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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Para el fiscal, los secuestrados muertos no cuentan

11/05/2016 08:30 a.m.

​Neta, ¿en qué mide el éxito el fiscal de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras? ¿En la cifra de detenidos por secuestro, en el número de los secuestrados liberados con vida, en el número de secuestrados liberados porque se pagó un rescate o en el número de secuestrados muertos?

Me hago la pregunta. Seguro se la han de estar haciendo muchos más. Y no doy.

En Coatzacoalcos, con ese estilo que evidencia su narcisismo, convertido en la estrella de la película, dio una conferencia de prensa y presentó la información con todo detalle de la desarticulación de una banda de secuestradores, El Piquitos, que era el terror de la población.

Hasta ahí bien. 

Explicó que esa banda secuestró a dos personas recientemente. Pidió rescate. Trató de cobrar el dinero en el estacionamiento de un centro comercial del puerto —Fábricas de Francia— y se logró la aprehensión de uno de los delincuentes cuando pretendía huir.

Dijo el fiscal general que otros miembros de la banda fueron detenidos también. Otros dos tipos cayeron en manos de la policía en una colonia de Coatzacoalcos. En total, ocho aprehendidos.

Luis Ángel Bravo vino a pavonearse, como siempre, a presumir que su Fiscalía trabaja a todo lo que da, que la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UCES) da mayores resultados de lo que se tenía previsto y que el asunto del secuestro está bajo control.

Sólo un detalle: los dos secuestrados ya habían sido asesinados y fueron inhumados clandestinamente.

Ah, chingá. Entonces el éxito no es tal. O lo que para el fiscal Bravo Contreras es éxito, para los familiares de las víctimas es dolor y llanto.

El caso de “El Pikitos” no tuvo un final feliz. Bravo dice que apañaron a los secuestradores y que la persecución llevó hasta la casa de seguridad donde se hallaban los cuerpos de un comerciante y un jubilado de Pemex, enterrados en forma clandestina.

Bravo asegura que no presume —“porque se oiría muy mal”— pero de que es mamón el fiscal, es mamón. La funcionalidad de la Unidad Antisecuestro, sostiene, ha superado las expectativas. “Yo le puedo decir que de los asuntos que hemos conocido en más de 10 ocasiones he estado en el sur revelando resoluciones”.

Sí, pero para decir que cayó la banda y que las víctimas lamentablemente quedaron en condiciones deplorables o no lograron sobrevivir. ¿Eso es como para sentirse realizado?

La Unidad Antisecuestro, reconoce el fiscal de Veracruz, trabaja de manera hermética. Investiga y no comparte información. Se confronta con otras fuerzas de seguridad, entre ellos la Naval, la Fuerza Civil, y no les deja saber qué ha investigado.

Cuando la Unidad Antisecuestro cuenta con toda la información, agrega Bravo Contreras, es cuando requiere el apoyo de otras fuerzas de seguridad. ¿Qué nos dice eso? Que se trabaja en un clima de sospecha, donde se teme que entre los navales y elementos de la Fuerza Civil pudiera haber alguna filtración. Y eso que afirma el fiscal nos lleva a pensar que hay colusión con quienes se dedican a la industria del secuestro.

Luis Ángel Bravo sólo viene al sur de Veracruz, y casi siempre a Coatzacoalcos, cuando la papa está caliente o cuando tiene que maquillar algún desmadre provocado por personal de la Fiscalía. Pero los éxitos sólo los ve él.

Es cuestión de recordar.

El fiscal “resolvió” el caso de la niña Karime Alejandra Cruz Reyes y su tía, cuando las dos habían sido asesinadas. Todos sabían el desenlace pero el fiscal lo pospuso, alentando falsas esperanzas en los padres de la niña, mientras se celebraba una reunión política en Boca del Río. Después presentó a un detenido y de los otros nadie volvió a saber más.

En el caso de los médicos de Minatitlán y Coatzacoalcos secuestrados, vino el gobernador Javier Duarte de Ochoa y el mismo fiscal. Dijeron que gracias a una acción de la Unidad Antisecuestro se les había podido liberar y que los secuestradores ya estaban en prisión.

No fue como lo planteó Bravo Contreras. Familiares y amigos, incluidos muchos médicos, aportaron para pagar el rescate de una de las doctoras. La otra, que oficialmente ya estaba con su familia, apareció días después, una vez que se entregó una fuerte cantidad por ella.

Aquí les dije, tiempo atrás, que Luis Ángel Bravo es “ave de mal agüero”. Cuando llega al sur no trae buenas noticias. Maquilla los crímenes destacando que lo mejor de todo es que ya tiene a los culpables. ¿Y el dolor de los familiares de las víctimas? 

Si a mí me dieran a escoger qué prefiero, les diría que a las víctimas a salvo, rescatadas con bien, aunque los delincuentes se pelen.

Pero el fiscal piensa al revés: que caigan los delincuentes para exhibirlos como trofeo, aunque las víctimas ya estén muertas.

Así mide su supuesto éxito el fracasado fiscal.

(Comentarios y tips a: [email protected])​


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