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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Iban por una niña y dejaron dos muertos

05/05/2016 08:27 a.m.

​Terrible que acudas por tu hija al centro de preescolar, que te acerques al plantel, que te acaben de entregar a la menor, que intenten secuestrar a la niña, forcejees, la protejas y te quiten la vida. Eso le ocurrió a la empresaria Leticia Candelaria González Chávez.

Y lo más cañón, que esto ocurra cuando los mentados políticos prometen seguridad, regresar a los tiempos de paz, acabar con la violencia y aniquilar a la delincuencia.

Leticia González llegaba por su hija al colegio Anglo Mexicano, en Coatzacoalcos, a las 13:15 del miércoles 4 de marzo. Descendió de su vehículo, una camioneta lujosa, con placas del estado de Morelos. También bajó del auto su chofer y escolta de seguridad, Antonio González.

Se acercaron a la puerta del plantel y esperaron a que les entregaran a la niña. Cuando se dirigían a la camioneta, dos tipos armados los interceptaron. Tenían la intención de llevarse a la pequeña. Leticia González y el chofer-escolta lo impidieron. Entonces se escucharon las detonaciones.

Junto a la camioneta quedó tendido, ensangrentado, el cuerpo del chofer Antonio González, sin un hálito de vida. Del otro lado del vehículo, cerca de la puerta de copiloto, se hallaba la mamá de la pequeña, Leticia Candelaria González Chávez, sobre el pavimento.

Ella aún vivía. Llegaron los paramédicos y trataron de salvarla. Sin embargo, minutos después murió.

La niña fue resguardada dentro del plantel por uno de los vigilantes. El personal docente corrió a resguardarse mientras se escuchaban los disparos.

Los testigos aseguran que los delincuentes viajaban en una camioneta Windstar, color blanca, con un signo de pesos en uno de los cristales. Tras ejecutar a Leticia González y al chofer-escolta, huyeron con rumbo desconocido.

La noticia cimbró a Coatza y a muchos otros lugares porque, se suponía, las fuerzas policíacas se están aplicando a todo lo que da. Habían anunciado que llegarían 200 agentes de la policía para reforzar al Mando Único. Se había ofrecido por parte del gobierno de Veracruz que la seguridad estaba garantizada y que pronto bajarían los niveles de violencia.

Leticia González era propietaria de un centro de juegos infantiles llamado Smiling Games, ubicado en Plaza Quadrum, frente a Plaza Forum. En su medio era conocida, sobre todo entre la gente que invierte y crea empleos.

La violencia nunca llega por casualidad. Es un conjunto de factores que la van gestando. Leticia González había expresado días antes del atentado sus temores de ser vigilada. Lo percibía y se había percatado que un individuo la observaba cuando acudía por la niña al Anglo Mexicano.

Otras versiones hablan de que era vigilada en su negocio, no sólo al momento en que recogía a la pequeña al salir del preescolar.

La indignación en redes sociales no se hizo esperar. Los crímenes siguen a la orden del día, esta vez al tratar de secuestrar a la menor.

Hace un mes, cuando se registró un alarmante incremento en los secuestros y varios médicos de Minatitlán fueron privados de su libertad en aquella ciudad y en Coatzacoalcos, algunos retornando con su familia previa entrega de millonarias cantidades a cambio de su vida, otros muriendo, hubo manifestaciones y marchas. Salieron a reclamarle al gobierno su falta de acción en materia de seguridad. También cerraron clínicas y consultorios en protesta por la falta de resultados del gobierno de Veracruz.

Entonces se anunció que habría 300 policías más para Minatitlán y 200 para Coatzacoalcos, provocando suspicacia y que alguien expresara que esas medidas son un engaño, que llegan los policías y a los pocos días los comienzan a retirar.

Dicen los portales en internet que minutos después del intento de secuestro de la menor y el crimen de su mamá y el chofer, a las puertas del colegio Anglo Mexicano, comenzó el sobrevuelo de helicópteros a baja altura cerca del lugar donde ocurrió el hecho de sangre. Eso de nada sirve. Ya mero los asesinos se van a quedar a esperar a que los aprehendan.

La indignación apenas se está expresando. En los próximos días arreciará la oleada de críticas contra un gobierno que no puede con el fenómeno de la violencia, que se le crece el crimen organizado, que ha dejado sola a la ciudadanía y que deja la seguridad en manos de una policía que se colude con la gente que anda fuera de la ley.

La verdá, que terrible es lo que ocurre a la gente. Leticia González fue por su pequeña al colegio y ya no regresó con vida. En un instante dos familias, la suya y la del chofer Antonio González, quedaron destrozadas.

Mientras, los políticos que quieren ser diputados nos seguirán diciendo que para ellos la seguridad es primordial, que será la tarea central cuando pasen por el Congreso.

Ni como creerles.

(Comentarios y tips a: [email protected])


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