RENOVARSE O MORIR, frase que quedó inmortalizada por el filósofo y escritor español, Víctor Corcoba Herrero,  la cual implica la saludable necesidad de avivar cambios, o de lo contrario se corre el riesgo de morir en la monotonía.

Dicha frase bien podría emplearse para los damnificados del 2008, pues luego del ultimátum que les dio el polémico Javier Basañez Silván –quien hizo a un lado a su compadre del alma para seguir él pegado a la chichi del toro-, nuevo titular de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) de este municipio, a las personas que viven en zonas de riesgo no les debería quedar otra opción más que reubicarse a las 120 casas asignadas en la colonia J. Mario Rosado, o de lo contrario si sufren afectaciones durante las próximas lluvias no resultarán beneficiadas con apoyos, es decir, el gobierno que tanto se preocupa por su pueblo, ignorará a sus gobernados cuando más lo necesitan, es decir, cuando se encuentran afectados y entre la miseria por los daños ocasionados por las inundaciones.

Pero bueno hay que analizar las cosas, porque algunos estarán de acuerdo, mientras que a otros les parecerá una atrocidad. Por lo siguiente solo pondremos los puntos y cada uno de los lectores forjará su propio punto de vista.

En primer lugar habrá que recordar que los apoyos para las familias que vivan en zonas de riesgo serán suspendidos, pues presuntamente ya no deberían habitar ahí, debido a que sus casas ya les fueron reasignadas y éstos no han querido reubicarse.

Sin embargo, hay que tomar en cuenta que la reubicación no la han aceptado por las deficientes casas que les fueron otorgadas, pues existen familias que habitan en la colonia Tiburoneros que viven alrededor de 5 a 6 personas, las cuales, ni con la ayuda del espíritu santo podrían acomodarse en los “nuevos” domicilios de la J. Mario Rosado, y decimos “nuevos” porque realmente se encuentran con grandes afectaciones y eso que no han sido ocupadas, pues varias de las casas presentan goteras y filtraciones por las paredes, lo que genera gran cantidad de humedad, la cual origina que la pintura se levante además de debilitar la estructura de la casa, y volviendo a a las dimensiones de la casa que realmente son muy reducidas, pues aunque algunos digan que cuentan con todos los servicios que una familia mexicana necesita es importante mencionar que las viviendas cuentan con dos “recamaras” las cuales en realidad son mini cuartitos, mini baño, micro sala, mini comedor-cocina, en un mismo espacio, y en la parte de afuera tiene un lavadero, además su interior tiene acabados de mosaico, lamentablemente la falta de calidad con que fue construida queda al descubierto con el desmoronamiento de algunas paredes y las grietas que presentan por doquier.

Además, otro de los motivos principales por el cual no han aceptado el cambio de vivienda, es debido a la lejanía del lugar, pues si bien, los damnificados del 2008 son familias que se encuentran acostumbradas a vivir en el centro de la ciudad, por lo que cualquier necesidad, como es escuela, trabajo, o tiendas, se encuentran a la vuelta de la esquina y fácilmente pueden llegar caminando en escasos 10 minutos, contrario al tiempo que tardarían tan solo en salir de dicho fraccionamiento, pues lamentablemente no existe ni siquiera una ruta de taxi colectivo que llegue hasta dicha zona. Por otra parte, algunos podrían decir que la culpa es completamente de ellos por acudir a vivir en zonas de riesgo, pero déjenme decirles que tanto peca el que mata la vaca, como el que agarra la pata, pues si el gobierno tenía conocimiento de que se estaba construyendo en zonas de riesgo, desde un principio debió impedirlo, no que hoy en día quieren darles gato por liebre. (Comentarios, tips y chismes a [email protected])