La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.

Juan Ciudadano

Los Gobernados

Al pastor no le hacen justicia

17/06/2016 08:54 a.m.

​Dios no ha de estar contento. Muchos de sus hijos viven entre el odio y coraje, haciendo el mal a sus semejantes, violando las leyes divinas y hasta matando a sus pastores. Eso no es de verdaderos creyentes.

Hace tres años, el 17 de junio de 2013, temprano, cuatro hombres irrumpieron en el hogar del ministro Claudio Martínez Morales, pastor de la Comunidad de Dios, en Coatzacoalcos, y le quitaron la vida. Actuaron con marcada violencia, con saña desmedida, asestándole puñaladas y más puñaladas hasta que dejó de existir.

Su esposa Luz Margarita Enríquez Martínez se encontraba en la cocina de la vivienda, atada de manos, con una bolsa en la cabeza que medio le impedía ver. Así la habían dejado los matones cuando ingresaron en la casa, una mansión en la colonia Petrolera, mientras ellos consumaban el crimen.

Escuchaba los gritos en la recámara de la planta superior. Cuando cesó el escándalo, los asesinos bajaron y se fugaron. Ella permaneció así hasta que llegó la señora del servicio doméstico y la desató.

Subió a la habitación y encontró a su esposo sin vida, en un cuadro sangriento que a nadie se le desea.

La Comunidad de Dios es una de las iglesias de mayor crecimiento en Coatzacoalcos. Miles de fieles acuden en busca de ayuda espiritual y así reencauzan su vida. Ven la vida de otra forma y no les duele ponerse con su diezmo, que es el sustento de una iglesia económicamente sólida.

Claudio Martínez se volvió un ícono religioso. Su imagen se volvió famosa por sus prédicas y por ser el representante de Cash Luna, pastor guatemalteco, máximo líder de la Comunidad de Dios.

Por eso su muerte fue traumática. Por eso las otras iglesias se convulsionaron. Si eso le ocurría a un ministro de su nivel, todos se volvían vulnerables.

Al paso de los días comenzó la especulación. Que si la pastora Lucy tenía algo que ver, que si los cuatro trabajadores electricistas detenidos por la Procuraduría de Veracruz no eran culpables, que si sí había elementos para juzgarlos, que si fue un crimen pasional, que si fue una venganza de un padre ofendido por un amorío de Claudio Martínez con una joven.

El caso se le fue cayendo a la Procuraduría, hoy Fiscalía, y mediante un amparo los trabajadores electricistas recuperaron su libertad. Por más que les pretendieron achacar el crimen, no lo pudieron acreditar. Les violaron sus derechos, les arrancaron la confesión mediante tortura y no se probó su responsabilidad.

El crimen también provocó un rompimiento en la familia de Claudio Martínez. La esposa se distanció de los hermanos y madre del pastor, bajo la sospecha de que ella se ha guardado parte de la verdad. El pleito se trasladó a los bienes que posee la viuda y los que detentan los hermanos de Claudio.

Algunas versiones dicen que Claudio Martínez dejó sus propiedades a nombre de sus hijos, no de su esposa, y que el albacea es su hermano, quien se resiste a entregar la herencia hasta que los chicos alcancen su mayoría de edad.

Otras versiones aseguran que el que sabe todo sobre el crimen es el guardaespaldas de la pastora Lucy, pero que la Procuraduría estatal no ha sabido cómo encuadrarle el delito.

Ante el escándalo, pero sobre todo ante el clima de sospecha que alcanza a Lucy, sus cuñados y su guarura, muchos feligreses abandonaron la Comunidad de Dios, y por consiguiente, ocurrió una merma económica significativa.

Al paso del tiempo, la pastora Lucy ha logrado recuperar parte de su feligresía, pero aún no es solvente en lo económico.

Han transcurrido tres años y al pastor Claudio Martínez no se le ha hecho justicia. La Procuraduría de Veracruz ha sido ineficiente, ensimismada en que la autoría material del crimen recae en los trabajadores de la CFE, sin seguir otro móvil más que la venganza. Pero ¿a qué tipo de venganza se refiere?

Hay un reclamo generalizado de que el caso sea esclarecido, que se sepa quién ideó el crimen del pastor Claudio, qué razones pudo tener y quiénes fueron los verdaderos autores materiales.

La Alianza Ministerial  Evangélica Cristiana demanda que se sepa la verdad pues sólo así se le podrá hacer justicia a Claudio Martínez. Su caso, por el prestigio que tenía, lo merece, además que revela el nivel de impunidad que se vive en Veracruz.

Tres años después, nadie está siendo juzgado. Nadie es señalado como autor intelectual, no se sabe cuál pudo ser el móvil.

Su caso, como dicen los líderes evangélicos, es un ejemplo de que la impunidad sigue campeando en Veracruz, que hay ineficiencia en los órganos de procuración de justicia y que son miles los que esperan que se cumpla la ley.

Hace tres años fue asesinado el pastor Claudio Martínez y no se le ha hecho justicia… ni se le hará.

(Comentarios y tips a: [email protected])


¿Te ha parecido interesante la columna?

Comentarios

Comparte
La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.