​Y de pronto a los cerdos les salieron alas. Dejaron de ser Porkys y se volvieron ángeles del bien, a los que injustamente se les llama violadores, pero que con la fuerza de Facebook y Twitter, faltaba más, demostrarán la limpieza de su alma.

Mentecatos, abusivos, cómo no le pasa lo mismo a su hermana o a su madre, quizá algún día a una de sus hijas, para que sientan en carne propia lo que Daphne experimentó cuando se le privó de la libertad, cuando su cuerpo era tocado contra su voluntad, cuando era objeto de una violación.

Enrique Capitaine Marín ha sido detenido, le habrán de dictar auto de formal prisión, lo sujetarán a juicio, apelará, se irá al amparo y en la cárcel donde lo recluyan los reos podrían hacer lo mismo que él le hizo a la chica.

Su padre, el exalcalde de Nautla, Felipe Capitaine, y su madre, Jacqueline Marín Lara, son ahora quienes pretenden victimizar al terrible muchacho en las redes sociales y lanzarnos el choro de que la mala es Daphne.

La madre de Enrique Capitaine habla con una soberbia que dan ganas de mandarla a que le haga compañía al chingao chamaco. Acusa a los periodistas de ser los causantes de que a los Porkys les hayan echado la culpa de la violación de la joven, porque, dice, todos son unos “vendidos” y fueron organizados para desatar una campaña contra su pequeño cuervo.

“Miguel Ángel Yunes le ha pagado a los medios para que lo inculpen. Él ha estado detrás de todo esto. Desde México el PAN ha estado moviendo a ustedes, a los reporteros”, dice la ñora, como si no se supiera que el candidato panista a la gubernatura de Veracruz es un pinche codo que no le paga ni al Notiver, que es su medio consentido.

El padre, Felipe Capitaine, es el que orquesta la campaña por el chamaco, acusado de pederastia simple al haber agraviado sexualmente a Daphne cuando ella tenía 17 años, o sea era menor de edad.

Con razón el hijo salió como salió. Con una mamá soberbia y un papá gañán, el tal Enrique creía que podía hacer lo que le viniera en gana, hasta violar a las jóvenes de Veracruz.

Y ahora se sienten víctimas de una sociedad que los ha tenido que soportar, verlos jactarse de cómo menosprecian a los demás y tildando la madre del Porky a los periodistas por igual que todos son unos “vendidos” y que el que orquestó la campaña contra su querubín es Miguel Ángel Yunes Linares.

Qué se mete esta mujer para decir semejante estupidez, si la mayoría de los medios ni siquiera son de Veracruz, si Jorge Ramos de Univisión ni en cuenta con el candidato del PRI, si la prensa española lo único que ve es lo que está en el expediente, con pruebas contundentes que involucran a su hijo y a sus amigos.

La campaña a favor del Porky Capitaine es tan tonta como la mamá y tan perversa como el papá. Llevaron gente acarreada al penal de Playa Linda, en Veracruz, para que corearan que Enrique es inocente. Era gente de las colonias, beneficiarios de Prospera, el programa social que usa el PRI para ganar elecciones. A la gente le dan su lana y siempre votan por el PRI.

Los reporteros se acercaron a los acarreados. Les preguntaban si conocían a Enrique Capitaine y los pobres se quedaban de a seis. ¿Enrique qué de qué? Ni siquiera sabían cómo se pronunciaba el apellido del chamaco violador. 

El padre de Enrique Capitaine dio a conocer el contenido de la declaración del hijo, violando la secrecía del proceso judicial. Según la versión del Porky, la mala es Daphne. Ella quería seguir la juerga. Ella los obligó a llevarla con ellos. Ellos la trataron bien padre. Ellos le mandaron la ubicación donde estaban a los amigos de Daphne para que pasaran por ella.

O sea que no era Daphne, era Gatúbela y los llevó por el mal camino a Enrique Capitaine y a sus tres amigos. Sólo le faltó decir que la violadora es ella.

De veras que el papá del Porky insulta la inteligencia de los veracruzanos. Esa declaración la prepararon los abogados para tratar de exculparlos y evitar el juicio. Eso es común en los juzgados pero carece de sustento.

El padre quiere que ahora las redes  sociales sirvan a la causa de los violadores. Pretende que todos hagamos causa común con un grupo de granujas que tienen fama de violadores, de haber ultrajado a varias chicas en el colegio donde estudiaban, en Veracruz.

Felipe Capitaine es un personaje contradictorio. Primero envió a su hijo al extranjero, después a Las Choapas y finalmente a Coahuila. Cuando lo aprehendieron expresó que no veía tan mal su caso y que era mejor enfrentar las acusaciones que andar huyendo. Y ahora lleva porra al penal, lanza una campaña en Facebook y Twitter que debiera llamarse “Salvemos al Porky” y su mujer acusa que la culpa la tienen los periodistas vendidos.

Difícil que alguien les crea. Los Porkys no son ángeles.​