Hace tiempo los diputados perredistas en el Congreso de Veracruz andan en boca de todos. Traen a cuestas la sospecha de que le  sirven al gobernador Fidel Herrera Beltrán, que gozan de privilegios y que son burdamente maiceados para no alterar el proyecto de la fidelidad.
Esa suspicacia creció cuando tres de los cuatro perredistas —Margarita Guillaumín, Celestino Rivera y Fredy Ayala— se abstuvieron de votar durante la aprobación de la bursatilización de las participaciones federales, que comprometen 6 mil 800 millones de pesos. El consejo estatal del Partido de la Revolución Democrática había determinado que votaran en contra del proyecto del gobernador de Veracruz. Esa vez el único que  acató la instrucción fue el diputado Manuel Bernal Rivera. Aprobada la bursatilización por el voto de la mayoría priísta y el disimulo de algunos mal llamados diputados de oposición, el púnico recurso para impedir el endeudamiento brutal a que ha sido llevado Veracruz, fue interponer un recurso de inconstitucionalidad. Requeríanse 17 firmas de diputados y la anuencia de los cuatro perredistas sería elemento clave para someter al criterio de la Suprema Corte las presuntas violaciones al orden constitucional y a las leyes estatales. Sergio Vaca Betancurt, de Convergencia por la Democracia, y José de Jesús Mancha, del Partido Acción nacional, fueron dos de los principales impulsores del recurso de inconstitucionalidad. Confiaban en reunir las 17 firmas y contar con el apoyo de los diputados del PRD.  Vencido el plazo fatal del 30 de septiembre para interponer el recurso de inconstitucionalidad, dos perredistas —Celestino Rivera y Manuel Bernal—y un convergente —Alfredo Tress— sabotearon la estrategia para impedir el endeudamiento brutal de Veracruz. Se hicieron ojo de hormiga; Celestino Rivera alegó que anda enfocado en la acusación por la violación de una menor de edad indígena; Manuel Bernal se hizo el enfermo, y Alfredo Tress simplemente desapareció del escenario. Margarita Guillaumín y Fredy Ayala mostraron esta vez bondad inaudita al firmar el malogrado recurso de inconstitucionalidad. Sea como sea, la bursatilización de las participaciones federales cumplirá con su misión de destrozar el desarrollo de Veracruz. Frustrado el intento de impedirlo con las armas de la ley, provocará el más grande endeudamiento en la historia de la entidad. Sumirá a Veracruz en un bache sin fondo, del que no saldrán los veracruzanos en por lo menos tres décadas.
Si antes había sospechas del alineamiento de los diputados perredistas con Fidel Herrera, el sabotaje al recurso de inconstitucionalidad despeja dudas. Actuaron con evidente dolo, postrados ante el poder. Confirmaron su sujeción al gobernador y su traición a la esencia perredista y al compromiso con las causas sociales. Veracruz tendrá años de penumbra. Ha cancelado su opción de desarrollo. Dispondrá de recursos económicos inmediatos, pero tardará 30 años en pagar el dinero proveniente de la bursatilización y los intereses que ello genera. En una frase bíblica, será el tiempo de rechinar dientes, años de vacas flacas, la incertidumbre, el ahondamiento de la desigualdad, el crecimiento de la pobreza, la cancelación de su futuro.
No se sabe qué hará el PRD con sus diputados locales. Nada suelen hacerse entre pares que violan con toda frescura sus acuerdos, sus estatutos y sus principios. Terminarán dándole vuelta a la hoja, apelando al olvido cómplice y solapando la rapacidad fiel.

Emilia Lara es el nombre de una mujer nada común. Laboró en el Ayuntamiento de Coatzacoalcos, concretamente en el área de Tesorería. Llevó una vida humilde, sencilla y sin estridencias. Así vivió y, finalmente, así murió. Su nombre quizá no diga nada. Ella, sin embargo, solía contar a sus compañeros de trabajo, que procedía de un hombre poderoso en los tiempos del cacicazgo de Amadeo González Caballero. Su padre biológico fue, aseguraba doña Emilia, el ex alcalde Mariano Moreno Nextle. Decía también que no fue reconocida legalmente y que a ella poco le importó. Relataba otra anécdota: cuando Mariano Moreno Canepa, hijo de Moreno Nextle, se convirtió en tesorero del Ayuntamiento que encabezara Iván Hillman Chapoy, la hizo llamar. Le dijo que tendría un trato especial, una mejoría en sus percepciones y lo que requiriera, incluso una fuerte suma de dinero. Sólo pretendió imponerle una condición: que no dijera a nadie que era su hermana de sangre, que no revelara que el padre de ambos era Mariano Moreno Nextle. Contó entonces doña Emilia Lara que ante semejante insulto, mandó al diablo a Marianito Moreno Canepa con palabras impublicables. “Si en vida no le pedí nada a tu padre y si tú nunca quisiste saber de mí, nada te pido y nada acepto de ti”, aseguraba que le respondió. Doña Emilia Lara murió en la sencillez y en la mesura con que vivió siempre, orgullosa, eso sí, de no deberle nada a su hermano Mariano Moreno Canepa. Así vive sus vergüenzas el hoy síndico municipal, afín a la mordaza inmoral. Sobran testigos que relatan aquel pasaje, empleados de la Tesorería, donde doña Emilia laboró toda una vida… Virtual destape de Miguel Angel Yunes Linares. Dijo aquí, en el Centro de Convenciones de Coatzacoalcos, el sábado 19, que es su derecho aspirar a la gubernatura de Veracruz; que es el derecho de cualquier veracruzano. Planteó el director del ISSSTE una posible alianza ciudadana por el cambio en Veracruz, en la elección del 4 de julio de 2010, palabras que las corrientes panistas interpretaron como un futuro acuerdo entre grupos en el seno del Partido Acción Nacional para la elección del año 2010 y así evitar fracturas y llegar fortalecidos a la contienda por el gobierno de Veracruz…