A la tragedia de la pobreza que cargan sobre sus hombros, la que los hizo salir de su tierra, suman ahora la tragedia de morir de asfixia, en la caja de un camión, lejos, bien lejos de su patria.

Cuatro migrantes centroamericanos pierden la vida en suelo veracruzano, cerca de Tres Valles, en la Cuenca del Papaloapan, y no deja de consternarnos el episodio.

Viajaban en un camión torton pero más bien parecía un féretro ambulante, cuyo chofer, al percatarse que metros adelante había un retén, decidió abandonar la unidad y dejarlos a su suerte.

Los migrantes fueron detectados el martes 4 de octubre, dentro del torton, sin ventilación, en el paraje Novara, municipio de Tres Valles, al centro de Veracruz.

A muchos llamó la atención que el camión permaneciera ahí, como si el conductor temiera que los policías o el Ejército se pudieran percatar de la carga humana que traía en su interior. Ahí los dejó sin reparar en las consecuencias.

No se sabe cuántas horas permanecieron ahí, sin que nadie hiciera nada por salvarlos. Hacia las 8:30 de la noche, se filtró la noticia y e inició la debacle.

Cuando se percataron de que la carga eran migrantes centro y sudamericanos, de inmediato se dio la voz de alerta y al lugar acudieron ambulancias de la Cruz Roja, Bomberos y Cruz Ámbar. Sin embargo, todo resultó inútil.

Al abrir el torton, todos los migrantes saltaron y comenzaron a correr en diferentes direcciones, sabiendo que era esa su única oportunidad de evadir la acción de la policía y poder continuar su camino hacia Estados Unidos.

En la unidad fueron hallados cuatro cuerpos sin vida. Se asfixiaron por el encierro, ya que tenían muchas horas de camino sin parar y por la negligencia del conductor que ahí los dejó a su suerte ante el temor de ser detenido en el retén que logró ver a cierta distancia.

No fueron los únicos afectados. Varios de los migrantes presentaban un cuadro de desnutrición, deshidratación, desmayo, aturdimiento y lesiones que obligó a que se les internara en clínicas y hospitales de Tierra Blanca, Tuxtepec, del mismo Tres Valles.

Los cuerpos de los cuatro migrantes fueron trasladados al Servicio Médico Forense, donde se realizaron las necropsias de ley, determinándose que habían muerto por asfixia.

Los cuatro migrantes muertos eran de origen guatemalteco, pero no se ha revelado cuánto tiempo tenían de haber fallecido.

En el camión sin ventilación viajaban al menos 60 personas, la mayoría de Guatemala y Ecuador, con el sueño de llegar a Estados Unidos. El vehículo lo abordaron en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

La unidad fue abandonada en la calle Aquiles Serdán, de la colonia El Edén, en la comunidad Novara, municipio de Tres Valles, en el centro de Veracruz.

De inmediato se produjeron reacciones. El diputado José Jesús Vázquez González, del Partido Verde Ecologista de México, quien es vocal de la Comisión de Derechos Humanos, Atención a Grupos Vulnerables y Migrantes del Congreso de Veracruz, criticó severamente que no hubiera autoridad policíaca que pudiera detectar que en el torton viajaban hacinados más de medio centenar de migrantes.

Dijo, por ejemplo, que en su trayecto de Xalapa a Jáltipan, fue parado en tres ocasiones para revisión por parte de elementos del Ejército Mexicano, y señaló que es responsabilidad de policías federales y estatales verificar quiénes circulan por las carreteras de Veracruz.

“Cómo es posible, dijo, que cuando un ciudadano normal transita por esas carreteras es muy frecuente que te paren y cómo es posible que un vehículo que transportaba a tantas personas no hubiera sido detectado en la carretera”.

En Acayucan hay un puesto migratorio. En la caseta de peaje se realiza una revisión a todo vehículo que pudiera ser usado para transportar indocumentados. Y nadie vio nada extraño.

El diputado Vázquez González asegura que los migrantes no dejarán de circular aunque cada vez lo hagan menos en La Bestia, el ferrocarril que viene de Chiapas.

“Es una realidad que tenemos que entender para buscar una situación que lastime menos, no van a dejar de transitar. Aunque no se suban a la Bestia, van a seguir transitando”, señaló.

Además del de Acayucan, en Tierra Blanca hay un retén de Migración y una caseta de federales de caminos. En ellos hasta quienes viajan en automóvil son revisados. Con mayor razón debieron haberse percatado que el torton llevaba más de 60 migrantes.

Ellos huyen de la pobreza, la falta de futuro, la delincuencia, la represión, internándose en México y creyendo que aquí están seguros. Su carga moral ahora es que huir de la pobreza llevó a la muerte a cuatro de ellos.

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