​Pensemos mal, seguro acertamos. Anuncian que viene la Gendarmería Nacional al sur de Veracruz y como por arte de magia aparecen los levantados que decían sus familiares, se los había llevado la Fuerza Civil.

Eso sí, están super golpeados, como si les hubiera pasado un ferrocarril encima, o como si se hubieran enfrentado a una turba de policías, de esos que para justificar que cumplen con su chamba, fabrican culpables a base de tortura.

Se trata de al menos seis personas que habían sido privadas de su libertad, a quienes se las llevaron individuos con uniforme policíaco verde en camionetas que en sus costados decían Fuerza Civil, algunos de ellos sacados de sus domicilios a la brava.

Como se le quiera llamar, son levantones. Y lo peor es que todo indica que es la Fuerza Civil la que se los llevó.

Muchos no creen en la magia. Sólo que en Veracruz es real. Alguien recitó el conjuro “Viene la Gendarmería Nacional” y los levantados comenzaron a aparecer.

Entonces qué nos queda pensar: que alguien que no es la delincuencia o el crimen organizado, está llevándose a la gente. Y la sospecha recae en la fuerza policíaca más equipada, mejor adiestrada, la que le ha costado una millonada al gobierno de Javier Duarte de Ochoa.

Los seis levantados corresponden a casos que se registraron en Coatzacoalcos y Minatitlán en un lapso de una semana. Cuatro de ellos son taxistas, dos de ellas mujeres.

Una maestra de Minatitlán, plagiada el 12 de mayo, ya está con su familia. Al parecer pagaron un rescate y la salvaron.

Otro apareció la noche del martes. Se llama Luis Emilio Rodríguez Bozas. A él también lo levantaron en Minatitlán, pero está vivo. Sus familiares marcharon y protestaron, señalando a la Fuerza Civil de habérselo llevado y la respuesta fue que apareció, todo golpeado, pero apareció.

Y qué decir de los tres taxistas levantados por un comando a la altura del kilómetro 5 de la carretera Transístmica, en Coatza. Sus compañeros se movilizaron y tomaron la caseta de peaje del puente Coatzacoalcos I. A las cinco horas aparecieron los tres taxistas, pero también golpeados a mansalva.

No se necesita ser un genio para intuir que la Fuerza Civil está actuando como si fuera el crimen organizado, que se lleva a la gente y la tortura, que la medicina resultó peor que la enfermedad.

Desde que la Fuerza Civil llegó al sur de Veracruz, todas las historias tienen el mismo perfil. Los uniformados llegan a las casas, se llevan a la gente con violencia, golpean y amenazan a quienes los enfrentan y se llevan a las víctimas.

De inmediato se les acusa de tener vínculos con el crimen organizado o de ser gente que se mueve en el bajo mundo, delinquiendo en total impunidad.

Este jueves 19 hubo una acción sangrienta en Coatzacoalcos. Cinco matones fueron ultimados en un enfrentamiento con fuerzas de seguridad. Una mujer que había permanecido secuestrada, fue liberada.

Pero cuando el director de la Fuerza Civil en el sur, Roberto González Meza, presumía del rescate de la dama y la muerte de los cinco sicarios, una mujer lo increpó. Le dijo que su hijo, el abogado Jorge Álvarez Javier, fue sustraído de su hogar por elementos de la Fuerza Civil. 

El tipo no sabía ni pex. Reiteraba a los reporteros que la Fuerza Civil no hace esas cosas, que debió tratarse de gente que se disfraza de policía y que ellos, la Fuerza civil, respeta los derechos humanos de todos.

Este caso ocurrió durante la madrugada del jueves 19. Varios policías irrumpieron el domicilio. Amagaron a la esposa del abogado, tirándola al piso y diciéndole que no hiciera panchos o le dispararían al marido. Y se lo llevaron, sin que hasta el momento aparezca.

La madre del abogado de 27 años no dejaba de exhibir que fue la Fuerza Civil. Dijo que el día previo al levantón una patrulla de la Fuerza Civil rondaba el domicilio. Fotografiaban la casa y aunque ella los vio, se percató de sus intenciones.

Alrededor de la una de la mañana se perpetró el levantón. Y la Fuerza Civil sigue vigilando el domicilio.

Mientras el director de la Fuerza Civil presume el rescate de una de las personas levantadas, los familiares de las víctimas denuncian que es esa corporación la que se lleva a la gente.

Esto no pinta bien. La Fuerza Civil es acusada de levantar ciudadanos cuando que obligación es garantizar nuestra seguridad.

Iban seis levantados cuando de pronto se anuncia que llega la Gendarmería Nacional al sur de Veracruz… y que aparecen los perdidos.

Eso nos dice que con la Gendarmería Nacional se acabará el negocio de la policía del gobernador, el negocio del secuestro.

Mínimo que los investiguen, que los enjuicien y que los condenen.​