Les digo algo: Javier Duarte no fue el único pillo. También Karime, su esposa, y la parentela. También los miembros del gabinete y sus empleados. También los diputados, los jueces y los magistrados.

Y lo que me acaba de llenar de piedras el riñón es que en el último día de su encargo, cuando Javidú ya andaba de pelada, los miembros del Congreso, nuestros ilustres diputados, estiraron la mano y se llevaron 75 millones de pesos.

Ufff y recontra ufff. Quisiera patearlos.

Los muy jijuesuchi, no sólo los priistas sino también los del PAN, PRD, PT, Nueva Alianza, Verde, AVE, inches lacras de caca, recibieron 75 melones que les envió la Secretaría de Finanzas y Planeación, que obviamente no alcanzó a llevarse Javidú.

El asunto lo trae el columnista Arturo Reyes Isidoro, en Prosa Aprisa, y lo ha secundado el también columnista Jorge Manrique en Del Otro Lado del Cristal. Ambos han documentado que la cifra es real, cómo la aplicaron y quiénes se embarraron.

En un principio, Reyes Isidoro había dicho que se trataba de 140 millones. Ahora precisa que son 75.

“Me han corregido la cifra. Me dicen que en realidad fueron sólo 75 millones de pesos y que sirvieron para apoyar con un pago extraordinario a los diputados salientes, entre quienes se repartieron 50 millones, y los 25 restantes fueron para los coordinadores de las bancadas así como para los miembros de la Comisión Permanente”.

No manches. Qué inche puñalada a la ya de por sí precaria condición financiera de Veracruz. La pobreza cada vez pior, el dinero sin aparecer y de lo poco que quedaba estas lacras se jodieron 75 melones el último día que estuvieron en el Congreso.

Si leyeron bien se habrán dado cuenta que en el robo participaron todos, los del PRI y sus aliados y los supuestos opositores, los perredistas y los panuchos.

Ahí les va con detalle: 50 millones fueron para “todos” los diputados salientes y 25 millones para los coordinadores de las bancadas y los miembros de la Comisión Permanente, que obviamente está integrada por legisladores de todas las fracciones parlamentarias.

El que movió el dinero fue el entonces tesorero del Congreso, Serafín Hernández Sagaón, quien obedecía ciegamente al líder de la bancada del PRI, Juan Nicolás Callejas Arroyo. Pero el güey sigue ahí. Ahora su hijo, Juan Nicolás Callejas Roldán, líder de los diputados priistas, negoció y logró que lo designaran jefe de Recursos Humanos de la Legislatura, clave para encubrir a los aviadores.

El mugre tipejo, según Jorge Manrique, usa el cargo exigir favores sexuales a las féminas. Las que aflojan siguen incrustadas en el Congreso con salarios hasta de 70 mil pesos al mes. En esa línea andan los Callejas, gozando del cariño de sus protegidas, sin que les cueste porque para eso sirve la nómina.

El asunto es corrupción por donde se le vea. A Serafín se le hizo fácil cumplirle el capricho a su patrón Callejas, pero ahora que se está revisando cada peso usado sabe que lo van a reventar.

Lo cañón es que los diputados panistas actuales supieron del reparto de los 75 melones y no le pasaron corriente a su jefe, el gober Miguel Ángel Yunes, desatando la ira de este personaje, que si algo tiene es que cuando odia, odia.

Los diputados salientes no solo eran del PRI. Los panistas se llevaron su millón, los perredistas también y ya ni les digo de los otros, los rémoras, verdes, del Panal, del PT y del AVE. Los 25 melones restantes se lo echaron los coordinadores de las bancadas y los 10 miembros de la Comisión Permanente. Más o menos como la pirinola: roba uno, roban dos, roban todos.

Pero hay un pedo. Los diputados salientes se fregaron la lana, los de ahora se quedaron callados y no hay para pagar salarios, prestaciones y aguinaldos. Y mañana se acaba el año.

Y hay una bronca más: los diputados actuales aprovechan que habrá un ajuste al presupuesto del gobierno de Veracruz para 2017, y ya andan calientes con que a ellos les toque su pedacito de pastel.

Primero que deslinden responsabilidades, que se sepa cuanto le tocó a cada diputado, cómo se prestaron al saqueo y a cuenta de qué los premiaron. Y que devuelvan lo que se robaron.

Más pillos ya no.

PS: Se nos fue el 2016. Nada tengo, sólo mi esperanza en que 2017 sea diferente, menos incierto, menos injusto, menos doloroso; que los que nos robaron sean aprehendidos y devuelvan lo que se llevaron; que sus cómplices y prestanombres les hagan compañía; que los que llegaron honren su palabra y nos rescaten del pantano en que se ha convertido Veracruz; que no sean más de lo mismo. 

Nada tengo, sólo el deseo de que la felicidad reine entre ustedes, los que conforman la gran familia PRESENCIA, los lectores y los de casa, mis compañeros; que no perdamos el sentido de sociedad y que unidos, en la misma dirección y hacia el mismo objetivo, como el Ave Fénix, emerjamos de nuestras cenizas. Mi abrazo, mi afecto, mi gratitud. Salud por todos. 2017 será mejor.

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