Me cae que nomás les faltó el Peje. Las dos diputadas encadenadas al atril de la tr¡buna y atrás de ellas una manta de protesta. 

Y ellas rodeadas de prensa diciendo por qué no se debía basificar a los burócratas del gobierno de Veracruz. 

Eran dos diputadas, del PAN, y de veras que nomás les faltó Andrés Manuel López Obrador.

Yo lo vi en Facebook. Ups, los videos, qué joya de la comunicación. Ahí donde no dejan nada a la imaginación, donde las historias se cuentan solas, donde las mentadas saben a menta y las voces de protesta se escuchan con toda su intensidad.

Una amiga me manda la foto y me dice, así como es ella: “Ora güey, despierta. Ya se encadenaron dos para que no pase lo de los basificados. Vete al feis”.

Esta vieja es mandona y sólo por joder gusto de contradecirla. Pero la foto me dice que el Congreso de Veracruz se sacude y que este día pasará a la historia.

Entonces ve voy a feis y ahí está el primer video. La diputada chaparrita es Ana Ledezma, la otra es María del Carmen Pontón. Son del PAN y explican que se encadenan al atril de la tribuna porque el dictamen de la iniciativa enviada por el gobernador Javier Duarte de Ochoa no reúne los requisitos que marca la ley.

Van diciendo que la basificación de 24 mil trabajadores le pegará de lleno a las finanzas del gobierno de Veracruz y que no hay condiciones financieras para erogar mil 500 millones de pesos al año.

Explican que el dictamen no fue ampliamente discutido en comisiones y que no es del conocimiento del pleno de los diputados. El dictamen debió circularse con tiempo.

La Pontón se colocó tan bien las cadenas que parecía guerrillera. Ana Ledezma se hacía bolas con los candados, pero terminó hablando con gran seguridad.

A sus espaldas, sus compañeros diputados desplegaban la manta. Se pudo leer en ella: “Diputado. Tú jefe es Veracruz, no Duarte”.

No las tocaron por ser mujeres y ellas se daban vuelo señalando los pormenores de la reforma a las leyes que rigen las relaciones laborales del gobierno con sus empleados y que ahora permitirán que un nutrido grupo de personas, empleados del gobierno, desde subdirectores hacia abajo, que suman más de 24 mil.

Ese hecho desató el escándalo. De inmediato los priistas mandaron traer la mesa y las sillas, a fin de colocarlas a medio salón y así pasaron lista, iniciaron la sesión y sacaron las reformas para que se consume la basificación del duartismo.

El asunto da risa pero no es algo menor. Lo que pareciera se un caso de justicia laboral, concediéndoles seguridad a quienes han laborado por muchos años, en el fondo es una trastada.

Gran parte de los que serán basificados trabajan en el gobierno, son priistas, forman o formaron parte del fidelismo y ahora están a las órdenes de Javier Duarte.

Entonces la cosa tiende a descomponerse. El grupo parlamentario del PAN se la jugó ahí. Aquello pintaba para una mayoriteada más, como ha venido sucediendo en esta Legislatura, cuando el asunto de las cadenas atrajo la atención de la prensa, los usuarios de las redes sociales, la militancia de los partidos políticos y mucha gente fuera de Veracruz.

La fotografía donde están las dos diputadas encadenadas fue, como dicen ahora, viral. Unos la veían en el feis, otros en Twitter, otros más se la pasaban a través del whatsapp. Daba la connotación de que lo que ocurre en el Congreso de Veracruz ha llegado ya a límites que nunca nos hubiéramos imaginado.

Neta que sólo les faltó el Peje López Obrador. Él sí que es dado a esa clase de espectáculos que pasan de lo llamativo a lo grotesco, como cuando ordenó que los diputados del PRD, cuando él todavía era del PRD, tomaran la tribuna de la Cámara de Diputados federal. El pleito era con los panistas porque se acercaba la toma de posesión de Felipe Calderón.

Se dieron con todo. Se jaloneaban y empujaban. Algunos rodaron por los suelos. Obvio, era un rementadero de madres y de amenazas de muerte. Al final compartieron la tribuna y todos se quedaron a dormir en el salón de sesiones, en uno de los episodios más grotescos de que se tenga memoria.

Acá no hubo violencia. Hubo un conato cuando el diputado Rafael García Bringas, plurinominal, ex alcalde de Coatzacoalcos le dijo a uno de los que no dejaban que subieran a tribuna. “O te bajo o te bajo”. Y el cuate ni lo peló.

Finalmente los priistas, los del Verde y la diputada del Panal sacaron la propuesta y los 24 mil trabajadores de confianza serán basificados. Javier Duarte feliz, no por haber concedido un beneficio laboral sino por agregarle una carga más a la nómina del gobierno que encabezará el panista Miguel Ángel Yunes Linares.

Si hubiera llegado El Peje aquello habría salido de película.

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