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Mussio Cárdenas Arellano

Informe Rojo

Armando Arrieta: cuando escribir es mortal

De 2005 a la fecha, La Opinión de Poza se fue quedando inerme, desprotegida, sin medidas de protección, en la mira de los violentos que en el despunte del fidelismo arrancaron la vida de su director, Raúl Gibb. Hoy la historia se repite una vez más.

30/03/2017 08:18 a.m.

* Atentado al reportero de La Opinión  * Tres balazos lo mantienen entre la vida y la muerte  * ¿Mensaje para quién?  * Se fue el Juez Porky  * Pudo conceder un amparo para efectos  * Andrea se da un tiro en el pie  * Lázaro y Cuauhtémoc, y los Alemán también son monarquía  * Morena: las diputadas y sus amantes

De 2005 a la fecha, La Opinión de Poza se fue quedando inerme, desprotegida, sin medidas de protección, en la mira de los violentos que en el despunte del fidelismo arrancaron la vida de su director, Raúl Gibb. Hoy la historia se repite una vez más.

Su jefe de redacción, Armando Arrieta Granados recibió cuatro disparos, uno en el cuello, otros en la espalda, uno más en la cintura, cuando llegaba a su hogar, a eso de las 2 de la mañana de este miércoles 29.

Atacado, postrado en tierra, lo inundaba la sangre que brotaba profusamente de su cuerpo mientras inundaba uno de sus pulmones, 

Cimbraba así al gremio de prensa que en un mes ha visto caer a Ricardo Monluí Cabrera, en Yanga, y ver baleado, aunque con vida, a Israel Hernández, mientras cubría un enfrentamiento entre obreros de la empresa Tamsa, en Veracruz.

Sacude lo de Arrieta Granados y saber que La Opinión de Poza Rica dejó de contar con medidas cautelares que debió otorgar el gobierno federal y que debió garantizar el de Veracruz.

La Opinión de Poza Rica, que circula en el norte de la entidad en la región conocida como la Huasteca, ya tiene el antecedente de que en el 2005 fue privado de la vida su dueño, Raul Gibb Guerrero, acribillado por sujetos desconocidos cuando volvía en su automóvil del municipio de Martínez de la Torre, donde había inaugurado las oficinas alternas de su periódico.

Nunca se dio con los culpables. Nunca se le hizo justicia a Raúl Gibb.

Los reclamos van y vienen. Se percibe la vulnerabilidad del gremio, la indefensión ante el ataque mortal, en la mira quienes recogen la noticia, los que comentan y analizan la terrible realidad de Veracruz.

Ofrece el gobernador Miguel Ángel que habrá justicia y acciones de la Fiscalía de Veracruz, pero el desánimo cunde, y más la condena al estado de agresión que hace recordar que así comenzó el gobnierno de Javier Duarte hasta alcanzar cifra récord en crímenes de periodistas.

Manuel Rosete, en Apuntes, expone:

“A propósito de lo anterior, el secretario ejecutivo de la Comisión Estatal de Protección a Periodistas (CEAPP), Jorge Morales, comentó ayer que en los últimos años hay por lo menos 51 expedientes de ataques en contra de reporteros de Veracruz. Se incluyen la privación de la libertad, amenazas, lesiones, robo y desapariciones.

“Dijo que la situación es preocupante. Solo durante los últimos tres meses, se han reportado tres ataques a periodistas: Ricardo Monlui Cabrera, reportero asesinado de Córdoba; Israel Hernández reportero baleado en un conflicto obrero, y ahora el ataque a balazos contra el jefe de redacción de La Opinión de Poza Rica, Armando Arrieta.

“Además, comentó que hay una alta incidencia de amenazas en contra de reporteros: ‘Sabemos que en el estado hay una debilidad y descomposición de las instituciones, hay fragilidad en el estado de derecho, los grupos delictivos en el estado que han ampliado sus actividades, y la impunidad es un elemento también’.

“Afirmó que ante esta situación se han reunido con el fiscal general del estado, Jorge Winckler, para tratar el tema y también se ha buscado la coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública”.

Otro periodista que reclama acciones, no promesas, es Bernardo Gutiérrez Parra, autor de Desde el Café.

“En tres meses y medio del gobierno de Yunes —plantea— ha habido tres atentados contra periodistas. De a uno por mes en promedio.

“Inútil clamar por protección; inútil exigir justicia.

“No exagero al decir que quienes nos dedicamos a este oficio en Veracruz andamos sólo con la bendición de Dios, porque del gobierno estatal no hemos recibido más que desprecio.

“En lugar de apoyo, invariablemente viene el choro que hemos escuchado hasta la saciedad: ‘La Fiscalía General del Estado ha iniciado ya las investigaciones correspondientes para sancionar a los responsables de este cobarde atentado que no debe quedar impune. Respeto plenamente la libertad de expresión y el ejercicio profesional del periodismo. Me encuentro sumamente preocupado por los hechos recientes en contra de comunicadores’, dijo el gobernador.

“Pero ya no queremos oír eso, gobernador. Ya basta de frases retóricas. Lo que exigimos es seguridad, seguridad, seguridad.

“Eso fue lo que prometió a los veracruzanos. Y por eso es que votaron por usted un millón 55 mil 544 incautos”.

Crece la violencia contra los medios, en la mira de los violentos, sin nada que pueda preservar su trabajo profesional.

La pregunta flota en el gremio: ¿mensaje para quién?

Archivo muerto

Devastador el efecto Porky. Sacude al Poder Judicial Federal, lo maltrata, exhibiendo sus taras y sus vicios, el manejo errático de un caso que pega en la fibra sensible de la población femenil: el ataque sexual. Si Anuar González Hemadi, el juez de distrito, hubiera concedido un amparo para efectos, no liso y llano como lo hizo, habría tenido menor impacto. 

Pudo ordenar la reposición del proceso. Pudo enfatizar que no se emitió correctamente la orden de aprehensión porque más que pederastia, es abuso sexual. 

Consultados al respecto, diversos abogados coinciden en que Anuar González se inmoló inútilmente. ¿Qué lo obligó a conceder un amparo liso y llano? Más allá del razonamiento jurídico, de la inconsistencia de las pruebas, de la fragilidad del caso Porkys, están las formas. Con un amparo para efectos pudo cumplir y salvar el pellejo. Pero no. 

El plan era allanarle el camino a la libertad a un mequetrefe que de antemano ya está condenado por la sociedad. Diego Cruz Alonso es el que tocaba los senos, el que metía la mano bajo la falda, el que introducía los dedos en la vagina, pero mostró deseo carnal, pero no fue lascivo, no tuvo intención sexual. 

Así está en la sentencia. Y eso ya lo condenó. Denostado en las redes, tildado de Juez Porky, Anuar González renunció a seguir con el otro amparo, el de Enrique Capitaine, que por lo que se ve iría en el mismo sentido que el Diego Cruz. 

Horas después, el Consejo de la Judicatura lo suspendió e inició una investigación administrativa. Así se estila para salvar a los suyos. Simulan que es castigo y los cobijan. Ya palpó el Poder Judicial que si se trata de incendiar las redes sociales, basta un amparo que agravie y lo demás lo hacen los internautas… Se le creía más inteligente. No lo es. Hurgando en la herida de los Yunes, dice Andrea, la hija del senador Héctor Yunes Landa, que no aspira a la alcaldía de Veracruz pues su familia es demócrata, no monárquica. 

Con lenguaje de Peje, parafraseó al líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, con aquello de que el clan Yunes-Linares-Márquez es la monarquía azul y de pasó evadió contender contra su primo hermano, el senador con licencia, Fernando Yunes Márquez. Pero erró Andrea. Y por partida doble. Su familia, la de los Yunes Landa, no es demócrata, es corrupta. Usar disfraz de policía del IPAX como lo hicieron su abuelo y sus tíos para obtener permisos de portación de armas, insertarse en la estructura de la corporación, mentirle a la Sedena, es un acto de transgrede la ley y que pronto estará en los tribunales. 

Así no se puede ser demócrata. Y si monarquías habla, tiene dos ejemplos en el PRI: Lázaro Cárdenas y su hijo Cuauhtémoc, uno presidente, el otro gobernador de Michoacán y ganador de la elección presidencial en 1988, robada por el salinismo al que por cierto sirve Héctor Yunes; el otro es más cercano.

Son los Alemán, don Miguel Alemán Valdés, gobernador y presidente de México, y su hijo Miguel Alemán Velasco, senador y gobernador de Veracruz. O sea, son monárquicos los Yunes y no son monárquicos don Lázaro y su hijo, ni los Alemán.

Buen tema para Andrea Yunes, quien un día aspiró a ser la “chofera" de su tío Miguel, según su whatsapp… Dardo letal el de Rogelio Martínez Hernández: en Morena las diputadas imponen a sus amantes.

 Del Facebook de quien en la elección federal fue representante de Rocío Nahle García a la diputación por Morena en el distrito de Coatzacoalcos: “Hay una serie en Netflix, se llama ‘Las Infames’. Es lo que está pasando en ‘Morena’. Se están prostituyendo algunas diputadas, ponen a sus queridos en las regidurías, síndicos y hasta alcaldes...al tiempo!”… 

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www.mussiocardenas.com



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