​Hay un fiscal y está en problemas. Una pieza clave en el caso Karime Alejandra, el médico Mario Poblete Hipólito, está libre y crece la sospecha de que hubo tortura para hacer confesar a uno de los inculpados.

El galeno ya la libró. Un juez federal de Coatzacoalcos le concedió un amparo liso y llano por el delito de falsificación documento y uso de documento falso, y así pudo recuperar su libertad.

El doc Poblete se pasó 13 meses en vilo, libre, pero con la angustia de pagar una sentencia por varios años de prisión porque su testimonio prácticamente echa por tierra la versión del fiscal general de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras, sobre el secuestro y asesinato de la menor de cinco años de edad, Karime Alejandra Cruz Reyes, en Coatzacoalcos.

La historia se resume en unas cuantas palabras.

Hace dos años, Karime Alejandra fue plagiada junto con su tía Mónica Reyes Baruch. Parecía un secuestro, se realizaría una negociación, se pagaría un rescate y la niña volvería con sus padres.

La sociedad respondió al llamado de los familiares. Los que pudieron aportaron dinero. Los que no, mostraron su solidaridad. Todos, eso sí, marcharon por las calles del puerto exigiendo que la autoridad se aplicara, que buscaran a Karime Alejandra, que dieran con su paradero y que hicieran pagar a los secuestradores.

El asunto creció de tal forma que pronto fue noticia en los noticieros nacionales. Las imágenes de las marchas exigiendo acciones de la policía y la Procuraduría de Veracruz inundaban las pantallas.

Y entonces llegó el desencanto. Se filtró que la niña y su tía estaban muertas.

Al principio lo negó el fiscal Bravo Contreras. El mismo gobernador Javier Duarte ofreció a los familiares de Karime Alejandra que la niña volvería con vida, que había esperanza y que no perdieran la fe.

El amargo desenlace no tardaría en ser revelado. Mientras, algunos medios de comunicación soltaban datos clave: la niña y su tía se hallaban en la morgue de Cosoleacaque, uno de los asesinos fue aprehendido y torturado de tal forma que lo mataron, otro de los señalados no tenía mayor participación pero se incriminó por los golpes recibidos por el grupo especial enviado por el fiscal Luis Ángel Bravo Contreras.

Fuera de eso, de un detenido en circunstancias sospechosas, el fiscal no tenía más.

Pero el caso comenzó a caerse cuando el médico Mario Poblete fue llamado por la defensa del detenido, Jorge Armando Salinas Linares, apodado El panadero, para que testimoniara que él lo atendió en la Cruz Roja de Las Choapas, debido a los golpes que presentaba.

El abogado Enrique Rentería tenía la prueba de que El panadero fue torturado, sacado de instalaciones de la Procuraduría de Veracruz, y obligado a incriminarse, y que todo ocurrió en Las Choapas.

Por eso Mario Poblete fue acusado de mentir y de usar un certificado médico apócrifo. Lo denunció el presidente de la Cruz Roja, Dagoberto Ortiz Camacho, y lo reafirmó la administradora, Yadira Calderón de los Santos.

Al abogado Rentería lo detuvieron pese a tener un amparo federal. Logró salir. Pero al doctor Mario Poblete lo reventaron. Se pasó 13 meses juzgado pero libre con la condición de pasar a firmar cada mes su libertad bajo fianza con el

terror de que en una de esas fuera encarcelado. Al final, apenas hace unas horas, obtuvo un amparo federal liso y llano que le concede su libertad.

Quien ya ve que el mundo se le cae encima es el fiscal Luis Ángel Bravo. Si Mario Poblete no mintió, entonces El panadero terminará esgrimiendo que le fueron violados sus derechos, que lo torturaron para que se declarara culpable, que fue sacado de las instalaciones de la Procuraduría sin la asistencia de su abogado, que hubo flagrantes violaciones al debido proceso.

El panadero es el único personaje al que tenía en sus manos el fiscal y está a punto de librarla. Sin él no hay caso. Sin los otros implicados, menos. Supuestamente otro de los secuestradores  fue torturado y como se les pasó la mano, chupó faros. Y así el caso Karime Alejandra vuelve al punto inicial: está en ceros, no llega la justicia.

Lo peor fue la muerte de la pequeña. Eso es lo peor para sus padres y demás familiares, porque entre todo este mar de mentiras y medias verdades, la coartada del fiscal se centra en que la tía Mónica fue quien fraguó en secuestro, pero el asunto se salió de control, la niña vio a los plagiarios y decidieron matarla. Eso dijo el fiscal.

La vida da vueltas. El que ahora está en problemas es el fiscal Bravo Contreras. El médico que dio testimonio que El panadero estaba golpeado, está libre. El abogado Rentería está libre. El panadero, si acredita que fue torturado, estará libre. Nada se sabe de los otros asesinos de Karime Alejandra.

Dos años después del crimen todo está como en el principio. Y ahora la justicia federal le da la razón al doctor Mario Poblete Hipóito.

Se la pasó 13 meses con un pie de la cárcel por una acusación falsa. Ahora, mínimo, que demande a quienes lo hundieron. Se lo merece él y se lo merecen ellos.

Si bien el tema es un asunto de extrema gravedad en el estado por la violación de los derechos humanos, tortura y fabricación de delitos de quienes deberían procurar la justicia en el estado, también es un tema que interesa a los choapenses porque en el centro de esta parte de la historia hay un personaje que quiere ser alcalde. ¿Ese es el precio que le pagarían por recurrir a una mentira? 

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