Uno, en la vida, hace todo lo posible por conservarse puro, virgen si es posible hasta los 30 en el sentido de no conocer mujer, en ese sentido, no en otro. Ah pero el diablo está ahí, a la vuelta de la esquina tratando de provocarnos con sus tentaciones: mujeres, dinero, una diputación (que es lo mismo) y la carne es débil. Vamos a suponer que a pesar de mi cuidado y sobre todo de mi virginidad hasta los 30, en el sentido de no conocer mujer, no en otro, al diputado Luis Chávez le ordenan que pida una lana, unos qué será, 150 millones, para construir una escalera grande y otra chiquita y, cual monumento, ponerlas a la entrada de la ciudad como reconocimiento al folclor. Sale, digo que sí, viene la lana (ni modos de decirle no al jefe del crim…perdón, al jefe político) y, el Congreso me suelta la lana. Ay papá; días después –sin que lo sepa la gente- en lo oscurito, el jefe del crim…perdón, el jefe político me pide 100 millones de esa lana y me dice: “quédate con lo demás”.
-Pero jefe, ¿y las escaleras, no las vamos a construir?
El jefe se monta en un caballo, se ríe y se va a España escuchándose en la lejanía: ¡yo tengo el pinche podeeerrr!
Me resigno a ganar, y a quién le dan 50 millones que llore. Termino mi período de diputado, lanzo a un pariente cercano que de político tiene lo que una monja de equilibrista del Atayde, mi pariente gana y se la pasa de zángano levantando el dedo tres años con aspiraciones, eso sí, de volver a la cargada para ocupar otro cargo municipal, ya se vería, y a mí, me proponen para fiscalizar que nadie, pero absolutamente nadie, se robe un quinto en eso de las partidas presupuestales y demás. Por supuesto, la ciudadanía al enterarse, pone el grito en el cielo y me publican una carta.
A LAS AUTORIDADES DEL CRIM…RESPECTIVAS
Con mucho coraje nos hemos enterado que al señor Luis Chávez se le trata de imponer como fiscal de los dineros del pueblo. Manifestamos nuestra inconformidad porque: PRIMERA.- A ese señor se le autorizaron 150 millones de pesos para hacer una escalera grande y otra chiquita y ninguna de las dos hizo, ni la chiquita ni la grande, lo que es un total descaro. SEGUNDA:- Nos cae mal. Y firman los habidos y por haber.
Jesús me ampare, ¡se me caería la cara de vergüenza!
Mejor sigo virgen, en el sentido de no conocer mujer, no en otro sentido.