Doce muertos son un buen y peor si ocurren en un solo día. Y mucho peor si ese día es el fatídico martes 13.

Pos ya sucedió en este Veracruz tan sufrido y azotado por la violencia de los malandros que no tiene pa’ cuando terminar.

El martes 13, como si pesara sobre Veracruz una maldición milenaria, de esas que fueron lanzadas con sangre y fuego, ocurrieron varios hechos de sangre con saldo de 12 muertos en los municipios de Tuxpan, Coatzacoalcos, Acayucan, Papantla, Vega de Alatorre, Las Choapas, Tres Valles, etecé, etecé y etecé.

Les cuento vatos:

Según una recopilación de los hechos de sangre, publicada por varios medios de comunicación, hubo dos ejecutados en el libramiento de Tomoxtle, en Papantla, en la autopista Poza Rica-Tuxpan. Ambos cuerpos se hallaban semidesnudos y con señales de violencia, el clásico método del crimen organizado. Torturan a sus víctimas y se les quedan en las manos. O les sacan la sopa y les dan cran.

Otro caso sucedió en Vega de Alatorre donde el empresario Narciso Lorméndez Barradas iba a ser secuestrado. Se resistió y lo mataron.

Acá en Las Choapas sucedió lo de Salvador López Rodríguez, conocido como Chava. Lo sacaron de su casa, en Barrio Tepito, muy temprano, el lunes 12. Los individuos que allanaron su hogar decían que eran policías federales.

Algunos vecinos de la colonia Batería Tres aseguran haber oído algunas detonaciones a eso de las 7 de la noche. El cuerpo de Chava apareció a la mañana siguiente, el martes 13. Presentaba huellas de tortura.

Van cuatro. Seguimos.

Un comando armado irrumpió en el Bar San Francisco, en Acayucan, donde ubicó a cuatro individuos. Les vaciaron varias descargas ultimando en el acto a tres de ellos. El otro fue trasladado de emergencia a un hospital donde finalmente perdió la vida.

En Las Matas, por el rumbo donde se halla el tiradero de basura usado durante algún tiempo por los ayuntamientos de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque, fue encontrado el cuerpo sin vida de un individuo. También presentaba huellas de tortura. 

Dos días después nadie había reclamado su cuerpo ni se le había podido identificar. Por las características de la muerte, fue una ejecución al estilo del crimen organizado.

En el centro del estado de Veracruz, en Cosamaloapan, tierra de ilustres veracruzanos del bajo mundo de la política, como Fidel Herrera Beltrán, fue levantado Ricardo López Velásquez.

De acuerdo con el informe oficial, fue decapitado y sus restos aparecieron en el municipio vecino de Tres Valles. En el cuerpo se halló un mensaje presumiblemente firmado por el grupo delictivo de los Zetas.

En el norte del estado ocurrieron dos hechos más. Uno de ellos en Casitas, municipio de Nautla, donde una persona joven fue asesinada a balazos mientras se encontraba afuera de una pequeña tienda del lugar.

Otro caso sucedió en Tuxpan. Ahí la víctima respondía al nombre de Luis Santiago Cruz, de 60 años de edad, al que lo hallaron atado de pies y manos en el interior de su casa en el Infonavit Tulipanes.

Recuerdo claro, clarito, las palabras del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares de que ahora los que se tenían que cuidar eran los delincuentes. ¿Cómo dijo en Poza Rica, el domingo 11? Ah, sí. “Envío un mensaje a los delincuentes y a sus jefes… vamos tras ellos”.

Pero creo que los malandros son sordos porque no le oyeron. O se hicieron pendejos. O de plano decidieron retarlo.

 Y así vemos que lo que pensamos que no iba ocurrir, sucedió. La violencia se recrudeció el martes 13 y muchos veracruzanos comenzaron a especular si esto va a ser el inicio de otro baño de sangre.

La violencia va a tardar en ser abatida, creo yo. Con Javier Duarte se disparó porque el méndigo gordo había pactado con los de la delincuencia organizada y hacían lo que querían. Así fue como Veracruz se convirtió en un cementerio y lo bañó una ola de sangre.

Yunes ya le pegó un golpe a los malandros en Jesús Carranza, donde hubo 20 bajas para la delincuencia. Les decomisaron todo el armamento que traían, con el que iban a apoderarse del sur de Veracruz.

En dos semanas es difícil que la violencia disminuya y es obvio que los grupos delincuenciales no se van a rendir fácilmente. Lo del martes 13 es una prueba de ello. Pero ya veremos en cuanto comiencen las acciones más serias de las fuerzas federales y estatales.

Por lo pronto, qué martes 13 tan sangriento.

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