De todos los alcaldes del sur de Veracruz, el piorcito tenía que ser Daniel Martínez, el de Agua Dulce, al que le volvieron a salir mal las cuentas y no pasó la aduana del ORFIS.

Resulta que en el informe de resultados de la cuenta pública correspondiente al ejercicio 2015, Agua Dulce presenta un posible daño patrimonial por 5.6 millones de pesos, que de no ser solventado en tiempo y forma, podría llevar a Daniel El Travieso a prisión.

El chiste no es por mucha lana, pero de que hay que explicar y documentar que los recursos se aplicaron bien, hay que hacerlo. Pero si transcurrido un tiempo no se demuestra cómo se invirtió el dinero, que es de origen federal, lo que sigue es sencillo: o lo devuelven o el alcalde va a vivir una verdadera pesadilla tras las rejas.

ORFIS, que también tiene lo suyo y que revienta a los alcaldes por encargo o acatando la voz del gobernador en turno, emitió 15 observaciones y 7 recomendaciones. Si no las cumplen, entonces se va a armar un conflicto de dimensiones mayores.

El ORFIS acusa que hay obras realizadas pero de las que el ayuntamiento de Agua Dulce carece de la información que las valide, apegados a la normatividad que cada vez es más estricta.

Quien realizó un pormenorizado desglose del informe de ORFIS, fue la reportera Violeta Santiago, corresponsal de Presencia en Agua Dulce, quien vuelve a exhibir el lado corrupto de Daniel Martínez.

Dice, por ejemplo, que “fueron 40 obras a las que faltan actas de integración de comités, validaciones, contratos, garantías y papeles que avalen la entrega del proyecto a la ciudadanía”.

Apunta que el edil se deslinda de toda responsabilidad como si fuera fácil tapar el sol con un dedo y burlarse de los órganos de fiscalización a los que no se les va el mínimo detalle.

Gran parte de lío en que está metido Daniel Martínez se lo debe a… Daniel Martínez. Y el resto a su director de Obras, Agustín González Córdova, un cuate bien empecinado en no proporcionar información sobre lo invertido.

El asunto es de 40 obras. Daniel dice que ahí están, que las vean, que se trabajó un titipuchal de tiempo y que finalmente las echó a andar.

Pero esa no es justificación. Las obras deben ser solventadas y cubrir una serie de requisitos con los que se evita que los funcionarios incurran en actos de corrupción. 

El asunto comienza desde que se emite la convocatoria a las empresas que deseen participar y concluye un año después que la obra fue concluida por aquello de los vicios ocultos y la aplicación de fianzas.

Lo que no cuadra es que el director de Obras, Agustín González Córdova, vuelva a ocultar información cono lo hiciera en el ejercicio 2014, a sabiendas que es requisito de ley y que incluso, si se le llega a acreditar daño patrimonial, o devuelve el recurso asignado o lo meten a la cárcel.

Pero el asunto va más allá. Algunas de las obras están sobrevaluadas y eso huele a fraude. Se pagó más de lo que realmente valen y ahí está el hilo de la madeja, el punto fino que podría explicar cómo los recursos no alcanzan e identificar a quienes se benefician de semejante triquiñuela.

Checad lo que dice Violeta Santiago: “Finalmente, la obra más representativa de los excesos, malos manejos, corrupción y opacidad de la administración de Daniel Martínez González es la rehabilitación de la plazoleta frente a Bodega Aurrerá, mejor conocido como el arco del triunfo de Daniel, que costó al erario 450 mil pesos y que no tiene ninguna utilidad para la ciudadanía”.

El problema técnico le representa al ayuntamiento de Agua Dulce una observación por parte de ORFIS por más de 5 millones de pesos, en gran parte por la negligencia de su director de Obras y en gran medida por la actitud sospechosa del alcalde Daniel Martínez. Olímpicamente asegura que él no se mete en el ámbito de González Córdova.

Ah chingá. ¿De cuándo acá un alcalde es ajeno a lo que haga alguno de sus subalternos en el ayuntamiento? ¿De cuándo acá un director de Obras se conduce por la libre y no entera de sus actos, las licitaciones y la asignación de contratos al presidente municipal?

Hace Daniel como que no oye. Olvida que la alcaldía se deposita en una sola persona, el presidente municipal. 

Los demás son auxiliares del edil y es éste el único con capacidad ejecutora en el ayuntamiento. 

Por consiguiente, era de esperarse que Daniel Martínez volviera a ser el ganador del peor edil del sur de Veracruz. Felicidades Danny.

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