Olía mal y resultó que el asunto es la pura pudrición. La asesora no es asesora, es la cuñada del alcalde Daniel Martínez Hernández y cobra sus 40 mil pesos al mes.

De por sí pagarle tal cantidad a un asesor es insultante, pues mucho más indignante que la tal Sandra Luz Cordero Guerrero haya resultado ser la esposa de Felipe Martínez González, hermano del alcalde de Agua Dulce.

O sea que el billete se está quedando en familia, disponiendo del erario porque el presidente municipal, Daniel Martínez, no tiene empacho en que la beneficiaria sea de casa.

Con ese salario, Sandra Luz Cordero Guerrero ha representado una sangría económica para el erario de Agua Dulce de más de un millón pesos, mientras al personal del ayuntamiento le pagan una miseria.

Otra vez quien revela la podredumbre que prevalece en el ayuntamiento que preside Daniel Martínez es la reportera Violeta Santiago, que le hace las cuentas y evidencia que a la “asesora” le pagan hasta la risa.

Dice Violeta Santiago:

“Según el tabulador de percepciones del municipio hidrómilo, Sandra Luz Cordero Guerrero tiene un sueldo de 12,000 pesos más apoyos de 2,450 pesos por conceptos como despensa, asistencia y puntualidad, cada uno, más una previsión social de 4,800 pesos.

“Con un descuento por Impuesto Sobre la Renta (ISR) de 3,989 pesos, quincenalmente la esposa de Felipe Martínez González, hermano del alcalde, obtiene un sueldo de 20,160 pesos, que gana desde que la actual administración inició, es decir, desde enero de 2014. El acto de nepotismo ha costado al erario cerca de 1.2 millones de pesos desde el inicio de la administración hasta la actualidad.

“Es una clara violación al artículo 115, en su último párrafo, de la Ley Orgánica del Municipio Libre para el estado de Veracruz incurre actualmente el Ayuntamiento de Agua Dulce, pues el extracto señala: ‘Se prohíbe designar, para desempeñar cargos de confianza en el Ayuntamiento, a personas a quienes les ligue relación conyugal, de concubinato o parentesco consanguíneo o por afinidad, en línea recta o colateral hasta el cuarto grado, con servidores públicos municipales’ ”.

Eso dice la ley, pero los calzones del alcalde Daniel Martínez son mucho más grandes. Para él su cuñada se merece eso y más, aunque no sabemos sí el dinero lo disfruta la “asesora” o si lo tiene que compartir.

El delito está cometido y eso no está a discusión. Daniel Martínez no podía asignarle un salario a su cuñada por las restricciones que marca la ley, pero le valió.

El tipo es un gañán. La ley se la pasa por donde le apesta. Favorece a la esposa de su hermano Felipe, quien es una especie de alcalde bis o de hermano incómodo, o Rasputín región 4, o la conciencia de Daniel. Pero de que se chingan la lana, se la chingan.

Lo que hace el “alcalde” Felipe es como para denunciarlo por usurpación de funciones, tráfico de influencias y fraude. Atropella las atribuciones de los ediles y, por ejemplo, se pone a dispararle órdenes al personal administrativo de la Policía Municipal.

Otro día asume funciones de jefe de compras, encargado de la entrega de combustible, de los recursos correspondientes a los programas sociales federales, los apoyos de Protección Civil estatal, las láminas y despensas. Es Felipe el todólogo.

Felipe Martínez asegura que él no cobra, que todo lo hace por apoyar a su hermano Daniel. Pura habas. No cobra Felipe pero el pago se lo hacen a su esposa, Sandra Luz Cordero Guerrero, la asesora de oro, que a cambio del silencio se lleva su buena tajada del pastel.

Los que saben de las implicaciones que tendrá para el alcalde, sólo hacen números. El daño patrimonial es superior a un millón de pesos y lo tendrá que resarcir Daniel Martínez porque fue pagado de manera ilegal.

Todo mundo sabía lo que estaba ocurriendo. Violeta Santiago solicitó la nómina completa vía el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información y ahí apareció Sandra Luz Cordero. Fue entonces que los ediles comenzaron a hacerse bolas. Unos decían que la asesora estaba en Xalapa y que nadie como ella para abrir puertas, cabildear citas con funcionarios del gobierno de Veracruz, y que hasta tenía un despacho de abogados en la capital de Veracruz.

Todos estaban mintiendo.

Por si Daniel Martínez no lo percibe, la bronca es de graves consecuencias, en lo económico y en lo moral. Basta una denuncia de sus enemigos, que son un chingo, y se lo van a ejecutar porque actuó con dolo, favoreciendo a una familiar, pegándole al erario y engañando a toda la sociedad.

Les digo: esto olía mal y ahora apesta.

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