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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Con expulsar a Duarte no basta

27/09/2016 08:41 a.m.

Hagamos de cuenta que el PRI es el cuerpo y su colita tiene cáncer, y resulta que la colita es Javier Duarte. ¿Qué hacer? Pues amputarla para que el cáncer no se expanda y acabe con todo.

Así nos la quiere vender el PRI.

La colita apestosa ya no le sirve. No cumple su función. Es más, es la parte del cuerpo que más vergüenza provoca, de la que todos se quieren alejar, porque huele gacho y porque puede contaminar lo demás.

Y el PRI hace un montaje, lleva el caso a sus más altas instancias y determina que la colita sea congelada hasta que se decida si le echan cuchillo o la siguen trayendo ahí, aunque huela de su repú.


¿Usted le cree al PRI? Yo no.

Este lunes la Comisión de Justicia Partidaria del PRI nacional determinó que al gobernador de Veracruz había que aplicarle los estatutos, que se le suspendiera temporalmente, que se ahondara en su conducta como militante priista.

Junto con Javier Duarte fueron suspendidos otros seis priistas, entre ellos el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, y el ex subsecretario de Finanzas y ex delegado de la Secretaría de Economía federal en Veracruz, José Antonio Chara Mansur Beltrán.

El argumento de la mentada Comisión de Justicia Partidaria es que con sus acciones, con los escándalos que protagoniza, Javidú ha dañado la imagen del PRI, como si el PRI no tuviera su propio desprestigio.

A ver, güey, otra vez.

Que con sus acciones y escándalos Javier Duarte daña la imagen del PRI.

Chútense esa, monos. En el PRI están locos y mal de la regadera. Es como creerles que la mala fama del gobernador de Veracruz le hace daño a la buena imagen del tricolor, que si algo tiene es desprestigio.

Si ese es el argumento, seguro que Javidú acudirá a los tribunales electorales y ahí saldrá airoso. Le ordenarán al PRI que le reponga sus derechos y a seguir haciendo de las suyas.

Si no conociéramos al PRI pensaríamos que han sido ingenuos. Pero si hay un partido con oficio y colmillo es el del priismo.

Javier Duarte es un pésimo gobernador pero hay otros que lo hicieron igual o peor en sus respectivos estados, y de ellos nada dice la citada Comisión de Justicia Partidaria.

Ahí está el caso de Rodrigo Medina, ex gobernador de Nuevo León; de Humberto Moreira, de Coahuila; de Manuel Velasco, de Chiapas; de Mario López Valdés, de Sinaloa; del mismo Andrés Granier, de Tabasco, que está sujeto a juicio, viviendo en la enfermería de la cárcel, pero al que no se le ha establecido ningún procedimiento de expulsión del PRI.

Es tan obvio lo que hace el PRI, que allá los tontos que se la traguen. Javier Duarte es un jijuesuchi, un abusivo y un ambicioso terrible, pero no es el único que le ha metido la mano al dinero.

Les decía que esto parece montaje. Lo que el PRI pretende es que la sociedad se conmueva y diga que por fin se oponen a la corrupción y que serán intransigentes con los gobernadores emanados de ese partido que le fallaron a sus respectivos gobernados.

La suspensión de derechos partidarios es parte de un procedimiento para llegar a la expulsión de Javier Duarte y los otros seis operadores priistas. El mensaje es que los corruptos no caben en el PRI.

Pero alguien no les contó a Peña Nieto y al dirigente nacional priista, Enrique Ochoa Reza, que las denuncias penales contra Javidú apenas se están desahogando. Y si no se le prueba lo que le atribuyen, entonces tendrá todo para demandar su regreso al PRI y actuar contra quienes los expulsaron sin que hubiera un fallo de un juez.

Con que Javier Duarte sea expulsado el PRI, no basta. Se debió esperar a que la PGR documentara las denuncias por enriquecimiento ilícito, peculado e incumplimiento del deber legal, y que el caso lo resolviera el juez. 

Pero no. Los carcomían las ganas de presentar al gobernador de Veracruz como un corrupto que dañó la imagen del tricolor y que hay que deshacerse de él. Y sí lo es, pero había que cumplir los tiempos y las formas.

Si el PRI tuviera la intención de combatir a los corruptos, mínimo habría presionado para que Javidú devuelva los miles de millones de pesos que le robado a Veracruz, así tenga que vender las casas que sus prestanombres adquirieron en México y el extranjero.

Sólo así se le podría creer que su cruzada es contra la corrupción y contra los corruptos.

Mientras, el PRI congela a Javidú, lo exhibe como el cáncer que pretende consumir el cuerpo y lo deja en veremos.

Cuando Javier Duarte devuelva los millones que le robó a Veracruz, el dinero de las partidas federales que no se aplicaron y que no aparece por ningún lado, entonces se podrá creer que el PRI  tiene un compromiso con la honestidad.

Lo de ahora es show.

(Comentarios y tips a: [email protected])​


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