* El Heraldo inicia reclutamiento de periodistas * Reporteros, fotógrafos, publicistas y diseñadores, a entrevista de trabajo * Rinde protesta hoy Theurel como alcalde de Coatza * Duarte, testigo de calidad * Don Pepe Tubilla y el allegado infiel

Javier Duarte de Ochoa ya entró al club de los mentirosos profesionales. Traicionó su palabra, su oferta electoral, su promesa de campaña y, con una treta burda, aplicó el cobro del impuesto a la tenencia de vehículos.

 

Duarte es, además de incongruente, patético. Acumula día a día el repudio de muchos y la suspicacia de otros. Hace del engaño un alarde, el motor de sus acciones de gobierno y la tónica del naciente gobierno de Veracruz.

 

Ser embustero es complicado, pero al doctor Duarte se le da con asombrosa naturalidad. En campaña, cuando su mentor, Fidel Herrera Beltrán, lo impulsaba para ser gobernador, echó mano de una promesa populista que bien que mal le acarreó algunos votos, pero que denotaban de qué son capaces los políticos con tal de aferrarse al poder. Prometió que los veracruzanos no pagarían impuesto sobre tenencia de vehículos a partir de 2011, y hubo quien le creyó.

 

Esa promesa fue algo tangible. La confeccionó el 24 de junio pasado, diez días antes de la elección que lo convirtió, por la vía del fraude, en gobernador de Veracruz. Dijo entonces el señor Duarte que el régimen veracruzano se anticipaba a la decisión del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien ese día había firmado el decreto con el cual desaparecería a nivel nacional el impuesto por tenencia vehicular a partir del año 2012.

 

Muy ufano, aires de suficiencia en grado extremo, soberbio, el candidato fiel explicaba a la prensa que ese impuesto iría desapareciendo gradualmente en el resto del país, pero que en Veracruz no, que se cancelaría “de una sola vez, total y definitivamente” en enero de 2011.

 

El candidato de la mentira fue más allá. Dijo que el gobierno estatal contempló un subsidio por parte del ejercicio 2011, lo que redundaría en que, aún estando vigente el impuesto a la tenencia vehicular en el resto del país, en Veracruz no se tendría que pagar.

 

Duarte, el genio, tenía respuesta para todo. Decía que los 800 millones de pesos que dejaría de percibir el gobierno estatal, serían cubiertos con los excedentes por la venta de petróleo. Y así, categórico, soltó que “no se creará un nuevo impuesto”.

 

Si algo le faltaba —y le falta— a Javier Duarte es elocuencia, capacidad para persuadir aunque suele fabricar mentiras creíbles. Semanas antes, vía internet, había sido filtrado un documento en que Javier Duarte, siendo secretario de Finanzas de Veracruz, comunicaba a la Secretaría de Hacienda los términos de la bursatilización del impuesto por tenencia vehicular y señalaba que de ser necesario se crearía un nuevo impuesto para sustituir la captación de recursos. Aparecía al final texto, su firma. O sea, lo contrario de lo que prometía en campaña.

 

Apabullado por la evidencias, el candidato gordobés no atinaba a encontrar la salida. Como chimoltrufio, como decía una cosa, decía otra. Rubricó, sin embargo, con un ofrecimiento categórico de que el impuesto a la tenencia vehicular sería derogado.

 

Ya en su gobierno Duarte se quitó la piel de oveja. El 16 de diciembre dijo que siempre sí, que los autos de lujo pagarían impuesto por tenencia. El 20 de este mes envió al Congreso de Veracruz el decreto con el que asestó la puñalada final. Determinó que únicamente serían subsidiados los automóviles con valor menor a 230 mil pesos. Y los legisladores lo aprobaron sin chistar el martes 28.

 

Duarte es tramposo y un redomado mentiroso profesional. El impuesto de tenencia vehicular, además de que no se derogó a partir de enero de 2011, como ofreció en campaña, no se aplicó únicamente a autos de lujo. Por ejemplo, un Jetta clásico Volkswagen tiene un valor de factura de 232 mil pesos; una camioneta Ford Ranger oscila entre los 220 mil y los 250 mil pesos. Estos últimos, a menudo son usados para trabajo o para transportar mercancías.

 

En la costa los automóviles se adquieren con aire acondicionado, lo que incrementa su costo. Muchos veracruzanos no cambiarán de vehículo en 2011 para evitar un pago que es oneroso y, sobre todo, producto de un engaño. Unos más lo harán en otras entidades, como Querétaro, donde no se paga tenencia ni reemplacamiento.

Duarte, pues, se enredó en sus mentiras. Prometió y engañó. Así ganó votos.

 

Hoy, sin embargo, cosecha repudio.

Inició el reclutamiento en el periódico El Heraldo, que iniciará operaciones en enero, en Coatzacoalcos, bajo los auspicios de Tony Macías, el suegro incómodo del gobernador Javier Duarte de Ochoa. Decenas de reporteros, fotógrafos, publicistas y diseñadores pasaron por el hotel Valgrande, a mediados de diciembre, para sostener la entrevista con un triunvirato que a todos decían que reunían el perfil y que el 13 de enero acordarían el salario. Uno de los reclutadores es el colega Javier Zea Salas, de Radio Fórmula Coatzacoalcos, brazo derecho del periodista (?) José Luis Pérez Negrón, ex líder petrolero de Nanchital, el nuevo trampitas, involucrado en el intento golpista encabezado por Ricardo Castelo Castillo que pretendió derrocar al dirigente de la Sección 11, Ramón Hernández Toledo. En los planes de El Heraldo se incluye a los fotógrafos Sergio Balandrano Casas, independiente; Maribel Lucho Mezo, de Liberal del Sur; Gabriel Gutiérrez Baeza, de Foto Jarocha y Veracruz News; Fidencio Arévalo Chapuz, de Diario Presencia.com; Romeo Díaz, independiente; Felipe Guzmán, de Diario del Istmo. Los reporteros considerados son Geldi Ileana Cruz y Luis Enrique Rivas, de Diario Presencia.com; Félix Olarte Ferral, de Liberal el Sur; Teresa Carrasco, de Diario del Istmo, y Crispín Garrido Mancilla, de Coatza Digital, quien se perfila como el próximo jefe de información del rotativo. En el departamento de publicidad se contempla a Sergio Suárez Rueda, quien cubriera esas tareas en Diario del Istmo y en Semanario Contacto, y en diseño, Jaime Sandoval Ponce, también de Semanario Contacto. El experimento periodístico de Tony Macías tendrá como fuentes de financiamiento los ayuntamientos priístas del sur de Veracruz y obviamente el gobierno del estado, aunque huela a peculado y a uso de recursos públicos a favor de familiares cercanos, lo que transgrede la ley. El segundo objetivo es desmantelar a los dos periódicos locales, Diario del Istmo y Liberal del Sur y apoderarse de la plaza. Como se ve, en enero esto se va a poner más que divertido...

 

Esta noche rendirá Marco César Theurel Cotero su protesta como alcalde de Coatzacoalcos, para el período 2011-2013. Llega al cargo tras una elección complicada, superando apenas por 6 mil votos al también priísta, Gonzalo Guízar Valladares, pero que contendiera bajo las siglas del Partido Acción Nacional, luego que el entonces gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, le hiciera creer que sería candidato del PRI, lo desechara e impusiera a Theurel Cotero. Gonzalo Guízar decidió contender contra el tricolor. Theurel rendirá la protesta de ley en sesión solemne de cabildo, a las 8 de la noche, en el anexo del palacio municipal, siendo testigo el gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa...

 

Don Pepe Tubilla fue un hombre de trabajo, místico de la lealtad, íntegro y con una visión de empresa única. Lo que tuvo le costó un vida de esfuerzo. Dio y recibió; amó a los suyos, y a los que sus hijos amaban, les abrió su corazón. Un día, sin embargo, llegó a las instalaciones de su empresa fotográfica, y se llevó una desagradable sorpresa. Uno de sus más allegados fornicaba sobre uno de los escritorios con la secretaria. Montó en cólera, despidió al infiel personaje y hasta del hogar que le había construido lo corrió. Acabó así con los sueños de grandeza de un sujeto perverso, profundamente malagradecido, que le mordió la mano, que traicionó su confianza, que se burló a placer. Con él se fue todo un equipo de trabajo, su séquito, expertos en manipulación de imágenes fotográficas, hacedores de fotos familiares. Tiempo después, la engañada esposa fingió amnesia y la burla se consumó. Don Pepe nunca olvidó. Esa es historia de escándalo. Habrá tiempo...