La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.

Juan Ciudadano

Los Gobernados

Que no manche Flavino

01/11/2016 08:23 a.m.

No, sí, uta, qué suave. Flavino Ríos no va a palacio de gobierno porque dice que ahí, entre los alcaldes, hay policías que no pasaron los exámenes de control y confianza y que eso entraña riesgo.

Ah, cabresto. Eso sí que es razón para no acudir a resolver el mega lío de los dineros que no les trasladó la Secretaría de Finanzas y Planeación a los ayuntamientos, que además son de origen federal, y que los tiene al borde de la quiebra y a sus empleados a punto de no poder cobrar salarios ni aguinaldo.


Lo que dice el gobernador interino es, mínimo, para colgarlo de los pies y darle como piñata hasta que de sus bolsillos caigan, no los dulces ni las serpentinas sino los recursos que Javier Duarte y su banda de forajidos le robaron al gobierno de Veracruz.

El argumento es por demás absurdo. Refiere el tal Flavino que no había condiciones para dialogar con los alcaldes, que para eso está Casa Veracruz, la residencia oficial, que por cierto la quería vender Javidú, y que las cosas no se resuelven con plantones ni tomas de oficinas públicas. Es cosa de “urbanidad política”, dijo el gober impuesto.

Vamos por partes. Lo de los policías a los que Flavino teme es una cosa; la otra es la de los dineros, el diálogo civilizado y la urbanidad política.

Flavino Ríos había expresado que acudiría a las 10:30, la mañana del lunes 31 de octubre, a palacio de gobierno y que ahí escucharía a los presidentes municipales en su reclamo por las partidas federales que no trasladó Sefiplan a los ayuntamientos. Pero no llegó.

Alguien le jaló las orejas y dio marcha atrás. Reculó, como suelen decir los ilustrados al referirse a meter reversa y no honrar la palabra.

No llegó el gobernador interino a las 10:30. Dejó plantados a los alcaldes, entre los que se encuentran el de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez; el de Córdoba, Tomás Ríos Bernal, y varias decenas de ediles perredistas, panistas, del PT, de Movimiento Ciudadano y de Alternativa Veracruzana.

Al rato se supo que Flavino Ríos se reuniría con alcaldes priistas que fueron convocados por el presidente municipal de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, quien horas antes había externado que se sumaría a los que tienen en su poder el palacio de gobierno de Veracruz.


El principal argumento de Flavino Ríos fue que no podía acudir al palacio de gobierno porque en la puerta hay policías que no aprobaron los exámenes de control y confianza. Sólo le faltó decir que le dan “mello”.


Si a esas va, ¿cuántos policías del círculo cercano al ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, no son igual de desconfiables, cuántos no han estado involucrados en actos delictivos, cuántos no son declaradamente cómplices de la delincuencia organizada? Y de ellos no dice nada.


Me remito a uno: Marcos Conde Hernández, al que acusan de estar al frente del grupo policíaco que levantó y entregó a los cinco jóvenes de Playa Vicente a manos del crimen organizado.


El argumento del gobernador interino es, por decir lo menos, mamón. Sí, de lactantes, como para se lo crea un bebé sin uso de razón.

En el fondo está la chinga que le dieron los alcaldes que le tomaron el palacio de gobierno por la retención de las partidas federales, que ponen en virtual parálisis a sus municipios y que amenazan con complicar el pago de salarios y aguinaldos este fin de año.


Si ya no pudo contener a los alcaldes y verlos despachar en su propia oficina, dar declaraciones a la prensa, obligar a que se hiciera presente el secretario de Finanzas y Planeación, Antonio Gómez Pelegrín, y que reconociera que el dinero de las partidas federales fueron desviadas a otros rubros, lo cual constituye delito, lo único que le quedó a Flavino Ríos fue mandarlos al diablo y atender a los alcaldes priistas y ofrecerles que a ellos sí les entregará el dinero.



Que no manche Flavino. Eso es tanto como echarle gasolina al fuego. Lo menos que harán los alcaldes inconformes será no soltar el palacio de gobierno y retirarse el 30 de noviembre, cuando Flavino Ríos deje el cargo. O sea, que el pobre tipo apenas si pudo estar dos semanas despachando como gobernador y luego vio cómo lo dejaban sin oficina.



De por sí, el desmadre estaba de película. Y ahora que los alcaldes inconformes se apoderan del palacio de gobierno esto se puso mejor.


Don Fla es, además de cabresto, jocoso. Pero ahora lo bailaron. Y lo único que se le ocurre decir es que no va a palacio de gobierno porque hay policías que le dan “mello”.



(Comentarios y tips a: [email protected])



¿Te ha parecido interesante la columna?

Comentarios

Comparte
La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.