Hagámoslo al revés. Vamos a su casa, tirémosle basura, contaminémosle el agua, que una nube de moscas lo envuelva, y si reclama ignorémoslo todos. No le va a gustar.

Pues tampoco a los habitantes de Villa Allende les cuadra que este minúsculo ser llamado Joaquín Caballero Rosiñol, que dice ser alcalde de Coatzacoalcos, pero que no sabe gobernar, disponga que ahí, cerquita de donde viven, les arrojen cientos de toneladas de basura.

A diario les tiran basura porque el antiguo basurero, el que estaba en la ciudad de Coatzacoalcos, fue clausurado por orden de un juez, porque era inviable tenerlo a unos metros de la mancha urbana.

Entonces se fueron a Las Matas, a la entrada de Minatitlán. Y fue tanta la basura depositada, entre 400 y 500 toneladas por día, que en poco tiempo ya habían saturado el espacio y hasta el derecho de vía de Comisión Federal de Electricidad. Otro juez determinó que ahí ya no se podían arrojar desechos sólidos.

La basura es un problema pero también es un negocio. Y donde hay negocio ahí está el alcalde Caballero Rosiñol.

Un amigo suyo, el delegado de la Procuraduría Estatal de Medio Ambiente del gobierno de Veracruz, Rafael de Hombre López, le propuso que en un rancho suyo, en Moloacán, depositaran la basura. Y así lo hicieron.

Le valía un cuerno que los cuerpos de Moloacan y de Las Choapas agua se contaminaran, que los predios vecinos resultaran afectados, que los animales de los ganaderos se enfermaran y murieran. Qué jija contradicción: el delegado de Profepa estatal siendo cómplice del daño ambiental.

Pero el terreno se agotó y las protestas se multiplicaron. Y entonces Caballero se llevó su basura a su municipio y qué mejor que aprovechar que en Villa Allende, su principal congregación, hay un basurero para las necesidades de la comunidad.

Ahí se vertían unas 60 toneladas de basura al día. Sí contaminaba pero era soportable. Hoy son 600 toneladas, todo lo de Coatza, y la gente ya está hasta la madre.

Caballero Rosiñol goza de la complicidad de la Secretaría Estatal de Medio Ambiente, cuyo titular, Víctor Alvarado, está casado con una joven oriunda de Coatza.

La gente afectada está que se la carga el diablo. Acusan que la basura está contaminando el aire pero también los mantos freáticos, lo que implica volver impura el agua de los pozos que integran la red de distribución de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento y los pozos artesianos con los que gran parte de la población resuelven su problema de abasto.

Las denuncias van y vienen y no hay solución. Caballero, como el granuja que es, se burla del pueblo y sigue sin resolver el problema del confinamiento de basura, violando leyes ambientales pues no hay autoridad que lo meta al orden.

Lo peor es que no sólo son los desechos que generan a diario sino que hay evidencia de que en el basurero de Villa Allende se están vertiendo residuos industriales y de tipo hospitalario, y que al contaminar los mantos freáticos están generando un gravísimo problema de salud.

Caballero tapa un hoyo destapando otro. Deja de contaminar en Las Matas y se va a contaminar a Moloacán. Deja de contaminar en Moloacán y comienza a contaminar en Villa Allende. Y así se la va a pasar hasta que termine su administración.

El asunto está cañón, pero se pone más pinche cuando uno ve, lee o escucha que la Secretaría de Gobernación insta a los habitantes que demandan una solución inmediata, y que incluso han procedido penalmente, a que se junten, se sienten, dialoguen y hagan magia.

Eso es lo peor. La autoridad federal le pide a la población inconforme que hable con las autoridades cómplices de Joaquín Caballero y eso augura que todo seguirá igual con el riesgo de que se genere una epidemia de dimensiones colosales.

Desde octubre los allendenses procedieron legalmente. Denunciaron ante la Procuraduría Estatal del Medio Ambiente, la PMA o Profepa estatal como se le conoce; ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa federal), la CMAS y la Secretaría de Gobernación federal. Enteraron del caso a la diputada local, Eva Cadena Sandoval, para que se ventile en el Congreso de Veracruz.

Segob dice que dialoguen, que convoquen a Profepa, Conagua, Secretaría de Medio Ambiente estatal, Semarnat y hay que echarse un tour, verificar cómo está el desmadre y lograr acuerdos.

Pues que la gente se enchila. Y con toda razón. Cuando se requiere un acto de autoridad, sale Segob con que hay que dialogar con el que contamina y con sus cómplices.

Mejor que vayan los allendenses a casa del alcalde Caballero, le arrojen la basura en la puerta, le vacíen todo en sus vehículos y ya verán cómo en un dos por tres deja de contaminar.

A grandes males, grandes remedios.

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