Ya nació el 2017. Pinta como Picasso: requetefeo. De entrada el gasolinazo que habrá de disparar el precio de todo y que dejará el salario reducido a nada. Y luego las empresas que cierran, las inversiones que no llegan y la méndiga corrupción de Javidú, dejando a Veracruz bien pelado.

Nos amanecemos con la noticia de que hubo acción policíaca en la caseta de peaje del puente Coatzacoalcos I. Llegaron la Policía Estatal y la Policía Federal y muy temprano se apoderaron del lugar donde los extrabajadores de Clorados III boteaban todos los días desde que la explosión los dejó sin chamba.

Según dicen los portales informativos, casi medio centenar de elementos policíacos llegaron aproximadamente a las cuatro de la mañana y establecieron cordones de seguridad para que la caseta operara normalmente.

Tenía más de seis meses que la operación de esa caseta se interrumpió. Todos los días se observaba ahí a decenas de personas diciendo ser ex trabajadores de Clorados III o de compañías que tenían contrato en esa área del complejo petroquímico Pajaritos perdieron su fuente de empleo.

La explosión fue el 20 de abril. En los días siguientes, ellos anidaban la esperanza de que se les reubicara y siguieran teniendo sustento, algo que llevar a sus hogares. Pero pronto comenzaron los despidos o simplemente no los volvieron a contratar.

Me cai que yo los vi en el complejo. No querían hablar. Decían que si lo hacían no les iban a pagar su semana. Les dije que si no se manifestaban iba a ser pior. Les valió y hasta me bronquié.

A la semana supe que fueron a protestar frente al palacio municipal de Coatza. Hicieron lo que aquí su servilleta les había recomendado. Se dieron cuenta que fuera de las indemnizaciones a los familiares de las víctimas, a nadie más le iba a tocar billete ni trabajo.

Y como medida desesperada comenzaron a realizar acciones en el puente de peaje del puente Coatzacoalcos I.

Más de medio año han tenido bajo su control la caseta. Dejan pasar los vehículos sin que se pague la cuota, pero tomando lo que los automovilistas les quieren dar. Algunos lo piden de buena gana, otros con reclamo y medio sácalepunta.

Ahí también andan tipos que nada tuvieron que ver o que perder en la explosión de Clorados III. No trabajaban ahí pero le hallaron la vuelta para ganarse una lana de a gratis.

Así andaban hasta que llegaron los cuerpos policíacos, la madrugada del domingo 1. Tomaron el control y se acabó el negocio. Claro, la gente opina que de que se lo robe el gobierno o los concesionarios de la caseta, mejor que sigan pidiendo los extrabajadores de Clorados III.

Ese es un caso. Otros tienen que ver con lo que provocará el gasolinazo, que será inflacionario porque se afecta a todo el transporte terrestre y eso va de la mano con el manejo de productos comerciales. 

Lo que hoy compramos con 100 pesos, mañana lo vamos a ver a 150. Pero dicen Peña Miento y el secretario Me-a-de que no hay purrum, que lo del gasolinazo no tiene que ver con la reforma energética sino con la necesidad de retirar el subsidio y que no tendrá repercusiones en el bolsillo de los mexicanos.

Jijuesuchis. Se ve que no viven con salario mínimo.

Así, con tal incertidumbre, no habrá quien arriesgue su capital, quien quiera invertir, quien abra fuentes de empleo y quienes lo pueden hacer seguro será con salarios de hambre.

Veracruz está como en 2016. La resaca del desmadre que dejó Javier Duarte no se va a aliviar con buenas intenciones. Mientras no den con las cuentas bancarias donde está el dinero que Javidú sacó del gobierno de Veracruz, no habrá con qué enfrentar esta crisis.

No sirven de mucho los ranchos de miles de millones de pesos porque quién los podría comprar. Tampoco las casas aquí y en el extranjero o el hotel de Javidú en España. 

Si lo lograra el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares tendría con qué pagar parte de lo que debe el gobierno estatal. Pero si no, ni cómo ayudarle.

Lo importante está en las cuentas bancarias. Uno de los cómplices asegura que le metieron tanto a las tuberías del desfalco que reventaron. 

Entonces me pregunto, ¿si el cómplice ya reveló cómo sacaban el dinero y cómo lo lavaban, cómo es que no saben cuáles son los números de cuenta, en qué banco lo depositaron y cuál fue su destino? Eso, creo, se llama seguir la ruta del lavado y los amigochos de Javidú tienen toda información. Apriétenles los huevos y a ver si no sueltan la sopa.

Ya pasó un mes del gobierno de Yunes. Ya llegó el año 2017. Se requiere un golpe demoledor pero sobre todo que haga que los capitales que desaparecieron regresen.

Todo nuevo año hace anidar esperanzas, pero en Veracruz es difícil. Tenemos que lidiar con el 2017 y si lo hacemos bien, salimos de ésta.

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