* García Bringas, menos yunista, más priísta  * Piel con piel, el regidor y la chica plástica  * La foto que los incrimina  * Intentan amedrentar al contralor Rafael Tejeda  * Investiga a “aviadores” en el Ayuntamiento de Coatzacoalcos  * No podía ser integrante del cabildo  * Juicio por fraude, el impedimento  * Jordi Mullor desacata sentencia de reinstalación
 

Nadie como Brian Carlos López Mendoza para describir las venas corruptas del Ayuntamiento de Coatzacoalcos. Sumido en el descrédito, su pasado documentadamente delictivo, sobre él una acción judicial y una aprehensión, regentea hoy la Jefatura de Adquisiciones del gobierno que encabeza Marco César Theurel Cotero.

Empresario, constructor, unas veces empleado, otras accionista, López Mendoza finalmente es trepado a las ligas mayores del proyecto económico del alcalde Theurel, inserto ahí, donde se dilapida el erario, se manipulan facturas y se construyen fortunas malhabidas.

Su nueva faceta de funcionario municipal reafirma que el Ayuntamiento de Coatzacoalcos no es el motor del desarrollo social sino el escenario más vívido del caos político y del descaro institucional, desatada la voracidad para consumar negocios.

Brian Carlos lucra lo mismo afuera que adentro; es jefe de Adquisiciones, siendo simultáneamente contratista y hacedor de obra pública desde la empresa Ingeniería Ambientales y Procesos, S.A. de C.V. (IAPSA). Parafraseando a Fidel, es succionador profesional.

Detenta hoy, gracias a la mano obsequiosa de su padrino Marcos Theurel, la construcción de la calle Tláloc, en la colonia Cuauhtémoc, en Coatzacoalcos. Se trata de una obra de menor cuantía pero que descubre la intrincada red de corrupción que devora, aún sin grandes inversiones, limitados los presupuestos en este 2011, al gobierno municipal.

Brian Carlos López Mendoza es accionista en IAPSA, asociado a Alma Amparo Mendoza Ochoa, pero el verdadero poder tras el trono en la empresa es el constructor José Antonio Parra Cortaza, quien desde un modesto cargo de “residente de obra” maneja la compañía con mano certera, colecciona contratos y, por supuesto, faltaba más, cosecha millones.

Diez años atrás, en 2001, Brian Carlos se veía triunfador sin serlo. Era contratista de quinta, incapaz de tener una obra a su cargo, mientras observaba el ir y venir de fortunas al amparo del erario. Se sabía minúsculo pero apostaba a su destino, tentaba a su suerte y concebía su futuro incierto en el reducido círculo de los hombres de poder.

Se ligó a Marcos Theurel, entonces director de Obras Públicas en el primer ayuntamiento de Marcelo Montiel en Coatzacoalcos, y marcó su trayecto en un sinuoso camino, por instantes dramático, que un día impensado lo hizo parar en la cárcel. Sin nada qué ofrecer, ajeno a lo que habría de venir, fue sólo un relleno ignorado en el padrón de contratistas locales sin merecer una obra de relevancia, un salvoconducto a la abundancia.

López Mendoza, Tony Parra y Marcos Theurel han sido cómplices en once años de trato institucional. Brian Carlos era el peón de la tríada; Tony, el beneficiario de los contratos, y Theurel el dispensador de las obras. Así caminaron dentro y fuera de Coatzacoalcos, empeñados en hallar fortuna.

Una relación de contratos de obra emitidos por la Secretaría de Comunicaciones del gobierno de Veracruz, siendo Theurel titular de la dependencia, ubican a Brian Carlos López Mendoza como comparsa en diversas licitaciones públicas.

 

Participaba a sabiendas que no ganaría; proponía un presupuesto ligeramente superior a lo que ofrecía el competidor que a la postre sería el beneficiario del concurso, aleccionado éste también del límite de su cotización. Era, pues, Brian Carlos, un patiño en la mascarada.

Hoy, ya tiene pedigrí. Dejó de ser la persona física que con su nombre de pila daba nombre también a su empresa y se muestra en la cúspide de Ingeniería Ambientales y Procesos, S.A. de C.V., decidido a ir por los contratos que su padrino Theurel le ponga al alcance.

Marcos Theurel, en cambio, sabe colocar a sus amigos donde hay. Sin reparar en que es contratista, lo designó jefe de Adquisiciones del Ayuntamiento de Coatzacoalcos, siendo su firma la llave de grandes contratos, a menudo con facturas sobredimensionadas, inmoralmente alterado el precio de los productos que se pagan con recursos públicos.

Quizá suponga el alcalde Marcos Theurel que el historial de Brian Carlos López Mendoza sea anécdota olvidada. Se equivoca. Un hecho delictivo pinta de pies a cabeza, de cabo a rabo, al funcionario theurelista y contratista del Ayuntamiento de Coatzacoalcos.

Ocurrió el 22 de enero de 2010. Ese día, la acción judicial llegó hasta el seno de su empresa, IAPSA, y de su interior brotó pus y escándalo.

Difundida profusamente por la Secretaría de Seguridad Pública Federal, la versión cuenta la acción de elementos de la Policía Federal Preventiva que irrumpieron en el interior de Ingeniería Ambientales y Procesos, S.A. de C.V. y hallaron tácitamente con las manos en la masa al personal mientras clonaba tapetes ecológicos de concreto flexible, usados para el recubrimiento de las orillas de los ríos y para ductos de Petróleos Mexicanos.

Entre los detenidos se hallaba Brian Carlos López Mendoza, Josué García Hernández, Carlos Arias García, Mauricio Gordiano Salazar, Jaime Ramos Pérez, David Ortiz Pineda y Anastacio Ortiz.

Fabricar esos tapetes ecológicos fue, en una frase, una fechoría. La patente para su producción está reservada a la empresa Sub Marelhers de R.L. de C.V., desde 2008.

Irrumpir en las instalaciones de IAPSA, obedeció a una denuncia anónima, que dio pie a la expedición de una orden de cateo con la cual la PFP sorprendió a Brian Carlos López Mendoza, el funcionario predilecto del alcalde Theurel, mientras elaborada los tapetes apócrifos.

Detalla la averiguación previa PGR/001/UIEDDAPI/2010, que se les aprehendió por el delito contra los derechos de autor y la propiedad industrial. Se les remitió ante el agente del munisterio público federal y fueron decomisados, como prueba de la fechoría, moldes, muestras de los tapetes ecológicos apócrifos, una plataforma de cama baja para tractocamión y documentación relacionada con la fabricación ilícita de los tapetes ecológicos.

Meses después, Brian Carlos López Mendoza caminaba tranquilo por las calles y volvía a apostarle a su suerte.
Son esos tapetes ecológicos similares a los que se hallan en la base del asta bandera ubicada en el malecón de Coatzacoalcos. Esa obra, erigida cuando Marcos Theurel era director de Obras Municipales, fue realizada por el contratista Tony Parra, actual “residente de obra” de IAPSA, la empresa de Brian Carlos López Mendoza.

No terminan ahí los episodios oscuros del funcionario theurelista. El 24 de mayo de 2007, la Secretaría de Comunicaciones de Veracruz, encabezada por Marcos Theurel, asignó un contrato de obra para la construcción del entronque carretero a Nanchital, municipio ubicado a 8 kilómetros de Coatzacoalcos, sufragada con recursos de orden federal.

IAPSA, de Brian Carlos López Mendoza, ganó la licitación 590100001-012-07. Cotizó 42 millones 500 mil 319.95 pesos y se hizo acreedora al contrato, que habría de ejecutar en un plazo de 120 días.

Poco después, IAPSA cedió los derechos a la empresa Construcciones y Proyectos Industriales ROLA, S.A. de C.V., mediante el subcontrato 92000145-07-VER, exactamente por el mismo monto que le había asignado la SECOM.

Otras investigaciones involucran a Brian Carlos López Mendoza en delitos administrativos, sancionado con multas millonarias. Alimentan la hipótesis de que el examen de confianza no fue aplicado por el alcalde Theurel, desatendida la prudencia, deseñada la moral pública, relajado el pudor.
Pierde el recato don Marcos Theurel. Otorga a sus amigos licencia para lucrar. No repara en el pasado delictivo de predilecto Brian Carlos y en el costo de su decisión.
Así es él. Nunca aprenderá.
 
Archivo muerto
 
Cada vez más lejos de Miguel Angel Yunes Linares y cada vez más cerca del PRI. Así ve el panismo de Coatzacoalcos a su diputado federal, Rafael García Bringas, cercanísimo al alcalde Marco César Theurel Cotero, aplaudidor de todo cuanto hace y dice el gobernador priísta Javier Duarte de Ochoa. Su hijo, Rafael García Carrillo, regidor municipal, y su fiel seguidora, la regidora Mary Lara, van en todas las votaciones de la mano del PRI en el cabldo de Coazacoalcos; respaldan al alcalde priísta; consienten el endeudamiento de 500 millones de pesos, que a la postre, en un plazo de 30 años, se convertirá en deuda de mil 250 millones. Saben los panistas que hay “aviadores” y “aviadoras” de la corriente bringuista en la nómina municipal, intocables, avalados por el alcalde Theurel, consentidos a cambio de la docilidad del diputado federal Rafael García Bringas, ya desprendido de la influencia del ex candidato panista a la gubernatura de Veracruz, Miguel Angel Yunes Linares. Por eso y por mucho más, el panismo de Coatzacoalcos ha dejado de ver a García Bringas como un activo para la presidencia municipal, su candidatura cancelada desde ahora. Todo por las irrefrenables ganas de volver al PRI…

 

Acurrucado, la voz al oído, piel con piel, el regidor susurraba al oído confesiones cargadas de intimidad. Ella, la chica plástica, le escuchaba sin ver, mirada tierna, extraviada, sonrisa que apenas se dibujaba en el rostro. La estampa, idilio a escondidas, y no tan a escondidas, fue captada en una fotografía de la visita del líder estatal del PRI, Héctor Yunes Landa, a Coatzacoalcos. ¿Qué dirá el veterano novio de la plástica mujercilla cuando la vea tan melosa?...

 

Mensaje delincuencial al contralor interno del Ayuntamiento de Coatzacoalcos, Rafael Tejeda Patraca: llegaba a su vehículo, estacionado a unos metros de la Secretaría de Obras Públicas, y algo extraño llamó su atención. Uno de sus neumáticos, la llanta pues, se hallaba sin aire, arteramente rasgada. Días antes inició el contador Tejeda una investigación sobre “aviadores” en la nómina municipal, inútiles que cobran sin trabajar. Poco después, se sabría en la misma Secretaría de Obras que los autores de la fechoría eran los ocho protegidos del titular, Adrián Pérez Martínez, responsables de la chamba sucia, de sabotear eventos y acciones de gobierno, financiados con salario de potentado. Uno de ellos, Manuel Salas, el más allegado a Adrián Pérez, el que arrima las nenas, con 30 mil pesos mensuales. Sea como sea, Rafael Tejeda no varía el rumbo, y su pesquisa sobre corrupción municipal sigue hasta topar con pared…

 

¿Quién es ese edil que por un impedimento legal nunca debió haber integrado el cabildo de Coatzacoacos? Tiene un fraude en su pasado reciente, acusación que data del año 2010, en aquellos días de campaña en que su candidatura a una regiduría se tambaleaba. Aún hoy, en el Congreso de Veracruz, hay quien afirma que la destitución procede… Bronca mayúscula la que le espera a Jordi Mullor, empresario del transbordador municipal que cruza a diario el río Coatzacoalcos. Ignora sentencias judiciales, reinstalación de trabajadores, desoye la decisión de magistrados. Ha de creer que el Ayuntamiento, y concretamente el servicio que presta el transbordador, es un negocio particular. Incumplir una sentencia de un tribunal de alzada equivale a destitución del cargo público y privación de la libertad. ¿Será que lo entienda?
 
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