que el gobierno duartista le endilgue otro delito.

Yunes Linares es el último clavo del que puede colgarse Renato Ratón.

No hay priista que meta las manos al fuego por un tipejo acusado de un crimen, que no se robó el palacio municipal porque pesa mucho, que cuando pudo le puso su madriza a la población y que con él proliferaron todo tipo de vicios, incluyendo la droga y los migrantes.

Pero conociendo a Yunes Linares y sabiendo la necesidad de votos que tiene, él si pactaría con Renato Tronco.

Aunque el Ratón Vaquero termine quemando a Yunes Linares.

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