La conciencia, dicen, son un pequeño ángel y un pequeño diablo. Parados sobre el hombro de un mortal, suelen aconsejar, para bien o para mal. 

Los sensatos y los canijos los escuchan y hacen caso, siguen sus palabras, generando buenas y malas cosas por igual.

Miguel Ángel Yunes Linares debe haber escuchado a la conciencia buena. Le oyó decir que es tiempo que en los ayuntamientos se reduzca el gasto, que el dinero alcance mejor, que ya basta de tanto inche regidor inútil.

Créanme, con todo y lo que se dice del gobernador de Veracruz, de su carácter hosco, de su mano dura, de lo terco que es, creo, estoy seguro que esta vez escuchó al pequeño ángel que desde su hombro le aconsejaba qué debía hacer.

El Veracruz que hereda es un Veracruz partido en pedazos, incendiado en algunas regiones, dominado por el miedo que provocan los cárteles y en general el crimen organizado que se han apoderado de la vida pública, que han sometido a la autoridad, que han secuestrado la tranquilidad de la población.

Ese Veracruz enfrenta, además, un desastre financiero. El dinero que había se lo robó Javidú y dejó las instituciones para el arrastre, con deudas al por mayor.

La emergencia, dice Yunes Linares, obliga a aplicar un plan de emergencia. Habrá ajuste al gasto del gobierno. Tendrá que renegociarse la deuda con los bancos. 

Quizá haya que solicitar algún crédito para aliviar el conflicto con aquellos a los que se les debe. Y, por supuesto, bajarle a los gastos excesivos que tiene el gobierno de Veracruz, el Congreso estatal, el Poder Judicial del Estado y los ayuntamientos.

En ese punto, Yunes Linares aborda el tema de los adeudos con los ayuntamientos. El dinero, señala, se lo robó Javier Duarte de Ochoa y su equipo de rateros. 

A Javidú hay que pescarlo, refundirlo en una prisión y que devuelva lo que le quitó a los veracruzanos. 

A los ayuntamientos se les deben partidas federales pero los ayuntamientos deben bajar su gasto. 

Yunes Linares hace una propuesta: reducir el número de regidores, lo que impactaría favorablemente en sus finanzas. Menos burros, más olotes.

Plantea Miyuli (así le decimos sus cuates a Miguel Yunes Linares) que si reduce el número de regidores de los 212 municipios hasta en 230 espacios, el gasto bajará. Y tiene razón.

Los regidores, junto con el alcalde y el síndico, quizá hasta el secretario y el tesorero, son quienes mejor salario tienen en un ayuntamiento. Es lo que ganan, la caja chica que manejan, los auxiliares que trabajan bajo sus órdenes. Todo eso representa una carga financiera que impacta en la nómina municipal.

Yunes Linares será gobernador sólo por dos años, de diciembre de 2016 a noviembre de 2018. Lo que propone estaría chido porque le restaría carga financiera a los ayuntamientos. Los ediles que integren los ayuntamientos, tendrían mayor responsabilidad y más tareas a realizar.

Sólo hay un inconveniente: la reducción de regidores, si la llegara a aprobar el Congreso de Veracruz, no podría aplicarse en el tiempo que Yunes Linares sea gobernador. En la elección de alcaldes, en junio de 2017, tendrían que elegirse cabildos con el mismo número de ediles que los actuales ayuntamientos. Y el gasto seguiría igual.

Cualquier cambio a la ley electoral debió realizarse antes del 10 de agosto de este año. Lo que ahí quedó, quedó. Y entre eso está el número de ediles que serán elegidos en junio de 2017.

El director del Centro Municipalista para el Desarrollo, Rubén Ricaño Escobar, asegura que la reducción del número de regidores podrá realizarse en los comicios de 2021 y que la reforma electoral debería contemplar que esos ediles sean electos, cada uno, alcalde, síndico y regidores, por medio del voto al aspirante. O sea, que no se elija una planilla propuesta por un partido sino a cada integrante de la misma. Eso sería más representativo y se le daría vigencia al concepto de “elección popular”.

El exceso de regidurías han sido un negocio de los partidos políticos. Ahí acomodan a los recomendados de los grupos que contribuyen a que un candidato a alcalde gane una elección. 

Incluso los partidos que pierden tienen derecho a un número determinado de regidurías en base a la votación obtenida y quienes acceden a un ayuntamiento son quienes ocupan los primeros lugares de la planilla registrada.

La democracia en México es cara. Los partidos abusan y la encarecen aún más. El asunto de los regidores es una buena medida para reducir el gasto de los ayuntamientos, pero no será algo que se pueda aplicar en la elección de 2017. Será en 2021.

La buena conciencia le dio un buen consejo a Miyuli y él así lo expresó, pero la reducción de regidores sólo se podrá lograr dentro de dos elecciones.

Y para entonces, Yunes Linares ya no será gobernador.

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