* El exagerado de Javier Duarte
* Escuelas en completo abandono

 

JAVIER DUARTE, ES UN EXAGERADO, y no es que lo diga yo, si no que él así lo expresó la noche del pasado domingo 11 de septiembre, mientras se reanudó la sesión del Comando Unificado de Protección Civil, efectuada en Sala de Banderas del Palacio de Gobierno, con la finalidad de evaluar las afectaciones provocadas por la tormenta tropical “Nate” así como la trayectoria que el fenómeno meteorológico tomaría durante el día de ayer.

 

Y es que luego de evaluar que para el día lunes, el clima tendría una mejora considerable, debido a que las lluvias prácticamente desaparecerían y solo se registrarían ligeras rachas de viento, pero bajo el contexto de la muerte de un pequeño al caer en su humanidad la fuerza fulminante de un rayo, manifestó abiertamente: “Prefiero que me tachen de exagerado que de irresponsable, por ello es que decidimos mantener esta acción preventiva de suspender clases en todos los niveles del sistema de educación de Veracruz”.

 

Sin embargo, a nivel local, como en tantas otras localidades veracruzanas con un clima despejado y hasta soleado, la suspensión de clases causó inconformidad entre los padres de familia, quienes consideraron que lejos de prevenir, se propicia la “flojera” en el nivel de educación, debido a que la ausencia de clases perjudica considerablemente la enseñanza a los jóvenes estudiantes.

 

Y es que déjenme decirles estimados lectores que más conveniente hubiese sido que las clases fueran suspendidas el pasado viernes nueve cuando la lluvia azotaba considerablemente en el municipio y gran parte del estado, donde las corrientes de agua se formaban en plena calle –debido a un deficiente sistema de drenaje y alcantarillado de la ciudad–  provocaban problemas a niños, adolescentes y jóvenes que acudían a sus respectivas escuelas. Pero bueno, continuemos con las suspensiones de clases mal programadas e innecesarias, que gracias a ello, Veracruz presenta un grave rezago educativo, donde cerca de 2 millones 574 mil personas son analfabetas, entendiendo este concepto como los mayores de 15 años que no saben leer ni escribir o que no han terminado su educación básica. Igual que miles de padres de familias, Juan Ciudadano cree que el Gobernador debe de confiar en los maestros de cada localidad para que sean ellos los que determinen la conveniencia de suspender o no, las clases. Estamos seguros que además de exagerar, Duarte de Ochoa debe delegar responsabilidades en las autoridades.

 

SE CAEN A PEDAZOS, como si se tratarán de estructuras de papel, algunas escuelas de este municipio presentan serias deficiencias en cuanto a su estructura, sin embargo, pese a que éste diario informativo, oportunamente ha dado a conocer las afectaciones de los diferentes planteles, hasta el momento las autoridades de gobierno han hecho caso omiso a las exigencias de la población, pues incluso, el Secretario de Educación, Adolfo Mota Hernández, aceptó las carencias que existen en las instituciones educativas del estado, sin embargo, con aceptar no se resuelve nada, ya que se requiere implementar las acciones necesarias para la remodelación de las aulas educativas, e inyectar mayores recursos, pues incluso, existen algunas escuelas de la ciudad, donde los estudiantes no cuentan ni con sillas, por lo que deben tomar sus clases sentados en rejas de madera, tal y como sucede en el Jardín de niños, Mártires de Chicago, ubicado en la colonia J. Mario Rosado, mismo que desde hace 26 años de su fundación hasta el momento no recibe ni un solo peso de apoyo por parte de autoridades y sus salones de clases se encuentran sin ventiladores y mucho menos soñar con un clima, apenas y cuenta con un foco de 100 watts que debe alumbrar un salón con más de 20 alumnos, rejas de madera que son empleadas como sillas para los niños y los niños más afortunados que llegan temprano son los que obtienen una silla, lamentablemente en su gran mayoría se encuentran rotas del asiento y respaldo, así es como más de 35 alumnos estudian a diario en el Jardín de Niños, esto sin olvidar que las aulas no cuentan con ventanas y durante la temporada de lluvias el agua moja sin cesar a los pequeños estudiantes.

 

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