​Uppps. Pemex suelta los complejos petroquímicos y con ello la privatización de la industria energética da otro paso, que tendrá consecuencias cañonas como es el despido de personal y que la economía del sur de Veracruz se siga desplomando.

Morelos, Cangrejera, Cosoleacaque y Camargo ya no aparecen en el plan de negocios de Petróleos Mexicanos. Los consideran “no viables” y tienden a desaparecer de los activos de la empresa, que son parte de la riqueza nacional.

Así como ocurrió con Pajaritos y ya ven el desastre en que terminó. Ahora se van a la goma Cangrejera, Morelos, Cosoleacaque y Camargo, y lo más seguro es que los absorba el Grupo Alfa o el empresario periodístico, televisivo, mueblero y vaya usted a saber qué más, Olegario Vázquez Raña.

La voz de alerta la dio la diputada federal por Morena, Rocío Nahle García, legisladora por el distrito de Coatzacoalcos, que dejó con la boca abierta y sin palabras al secretario de Energía del gobierno de Peña Miento, Pedro Joaquín Coldwell.

Le mostró cifras y le recordó todo lo que la reforma energética prometía cuando inició este sexenio y a la postre resultó un fraude, pero de consecuencias gravísimas para el pueblo de México.

Rocío Nahle hablaba del punto en que están trabados los proyectos en Pemex. Ni se construyen refinerías, ni se genera suficiente gas, ni se impulsa la producción de petroquímicos, .

Le dijo que es que pareciera que los mexicanos somos tontos y carecemos de capacidad para lograr la autosuficiencia en materia energética, cuando que en realidad el plan es entregar la riqueza nacional al capital privado y sobre todo extranjero.

Las palabras de Rocío Nahle se volvieron virales en las redes sociales. Todos las comentan. Nunca nadie había realizado un planteamiento tan cañón, con cifras precisas, con datos que el mismo gobierno intenta ocultar, con la realidad cruda del desmantelamiento de Pemex.

Y el méndigo secretario Joaquín Coldwell no tenía qué decir. Habló pero no tuvo qué responder a la avalancha de información con que la diputada de Morena lo masacró.

Si no puede, le dijo doña Chío Nahle, piense mejor en renunciar.

Las caras de los demás diputados eran de asombro y desconcierto. ¿Qué utas madres puedes decir cuando con argumentos te están exhibiendo como un vendepatrias que desmantelas la única empresa capaz de sacar adelante a México?

Ahí, en el plan de negocios de Pemex, ya no figuran cuatro complejos petroquímicos —Cangrejera, Morelos, Cosoleacaque y Camargo— porque simplemente se los van a entregar a la iniciativa privada. Y en un pequeño descuido ni se cobra un inche peso por ellos sino que se los dan a título de regalo.

Rocío Nahle puso el ejemplo más claro: Pajaritos. Se lo dieron a Mexichem, al empresario y ex banquero Antonio del Valle, y reventó. Y así le va a pasar a los demás complejos porque pareciera que el plan es desaparecerlos y si se necesita volarlos, pues los vuelan.

La entrega de los complejos comenzará en los primeros días de noviembre y el caso parece irreversible.

El asunto ya impactó. Se irán a la calle, para empezar, cinco mil trabajadores, que son cinco mil familias, que son cinco mil tragedias porque ahí va a haber hambre y el miedo a no saber qué va a pasar.

Ya los trabajadores comienzan a moverse. La Coordinadora por la Defensa de Petróleos Mexicanos convocó a la sociedad y a los trabajadores petroleros a conformar un comité de lucha para evitar la venta de Pemex.

El despido del personal se viene fraguando desde hace varios meses ante el silencio cómplice del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.

Algunos me dicen que hay dejar que los petroleros defiendan su chuleta, que se organicen y marchen, que protesten para que sus fuentes de  trabajo no se cierren. Yo les digo que esto va más allá, que al llegar las empresas privadas recontratan poco personal, lo que provoca inmenso desempleo, se mueve poco la economía y el caos nos arrastra a todos.

Tenemos que entender que un catarro en Pemex es una neumonía en la economía de la región. Si hay despidos porque los complejos petroquímicos pasen a manos de la iniciativa privada, las consecuencias las vamos a sufrir todos.

Rocío Nahle tiene razón: están acabando con Pemex, contrario a lo que tanto pregonó Peña Miento cuando echó a andar la reforma energética.

Tienen razón los integrantes de la Coordinadora por la Defensa de Petróleos Mexicanos cuando nos dicen que este tsunami nos va a arrastrar a todos.

Si hoy no se ven acciones de la sociedad, que después no lloren. En la medida que Pemex se hace chiquito, la falta de empleo, el contratismo y la proveeduría se vienen abajo. Y eso tarde o temprano nos pega a todos por igual.

Soplan vientos y eso presagia tempestad.

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