Otra vez los jóvenes, los estudiantes que salieron de casa y no se les ha vuelto a ver, en lo que parece la tragedia de Veracruz que no tiene final.

Ahora son tres jóvenes, una damita y dos varones, a los que se les habría levantado de manera simultánea en Veracruz puerto, supuestamente cuando iban a abordar un taxi aunque otra versión afirma que los sacaron de un domicilio.

Sus historias son similares y distintas. Son coincidentes en que a los tres los plagian. Son distintas porque ella se sabe que es buena chica y buena estudiante; de uno de los jóvenes no se publican cosas buenas, y del otro ni siquiera se sabe cuál es su nombre real.

Ella es Génesis Deyanira Urrutia Ramírez, originaria de Jáltipan, quien cursa el octavo semestre de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Cristóbal Colón, una bella jovencita, espigada, quien colabora en algunos proyectos estudiantiles modelando.

Sus padres, sus maestros, sus compañeros de estudios coinciden en que Génesis es una chica sin tacha, dedicada a su carrera, solidaria y dispuesta siempre a ser parte de cualquier producción estudiantil.

Chéquense lo que sus compañeros dicen de Génesis:

“Fotografía bien por ser delgada y además es fotogénica (…) Aquí en la facultad nos dejan muchos proyectos de guiones y de fotografías, por lo que siempre como compañeros nos estamos apoyando ya sea en la producción del material o el modelaje (…) Génesis era muy solidaria para participar en otros proyectos, por lo que regularmente siempre participaba en el modelaje cuando no era su propio proyecto, en donde ella tenía que estar en la producción”.

Génesis, según sus maestros es un poco reservada en clase. Sin embargo, es tranquila y alegre. Siempre la invitan a participar en materias de multimedia y fotografía.

Siempre mantiene comunicación con sus padres. Por eso, el 29 de septiembre, cuando sus padres notaron que no se comunicaba con ellos, se inquietaron. Al día siguiente viajaron a Veracruz, se dirigieron al departamento donde vive la joven estudiante y no la encontraron. 

La buscaron en la Cruz Roja y en otros hospitales, en la Policía, Marina, Ejército y optaron por ir a la Fiscalía Regional de la zona Veracruz donde interpusieron la denuncia por la desaparición de Génesis Deyanira.

El sábado 1 la preocupación pasó a ser otra cosa. Sus padres se encontraron con que otros dos jóvenes, presumiblemente amigos de Génesis Deyanira, también se encontraban desaparecidos y que sus familiares ya los buscaban.

Uno de ellos se llama Octavio García Baruch, originario de Acayucan, también sureño. Sin embargo, de él se han publicado versiones nada agradables.

Octavio es hermano de Gustavo García Baruch, ambos hijos de dos maestros de educación básica. Gustavo fue levantado el 12 de octubre de 2015 en el fraccionamiento Floresta, en Veracruz, junto con su amigo Jesús Alvarado Rodríguez. Nunca se volvió a saber de él.

A Octavio lo señalan en varios medios de comunicación y portales en internet de hechos de violencia y líos con la justicia. 

En 2012 fue acusado de ser miembro de una banda de secuestradores, extorsionadores, posesión de cocaína para fines de comercio, posesión de armas de fuego, robo de vehículos. Los detuvo la Marina Armada de México. Y luego quedó libre.

En julio de 2015 volvió a verse involucrado en una agresión en un Oxxo del fraccionamiento Floresta, en Veracruz, junto con otros tres jóvenes. Rompieron el cristal de la puerta de la negociación, por lo que fueron remitiros al penal de Playa Linda.

Del tercer joven poco se sabe. Le llaman Arroyo Prado o Leo Arano. La fotografía que difunden es de una persona de aspecto inofensivo, con el cabello teñido de azul verdoso.

De los tres se menciona que los vieron abordando un taxi. Otra versión señala que los sacaron de un domicilio y se los llevaron. 

Como sea, esto apunta al enésimo escándalo de Javier Duarte, quizá el último de su sexenio cuando ya solo faltan siete semanas para que se largue a chiflar a su máuser sin nada digno que presumir, en medio de señalamientos de que le permitió a la delincuencia llevarse a decenas de jóvenes de los que nunca se volvió a saber nada.

Lo de los jóvenes que fueron levantados en Tierra Blanca colocó al gobernador de Veracruz en el ojo del huracán. 

Se movía y las ráfagas de aire lo hacían volar. Hablaba y el mundo entero se le iba encima, acusándolo de ser más que negligente, cómplice de la delincuencia pues en los levantones tenía una participación activa la Policía Estatal.

Ojalá que Génesis Deyanira, Octavio y Leo o Arroyo Prado regresen con bien. Si no, se vuelve a incendiar Veracruz.

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