​De su misma calaña, quiere Javier Duarte al fiscal anticorrupción. Que sea duartista o fidelista, que encubra el desvío de los 50 mil millones de pesos de origen federal, los moches y los diezmos, y si es Jorge Reyes Peralta, mejor. Es irrelevante que le imputen nexos con Los Zetas.

Se aferra a ese clavo el gobernador, imponiendo un alfil que evite que pare en la cárcel por el saqueo a Veracruz, validado por el Congreso estatal, que resiste las presiones para dejar esa decisión en manos de la próxima Legislatura.

Horas difíciles las de Javier Duarte. Maniobra para consolidar su proyecto de impunidad, llevando a uno de los suyos a la Fiscalía Anticorrupción, cuya autonomía del Poder Ejecutivo estaría atando de manos a Miguel Ángel Yunes Linares.

Uno de ellos, Jorge Reyes Peralta, presume neutralidad y fobias por igual, honestidad y entereza en la que sólo cree él e inquina contra el gobernador electo de Veracruz.

Fama no le falta. Es pésima. Si no es por su servilismo a Fidel Herrera Beltrán, el ex gobernador que inició la docena trágica para Veracruz, es la perversidad con que actuó para incidir en la reclusión de la periodista Maryjose Gamboa Torales, hoy diputada electa, por una accidente vehicular que arrojó un muerto, por causas imputables al occiso, o si no por la gravísima implicación en un caso relacionado con el grupo delictivo Los Zetas.

Con ese bagaje quiere ser fiscal anticorrupción, inédita la audacia, el descaro, la crudeza, pues Reyes Peralta encuadra en el perfil de quien debiera ser fiscalizado y no fiscalizar.

Jurado enemigo de Yunes Linares, fue él quien emprendió, de la mano de Fidel Herrera, acciones legales contra el entonces candidato panista al gobierno de Veracruz, en 2010. Ahora es usado como piedra en el zapato, un freno para neutralizar la promesa de Yunes azul de que llevará a Javier Duarte a prisión.

Su historial no es sólo el del defensor de chueco. Va más allá. La más grave es la que se halla en un expediente judicial, en Córdoba, en que dos integrantes de Los Zetas lo relacionan con casos de secuestro.

Lo publicó la revista Proceso, el 17 de noviembre de 2012. En su parte medular, el reportaje de Jorge Carrasco decía así:

“El Chilango, de 44 años, señaló también al abogado Jorge Reyes Peralta como compadre del Pencho y supuestamente encargado de negociar con los familiares el rescate de los secuestrados por Los Zetas, y quien además del pago de una parte de los rescates recibe una nómina mensual de 200 mil pesos”.

En otra parte del reportaje cita:

“El Trejo, originario de Fortín de las Flores y de 41 años, repitió los mismos nombres sobre la supuesta protección institucional y de prestanombres para el lavado de dinero. Añadió que en varias ocasiones acompañó a El Chilango a pagarle en su despacho al abogado Jorge Reyes Peralta.

“ ‘Este abogado nos ayudó en el secuestro de una persona en Veracruz, Veracruz, por la que nos pagaron una buena lana y también unos carros clásicos’, que guardaron en la casa de El Pencho.

“Reyes Peralta es muy cercano a los priistas del estado. Incluso uno de sus hijos ya fue regidor y líder municipal (Jorge Reyes Leo), mientras que el año pasado una de sus hijas tuvo como testigos de su boda a los exgobernadores Miguel Alemán y Fidel Herrera, además del actual Javier Duarte”.

También refiere la respuesta de Reyes Peralta a la prensa, el 31 de octubre de 2012.

“Yo soy limpio. Tengo una vida profesional que está en caja de cristal”.

INFORME ROJO, el lunes 20, agregó en torno a la reacción de Reyes Peralta:

“Y acusó a tres funcionarios, el entonces subprocurador Bertoldo Reyes Campuzano; el ex director de la desaparecida Agencia Veracruzana de Investigaciones, Enoc Maldonado Caraza, y el fiscal adscrito a la Marina, cuyo nombre no fue publicado, de ‘enlodar’ a más de 100 empresarios, abogados y periodistas del estado.

“Con altura de miras, Javier Duarte perdió la razón. Su prospecto no sólo es un acérrimo enemigo de Yunes Linares. Es un tormentoso abogado, de alharaca, brinco y reparo, fidelista y duartista, que acusa pero no logra condenas, que metió la mano en la infamia contra la periodista Maryjose Gamboa, ocho meses encarcelada conculcándole su derecho a enfrentar un juicio en libertad con maniobras legaloides y testimonios inducidos y falseados.

“No sólo es perverso Reyes Peralta. Le imputan dos de los tres zetas detenidos en Córdoba hechos delictivos, vínculos con secuestradores, una “marranada” como la llama el abogado de la fidelidad y el duartismo, que llevó su caso ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y Human Rights Watch en Washington para salvar su honor. ¿Cuál?”

Su fobia a Yunes Linares sigue latente. Dice Reyes Peralta:

“El Gobernador Electo ya enloqueció. Todo lo que hace el gobernador electo es por mí. Él teme que yo llegue porque desde luego hay averiguaciones de todos los partidos y de todos los actores políticos pero principalmente de él y de su núcleo familiar.

“El gran temor que él tiene que llegue es que yo abra la caja de Pandora, ¿y qué tal si le resulta responsabilidad penal a él y al que le tocara? Yo tengo más de 40 años de experiencia como abogado penalista y no voy a ser tapadera de nadie.

“Todos esos factores los vamos a ponderar para no enrarecer el clima político en Veracruz”, expresó, a la vez que denunció una embestida de los actores del PAN en  contra de su aspiración.

Sólo Javier Duarte contamina así la Fiscalía Anticorrupción, diseñada para evadir la ley, para salvar el pellejo, para evitar que Yunes Linares le cumpla su promesa de cárcel y que devuelva lo robado.

Con un fiscal bajo la sombra de Los Zetas, seguro lo logrará.

Archivo muerto

Pasea su desgracia Héctor Yunes. Como reina sin corona, da su último paseo por Veracruz, el brazo en alto, largo-largo, corto-corto, con la pretensión de recibir el aplauso de los leales, si es que alguna vez los tuvo. Penoso show el del candidato frustrado al microgobierno de Veracruz, el priista que no midió a sus enemigos cordiales, lo que fraguaban su derrota en las sombras, los que lo embarcaron en la aventura de los ocho años, sin ver que entre Pepe y Héctor Yunes alguien tenía que perder y de ahí que Manlio Fabio, Beltronillo, antes don Beltrone, lo envió al matadero por delante y sin piedad. Arma su gira del adiós Héctor Yunes con la intención no de irse del todo sino de reciclarse para la contienda de 2018, empedrándole el camino a Pepe Yunes, al que siente traidor porque ni se metió ni lo apoyó y apenas pudo sacar la victoria del PRI en Perote, su feudo. Deplorable caricatura la de Héctor Yunes: escupió su apellido en campaña, se trepó a la máquina lanzalodo, no olió la repugnancia del rechazo, se hincó ante Javier Duarte —“es mi jefe político”— y lo arrolló la repulsa social al duartismo. Y ni así entiende que está acabado. Quiere ser cuando ya no existe. Quiere volver sin advertir que en alguna urna de la elección del domingo 5 perdió la dignidad. ¿Quién diablos lo estará ensartando y no lo intuye?… 

Políticamente, ya valió. Desaira Joaquín Caballero al gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, reacio a una reunión con el cabildo de Coatzacoalcos. Le planteó el tema Yunes azul. Sugería abordar la inseguridad, la violencia, el ataque a la gente inocente, frescas aún las ejecuciones de tres mujeres en un lapso de 48 horas, el crimen de los propietarios de El Taquito, Victoria Morales de Mejía y su hijo Rodolfo Mejía Morales, crispado el ánimo de la sociedad, respirándose el miedo, viviendo la angustia por el avance de la delincuencia y el fracaso del Mando Único Policial. Y Caballero le dijo que no. “El gobernador Javier Duarte de Ochoa no le dio permiso”, expresó Yunes Linares. Contactó entonces con el alcalde de Poza Rica, Sergio Lorenzo Quiroz Cruz, priista como Caballero, y ahí sí hubo sensibilidad. Acudió el alcalde del PRI y los ediles de oposición, no los priistas. Pudo ser Coatzacoalcos pero Caballero rehuyó el deslinde del duartismo, un cadáver político que comienza a apestar, que en breve será repudiado, que lo que toca lo pudre. Yunes azul ya abrió la puerta del Poder Judicial, dialogó con el líder magisterial Juan Nicolás Callejas Arroyo, con el cacique de Zongolica, Mario Zepahua, que entienden el juego del gobernador electo. Un año, el más difícil, será Yunes Linares el gobernador de Joaquín Caballero. Y de seguro le irá mal…

 Una millonada hay en torno a Ricardo Orozco Alor. Le llega por vías alternas, rifas, sorteos, cobros que nada tienen que ver las finanzas del Itesco. Huele a podredumbre, a triangulación de recursos, a fundaciones-máscara, a cifras que no pasan por la Secretaría de Gobernación, de premios no entregados, de permisos no exhibidos, gravísimas infracciones a la ley. No aprendió de paliza que le dio Morena en la elección de diputado, en Minatitlán, el 5 de junio. No aprendió del rechazo de los electores y del fuego amigo lanzado por los petroleros. Persiste Ricardo Orozco en seguir medrando al amparo del Itesco, vía su corte y sus enanos, los operadores de esas finanzas oscuras, los organizadores del fraude. Son millones cada semestre y cree el pupilo de Flavino Ríos Alvarado, secretario de Gobierno, converso al duartismo para demoler su imagen, que para ambos hay 2017 y una alcaldía en su haber… 

Gana amparo Inés Valladares Lavín y derrumba el laudo que favorecía al Instituto Margarita Olivo Lara. Resuelve el Tribunal Colegiado de Circuito, federal, que la presidenta de la Junta de Conciliación número 16, con sede en Coatzacoalcos, María de Jesús Ríos Blanco, emitió un laudo que no cumplió con todos los efectos dados en el fallo emitido el 3 de mayo pasado. Le da 25 días a partir de que sea notificada para que cumpla con la resolución. Así se va cayendo la trastada de la intransigente funcionaria, que sin pudor y sin matiz favoreció a las propietarias y directivas del IMOL —María Amparo Elena Arens Medina (Helen Arens), Margarita Gómez Ortiz y Alicia Guadalupe Mena Brito Trejo— ante la evidencia de que despidieron injustificadamente a Inés Valladares y todavía exhibieron un documento con firma falsificada en que supuestamente aceptaba su liquidación. La otra parte del caso está aún en el Juzgado Primero de Primera Instancia, donde el juez Guillermo Vargas, con fama de corruptazo, recibe denuncias por uso de documento falso y termina girándole orden de aprehensión a la víctima, como fue el caso de Inés Valladares, cuya inocencia tuvo que demostrar en tribunales federales. De Guillermo Vargas hay un escándalo por venir. Pa' que aprenda… 

¿Quiénes son esos dos personajes implicados en el robo de gasolina y diesel en el ayuntamiento de Coatzacoalcos? Dos pistas: uno laboraba en la Tesorería municipal y el otro cercanísimo a la Secretaría del ayuntamiento…

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