​Con ese chantaje, con el del Tiburón Rojo marchándose de Veracruz si gana Miguel Ángel Yunes Linares, cree Fidel Kuri que los veracruzanos nos vamos a volcar a votar por el PRI. Qué equivocado está.

Eso, por si no lo sabe Fidel Kuri, es moralmente incorrecto. Es usar un equipo de futbol con fines electorales, transgrediendo las normas deportivas y faltando a la ética porque es aberrante que pretenda tocar las fibras de los electores, sus sentimientos, para favorecer a su partido, el PRI.

Ha salido a decir, así, sin más prudencia ni cautela, que si el candidato de los partidos PRD y PAN gana la elección de gobernador el domingo 5 de junio, él se lleva al equipo de futbol Tiburones Rojos a otra plaza, al fin que hay muchos lugares del país donde les encantaría tener fut de primera división.

O sea, que en su reducida mente se fraguó usar a los fanáticos futboleros para acarrearle votos al PRI y quitárselos a Yunes Linares.

El argumento de Fidel Kuri, además diputado priista por Córdoba, amigo de Fidel Herrera y de Javier Duarte, es que Yunes Linares ha expresado que si llega a la gubernatura no apoyará a ningún equipo deportivo profesional.

 “Él ya fue claro y lo dijo en un debate —dijo Fidel Kuri—, que no habrá apoyo para ningún equipo profesional, incluyendo los Tiburones. Qué lástima porque yo creo que en todos los estados de la República los gobernadores apoyan a sus equipos, les dan la difusión y hay mucha derrama económica cada vez que viene un equipo de futbol a cualquier plaza”.

Sí güey, pero las ganancias por venta de boletos, venta de uniformes y derechos de transmisión por televisión, se los lleva el dueño del equipo, no el gobierno estatal.

Dice que ya tiene ofertas de otras entidades, como son Tamaulipas, Sinaloa y Yucatán. Ora pues, sáquese a la goma y active su equipo por allá, pero la marca Tiburones Rojos se queda en Veracruz.

Kuri está requetebién jodido. En primera porque una franquicia como ésta no puede ser usada con fines electorales, mucho menos para ayudar al PRI y con un estricto sentido de chantaje.

Es un chantaje electoral que habrá de tener serias consecuencias legales.

De hecho, el diputado local panista, Alejandro Zairick Morante, afirma que Fidel Kuri se puede llevar la franquicia a otro lado pero no el nombre Tiburones Rojos. La marca es propiedad del gobierno de Veracruz, el cual le otorgó en comodato el estadio Pirata Fuente y algunos otros inmuebles.

Lo que Fidel Kuri posee son dos cosas: los derechos de las cartas de algunos de los jugadores y un sinnúmero de problemas laborales que se resiste a apechugar. Tiene varias demandas perdidas y simplemente dice que no va a indemnizar. Pues que le embarguen el equipo para que se cumpla la ley.

El tipo es un granuja. Recordemos dos o tres episodios que lo pintan como es. Ahí está el día que, pedo o borracho, se la pasó insultando a Edgardo Codesal, presidente de la Comisión de Arbitraje, por la expulsión de Villalba en el encuentro contra el León.

Kuri Grajales se puso loco. Le fue a reclamar a Codesal, quien se encontraba en el palco de al lado. Le hablaba pegándole el hocico al del presidente de la Comisión de Arbitraje. Después le dio una palmada en la espalda. Luego le jaló el cabello. Se armó el desmadre y los de seguridad se tuvieron que llevar al agredido mientras el propietario de los Tiburones se ponía peor que una fiera.

Ahí está el caso de los empleados de Tiburones que ganaron un juicio laboral que databa de años. Fidel Kuri dice que él no paga porque con él no fue el conflicto. Cree que los demás no saben que existe una figura legal llamada sustitución de patrón y el que compra absorbe las obligaciones. O sea que tiene que liquidar a los trabajadores que lo vencieron en juicio.

Lo de ahora es que usa a los Tiburones Rojos como arma electoral. El mensaje es que voten por Héctor Yunes o ya se quedaron sin futbol.

La Federación de Futbol tiene injerencia en el caso porque Fidel Kuri le da un uso político al equipo. Ya antes lo hizo, cuando era candidato a diputado federal por Córdoba. Usó a los jugadores para promover su candidatura, entre ellos a dos extranjeros, y la Constitución dice que los extranjeros no pueden inmiscuirse en temas políticos, so pena de que los expulsen del país.

Hoy vemos una manipulación política. Con lo que no contaba es que la afición se ha volcado a decirle que si quiere llevarse a los Tiburones Rojos, que lo haga. Pierde de vista, además, que el equipo de futbol tiene su público en la zona centro, en Veracruz-Boca del Río y municipios aledaños, pero no en los 212 municipios de la entidad. Los de Pánuco, los de Las Choapas, los Chicontepec, los de Jesús Carranza, qué tanto pueden llorar.

Muchos, por eso, lo dicen y lo gritan: que se lleven a los Tiburones Rojos, ya, ya, ya.

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