LLUVIA DE QUEJAS se recibieron anoche contra el gobierno municipal, debido a su negligencia y desinterés, ya que a siete meses de administración, no se han preocupado por desazolvar las coladeras y esto causó serias afectaciones en el primer cuadro de la ciudad y en múltiples colonias, por la intensa tormenta que se prolongó por más de dos horas.

 

Por si eso fuera poco, en la calle Los Mangos y parte de la avenida 20 de Noviembre en la colonia La Sabana, las coladeras están tapadas pero con mezcla de cemento, gracias a que los camiones tipo Trompos que acarrean material de La Virgencita a las obras de pavimentación que se realizan, en el camino van tirando cemento y éste va a dar a los desagües pluviales.

 

Hablemos con respecto a esa fábrica de cemento premezclado de reciente apertura en esta ciudad, aquí hay dos situaciones muy dudosas: ¿De quién es esa cementera?; muchos dicen que es de Jesús Uribe Esquivel, uno de los brazos derechos del actual alcalde, Renato Tronco, pero ¿quién está verificando que ese material cuente con los certificados de calidad?, pues precisamente esa mezcla es la que se está utilizando en las pavimentaciones de calles en este municipio y su calidad ha dejado mucho que desear, pero los contratistas prefieren culpar a los jornaleros por su “mal aplicación”, aunque expertos en la materia aseguran que es la mezcla que no cuenta con calidad y se hace de manera rustica.

 

Esta empresa se abrió recientemente, más bien dicho, empezó junto con la presente administración y desde entonces, se dejó de adquirir material a las cementeras Cruz Azul como se venía realizando desde la primera administración tronquista, ahora, un mismo “choapense” logró adquirir maquinarias y trompos e instaló la fábrica a un costado de la capilla La Virgencita, pero de su calidad, nadie ha dicho nada, esto a pesar de que las obras no están quedando como se prometió: con calidad. Y es que en esta administración parece ser que buscan ahorrarse los recursos, aunque no se sabe a dónde va a parar ese dinero, resulta que también se abrió una papelería en el primer cuadro de la ciudad, muy cerca de la delegación de tránsito, que también se encarga de suministrar todos los artículos al Ayuntamiento.

 

A quien se le ve muy seguido en ese lugar es al tesorero municipal, Gustavo Alarcón del Moral. Ya sólo falta que el agua purificada que surten en el Palacio venga de la purificadora Tronquini, sería el colmo. Aquí valdría la pena saber qué filtro existe por parte de los propios ediles o qué papel juegan ellos; el de velar por los intereses del pueblo o ser cómplices de un delito.

 

El síndico del Ayuntamiento, Sergio Guzmán Pérez debería estar muy pero muy pendiente de lo que sucede en la presente administración, porque no se duda ni un tantito que haya presta nombres en estas empresas que sólo estén lavando el dinero del erario público para seguir enriqueciendo a nuestros gobernantes. Lamentablemente no hay imparcialidad y para la toma de decisiones no todos los regidores son tomados en cuenta, ni siquiera los que se consideran del grupo tronquista, a ellos sólo se les pide firmar y es todo.

 

Y YA QUE HABLAMOS DE EDILES, quien no ha dado una sola en esta administración es el regidor Enrique Callejas, es más pocos lo conocen, porque se pierde por días y sus comisiones permanecen en el abandono. Este edil es casi una copia o algo similar a lo que fue Celedonio Callejas Muriel cuando fue regidor hace ya varios años, sólo llegaba cuando se citaba a Cabildo o cuando eran días de pago.

 

Sin embargo, ellos sí pueden faltar y la Contraloría del Ayuntamiento no dice nada, pero si un empleado de confianza o sindicalizado se retrasa unos minutos en su hora de entrada, ya están las sanciones y amenazas de darlos de baja. Qué gobierno tenemos actualmente, vamos de mal en peor. (Comentarios, tips y chismes a [email protected])