Alguien ya se volvió loco: o es Javidú o es el que le da cuerda a Javidú.

Eso de hacerle creer que con un amparo va a librarse de la cárcel está pa’l psiquiatra, como diría el peñejo de Luis Miranda, secretario de Desarrollo Social, cuando la diputada Aracely Damián, de Morena, le reprochó que no supiera de pobreza y que anduviera haciendo proselitismo con los programas sociales federales.

Acá, sólo un psiquiatra podría explicar qué onda con Javier Duarte, o de cuál bebe o qué se inyecta, porque el ex gobernador de Veracruz ta’ creído que todavía se puede librar de la cárcel.

En un juzgado de Xalapa tramitó un juicio de amparo. Su argumento es que le están violando sus derechos. Y entre otras mamilas se avienta aquella de que él su licencia al cargo de gobernador ya la canceló y ello le otorga fuero, o sea protección, o sea no se le puede aprehender.

Pues en qué pinche universidad estudió leyes el Javidú para decir semejante burrada.

Ah, recuerdo. Fue en la Ibero, donde se tituló de abogado para luego salir disparado a las Españas y allá echarse un doctorado en Economía, y acá en Monterrey, en el Tec, se aventó un posgrado poca ma’ sobre administración pública.

Sí, chido, pero el muy güey todavía se la cree que puede andar libre cuando tiene varias órdenes de aprehensión por delitos graves.

Sabe que el fuero es de quien esté desempeñando el cargo de gobernador y ese es Flavino Ríos Alvarado, el gober interino. La única forma de evitar una aprehensión es que hubiera regresado a su condición de gobernador constitucional, y aunque lo intentó, no lo concluyó.

A Javidú se la vendieron mal o lo encuerdaron mal. En este momento, pese a que alegue que hay preceptos constitucionales que lo protegen, es vulnerable y atrapable.

El mismo juez que le dio entrada al juicio de amparo le dejó claro que sí puede ser aprehendido y que de consumarse esto, lo tendrían que poner a la disposición del Juzgado Sexto de Distrito de Xalapa. O sea, detenido y en las manos de un juez. 

Queda claro que el fuero ya no lo tiene y que en todo caso, si reasumiera su condición de gobernador, sólo lo podría usar por los próximos siete días, ya que el 30 de noviembre termina su período al frente del gobierno de Veracruz.

El juez admitió el juicio de amparo y le concedió la suspensión provisional. Con esto, de ser intervenido por los agentes de la PGR o cualquier otra instancia policíaca la que se le hubiera encomendado su aprehensión, se le remitiría al juzgado federal, pero no libre como Javidú cree.

El problema para tan connotado personaje es que el fuero ya no lo tiene y el amparo no impedirá que sea aprehendido, remitido al juez federal y enviado a una prisión, primero preventiva y luego a mezclarse con la población, donde hay muchos que lo están esperando con el líbido hasta el tope.

Javidú inició su juicio de amparo con un argumento endeble. Dice que tiene fuero porque solicitó la cancelación de la licencia al cargo de gobernador y que eso le otorga inmunidad y que así seguirá, libre, porque él ya expresó que asumía de nuevo su función.

Javidú se pasa de loco, ya está loco o alguien bien loco lo agarró de güey.

Lo que señala en su argumentación deja claro que la carta que envió al Congreso de Veracruz no era falsa. Ahí señalaba que dejaba sin efecto la licencia que le había sido concedida. Y rubricaba el documento con su firma aunque muchos afirmaron que no.

Lo que no dice es que el Congreso lo conminó a ratificarla porque tenían la duda de que la carta fuera auténtica. Le dieron un plazo de 24 horas y no se presentó. La verdá no se sabe que para realizar un tramite así tenga que haber una ratificación. Ya me imagino a todos los cabildos teniendo que ratificar cada uno de los documentos que envían a la Legislatura.

El asunto para Javier Duarte está peor que al principio. No tiene fuero y ya se lo hicieron saber. Le queda una semana como gobernador con licencia y a partir del 1 de diciembre va a tener que capotear todas las denuncias que ya tiene encima y las que faltan aún.

El juez federal ya le expresó que pese al amparo, por tratarse de delitos graves, puede ser detenido y entregado a la jurisdicción federal. Ahí tendrá que hacer valer que le violaron sus derechos, si es que puede.

Y todavía más cañón: le van a llover denuncias para que mínimo se pase 100 años en prisión.

Por eso les digo que Javidú ya se volvió orate o el loco es el que le da cuerda.

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