​La cifra es alarmante. Son 27 casos, son muchos y lo peor es que se trata de personas secuestradas, solo en el mes de abril, en el municipio de Coatzacoalcos.

La cifra la da el Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos en su reporte mensual y ha prendido las alarmas dentro y fuera del gobierno de Veracruz, entre la misma sociedad que ve que esto cada vez se pone peor.

Sí, leyó bien. Son 27 secuestros tan solo en el mes de abril en un solo municipio, donde se encuentra la sede de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro, el cuerpo antisecuestro del que tanto presume en fiscal Luis Ángel Bravo Contreras.

Chequemos el dato: en marzo la cifra fue de seis secuestros. En abril la cifra es cuatro veces peor. Sí, se cuadruplicó este pex.

Dice el boletín del Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos (OCC):

“Cabe señalar que el incremento en el número de víctimas proviene de eventos que tienen como resultado un número masivo de éstas, un notable incremento de al menos 4 veces más con respecto al mes anterior. En marzo se presentaron seis eventos, al menos de los que se tiene registro”.

Más adelante el comunicado precisa:

“La región sur no está exenta. Los registros hemerográfico hacen cuenta de siete sucesos para abril, siendo los municipios de Minatitlán, Las Choapas y Agua Dulce los más afectados”.

Chútense esa. “Al menos de lo que tiene registro”, dice el OCC. Y eso nos remite a pensar que el flagelo del secuestro es mucho, pero mucho, peor.

Se tiene registro por las denuncias que se interponen en las agencias de la Fiscalía General de Veracruz y lo que los medios de comunicación difunden, a veces con denuncia ante la autoridad y a veces por la versión de la gente afectada.

Veracruz, de hecho, anda entre el segundo y el tercer lugar nacional en secuestros.

El otro punto a destacar es que los secuestros fueron masivos. Por eso el disparo de seis en marzo a 27 en abril. Porque se trata de levantones de varias personas simultáneamente.

En una revisión hemerográfica puede destacarse que la Fuerza Civil es acusada de levantar personas, lo que ha provocado una condena general de la población. Nadie en su sano juicio podría imaginar que la fuerza policíaca equipada para garantizar la seguridad, sirva realmente para sembrar miedo y reprimir a la sociedad.

Al saberse de los levantones, los familiares de las víctimas se han lanzado a las calles a protestar. Toman carreteras, bloquean puentes, se apoderan de casetas de peaje. Prácticamente paralizan el tránsito vehicular hacia el sureste del país y en respuesta las fuerzas del orden reprimen a los manifestantes, encapsulándolos sin importar que muchas veces resulten golpeados niños, mujeres y ancianos.

Esa presión hacia la autoridad motiva que los levantados aparezcan. Sí pero bien madreados. Y a ninguno le  han quedado ganas de hablar, de explicar, de revelar quiénes se lo llevaron y cómo fue que lograron quedar libres.

El Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos también habla de otros delitos cometidos en abril. Los más frecuentes fueron las desapariciones y los homicidios dolosos.

“Durante el mes de Abril en la ciudad de Coatzacoalcos se presentaron seis sucesos. En relación al mes anterior no existe variación ya que la cifra se mantiene conforme a lo ocurrido en marzo. Para el resto de la región sur se contabilizaron nueve. Un total de 15 homicidios. Al menos un evento cada dos días en promedio. Sin embargo, es importante señalar la persistencia en la tendencia de homicidio doloso durante el presente año”.

Aquí habría que poner el dedo en la llaga. Si en Coatzacoalcos se encuentra la sede de la Unidad Especializada Contra el Secuestro, ¿cómo es que el secuestro se dispara? ¿Cómo?

Las malas lenguas asocian a las bandas dedicadas al secuestro con la misma autoridad. Esa policía antisecuestro inició actividades y luego dejó de funcionar. Cuando los periódicos exhibieron que las instalaciones se encontraban en el más completo abandono, las reactivaron. Pero es evidente que no hay interés en combatir al secuestro.

La crisis ocurrió con los secuestros de médicos en Minatitlán y Coatzacoalcos. Sus colegas salieron a protestar y dejaron de dar servicio un día. Entonces el gobernador Javier Duarte de Ochoa y el fiscal Luis Ángel Bravo Contreras llegaron y anunciaron que ya todo estaba resuelto, que las víctimas estaban a salvo. Después se sabría que las liberaron pero porque pagaron su rescate.

Es una farsa total. El grupo antisecuestro no funciona o está de acuerdo con los criminales para que operen libremente. Por eso en abril la cifra de secuestros se cuadruplicó.

No se requiere mucha inteligencia para saber el origen del problema.

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