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Mussio Cárdenas Arellano

Informe Rojo

Javier Duarte: cuando el miedo se mete en el calzón

* De la reconciliación al colapso  * El video del cinismo  * “Ni peleas callejeras ni venganzas políticas”  * Yunes responde: lo voy a encarcelar  * Recuento de votos: aumentan todos  * Asesinan a la hija de Conde  * Ciudadanos Unidos contra el Mando Único
10/06/2016 09:41 a.m.

​Entre la piel y el cinismo anida el miedo. Es el que vive Javier Duarte, amagado con cárcel y olvido, el regreso de lo robado —quizá lo que más le duele—, el producto del saqueo a Veracruz, la promesa de Miguel Ángel Yunes de llevarlo a prisión.

Bipolar político, pasa el gobernador del tono terso al reto y la amenaza, de la oferta de reconciliación al reclamo y el quejido, del sueño de la unidad de todos al llanto y la victimización.

Transita Javier Duarte por el desfase mental, presa de altibajos, en la euforia y el desplome, en la concordia y en el temor a su futuro en la soledad sin lo hurtado.

Pregonaba el martes 7 que Veracruz requiere de la nobleza de los veracruzanos, de lo mejor de todos, hundido políticamente, culpable de la derrota del PRI en la elección de gobernador y Congreso.

“Ahora es tiempo de la reconciliación y de la unidad —decía con rostro de muerto en vida—. Quiero convocar a todas las veracruzanas y veracruzanos, independientemente de su filiación política, a mantener la unidad y el trabajo en los meses por venir”.

Era el llamado del cinismo. Habla Javier Duarte como si su gobierno hubiera sido ejemplar, sin un atropello, sin agraviar al débil, sin violar la ley, sin un despojo, sin desviar miles de millones, engañando al gobierno federal, sin atropellar los derechos de los que nada tienen.

Suponía el gordobés que así podía conmover, incitar al perdón, atenuar sus culpas y hacer olvidar a quienes por seis años aplastó.

No le respondió Miguel Ángel Yunes, candidato ganador de la elección del 5 de junio, en términos de paz. Le dijo el panista que la ley se aplica y que la justicia va. Y que quien haya delinquido irá a prisión.

Entonces Javier Duarte volvió a ser Javier Duarte. Despertó la ira del tirano, la soberbia del altivo y la rabia que nubla la razón.

Se grabó en un video magistral, que describe al Javier Duarte sin oficio ni tablas, negado su talento político, marrullero y rajón.

Despierta el jueves 9 con un quejido mayor. Se victimiza Javier Duarte por los golpes de campaña, asumiendo que la infamia está en Yunes azul, usada la campaña para desprestigiar a un régimen que ha dado todo por Veracruz.

Bandera nacional, oficina de gobernador, recursos del estado, gesticula y actúa Javier Duarte para ventilar un asunto que le quita el sueño: el aviso de que terminará sus días en prisión.

No llama a Yunes Linares por su nombre. Ni falta hace. Es el destinatario de su reclamo.

Dice que Veracruz requiere de altura de miras, no de baladronadas ni amenazas. Reza la versión oficial difundida por la Coordinación de Comunicación Social.

“Mi gobierno y mi persona fueron objeto de diversos cuestionamientos sin fundamento, a costa del descrédito de las instituciones.

“Como político y como Gobernador, entendí y respeté en todo momento a los partidos y a sus candidatos; cumplí con mi responsabilidad institucional de no interferir en el proceso electoral. Posterior al proceso, he escuchado los mismos ataques y mentiras usados como arma electoral durante la campaña y ha continuado la política de acusar sin pruebas, de denostar sin fundamento, y de agredir e insultar a mi persona y a mi gobierno.

“Una cosa es la propaganda electorera basada en la infamia y la acusación sin bases, y otra muy distinta probar los dichos”.

Del desvío de recursos del que lo acusa Yunes Linares y decenas de analistas, asegura que “sólo existen en la mente tortuosa de quien sí tiene denuncias formales por enriquecimiento ilícito y gravísimos señalamientos por falta de probidad como persona.

“Veracruz no merece ser escenario de peleas callejeras, ni terreno para venganzas políticas por afrentas imaginarias”.

Luego apunta:

“Cada quien es responsable de sus acciones y protagonista de su pasado y su presente, y eso parece olvidarlo quien hoy agrede y vocifera. Hay quienes tienen un pasado de corrupción y perversiones que tratan de ocultar tras un falso y ridículo disfraz de vengador justiciero.

“He valorado la crítica que ha permitido avanzar y crecer a nuestro estado. No temo a los que usan la violencia verbal para intimidar y ganar simpatías. A quien me debo y tengo la obligación de responder es a la sociedad veracruzana y así lo he hecho, y así lo seguiré haciendo”.

Le responde Yunes Linares que no es él el aludido. Es el auditor superior de la Federación, que detectó el desvío de 35 millones de pesos; el portal Animal Político, que evidenció la robo de 645 millones de pesos a través de empresas fantasma.

No se siente aludido Yunes azul pero sí lo es. A él le promete Javier Duarte la promulgación del decreto con el que se suprime el fuero constitucional al gobernador y le recuerda que la Fiscalía de Veracruz es autónoma.

Es amenaza velada. Es el amago de que “Culín”, alias el fiscal Luis Ángel Bravo Contreras, lo va a perseguir.

Responde Yunes Linares que a él no le preocupa el fuero, a Javier Duarte sí.

Así es el miedo. Invaden y se filtra entre la piel y el cinismo. Así es cuando la ley no se puede evadir. 

Archivo muerto

Votos van y votos vienen, los suma Morena, los suma el PRI y los suma la coalición PAN-PRD. De plácemes los morenistas al aumentar sus cifras y acariciar el gobierno de Veracruz, según su aritmética, los tres puntos que decía su candidato, Cuitláhuac García que lleva delante del panista Miguel Ángel Yunes, luego que eran tres pero detrás del panista y finalmente .56 por ciento por debajo del candidato de la coalición PAN-PRD. Suma votos Morena en el distrito 30, el Coatzacoalcos Rural, donde de 31,792 votos sube a 42,430. Festinan en cambio los panistas-perredistas que en el distrito 16, Medellín, recuperaron 8 mil 600 votos; en Santiago Tuxtla, la cosecha panista fue de 5 mil más. En Coatzacoalcos Urbano, Morena y su candidato a gobernador, Cuitláhuac García, agregaron 5 mil votos que habían sido declarados nulos. Según el sitio Regeneración, acumula 25 mil más a su causa. Sin embargo, de antemano advierte Cuitláhuac que no reconocerá el triunfo de la derecha-izquierda pues “hubo un pacto entre el PRI y el PAN para permitir la llegada Yunes Linares”. Y adelantó que no reconocerá el resultado pues “la mitad de sus votos fueron comprados”. Hubo un mal conteo, declarando nulos los votos que eran de Morena, de la coalición PAN-PRD, de la coalición del PRI y sus satélites. Lo que nadie explica es dónde estaban los representantes de cada partido a la hora del escrutinio, qué impugnaron, cómo protestaron. O no estaban o les untaron la mano. Y los priistas se preguntan si el argumento de los votos nulos, el fraude, el voto por voto, casilla por casilla, estilo Peje, no habría sido contraproducente. Algo así como “salió peor el recuento que la enfermedad”… 

Dos crímenes más. Son los de Lorena Conde Herrera y Juan Andrey Domínguez Lagunas. Quizá el que va a detonar una vendetta es el de Lorena Conde, hija del delegado regional de la Secretaría de Seguridad Pública en Tierra Blanca, Marcos Conde, enjuiciado por la desaparición de cinco jóvenes de Playa Vicente a quienes sus elementos detuvieron y entregaron al crimen organizado. Lorena Conde fue levantada y apareció envuelta en una cobija, torturada, asfixiada y herida con arma punzocortante. Juan Andrey Domínguez era el jefe de escoltas del alcalde priista de San Andrés Tuxtla, Manuel Rosendo Pelayo, hallado también con huellas de tortura en un camino de aquel municipio. Es violencia que alcanza a personajes cercanos al poder, Marcos Conde entre los favoritos del “general” de cero estrellas, Arturo Bermúdez, secretario de Seguridad de Veracruz, y Manuel Rosendo Pelayo, ex diputado local, priista, cercanísimo al poder… 

Ciudadanos Unidos por Coatzacoalcos exige la salida del Mando Único Policial y la vuelta de la Policía Municipal. Lanza su campaña social “Ya Basta”, leyenda estampada en lonas que aparecen en miles de fachadas de hogares y que expresan el repudio a un gobierno, el duartista, que abdicó a su responsabilidad en materia de seguridad. Lanza su campaña recogiendo el sentir de miles que reclaman la pasividad, indiferencia, complicidad y olvido de la autoridad ante el el fenómeno de la violencia, agudizado por la impunidad que otorga el saber que si la delincuencia avanza es por sus enredos con el aparato policíaco y judicial…

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