* Pedirá Theurel otros 36 millones a cuenta de participaciones federales 2012  * No hay dinero para aguinaldos  * Pinky y Cerebro contra Tony Macías  * Filtran denuncia y comparecencia ante la PGR  * El diputado y su “novia” de 26 años  * Renuncia del gabinete tras el informe
 

Mediáticamente, Javier Duarte anda enredado, hecho un caos. A contragolpe, maltrecho por la violencia, sangre de inocentes y sangre de sicarios a cuestas, enfrenta a la prensa, se duele de la crítica, expresa reclamos y desliza el sabor de una conjura periodística contra Veracruz.

“Veracruz no sólo es nota roja —expresó el gobernador, suponiéndose docto en temas periodísticos—. Yo sé que para ustedes las malas noticias son buena noticia. Pero también hay buenas noticias y quiero decirles que hay otras notas importantes: las inversiones, el crecimiento económico, la generación de empleos y la infraestructura que se viene haciendo”.

Hablaba frente a la prensa luego de reunirse con empresarios de la Asociación de Industriales de Veracruz (AIEVAC), el miércoles 19 de octubre. Reclamaba un mejor trato, hombre de piel sensible, lacerada por la peor avalancha de críticas que un gobernador veracruzano haya recibido.

Su perorata no paró ahí. Pudiendo negarlo, no descartó una “campaña negra” contra Veracruz.

“No sé si exista —precisó— una campaña negra en contra de Veracruz. No sé si exista un trasfondo político. Lo que sí sé es la imagen que está queriéndose dar de nosotros y ese es un tema (en el) que todos los veracruzanos debemos estar muy unidos, todos, desde cualquier trinchera y desde cualquier punto para poder defender lo que es nuestro, que es Veracruz”.

Lanzaría también su teoría newtoniana sobre el narcotráfico: cuando llegó al gobierno de Veracruz, dijo, halló crimen organizado donde no lo imaginaba. “Sacudir el árbol, como lo hemos hecho, evidentemente se logra que las manzanas se caigan… y es feo el darnos cuenta de cómo estaban las circunstancias que nosotros desconocíamos o que algunos conocíamos, en ciertas circunstancias, pero que no pensábamos que tuviera este grado de descomposición”.

Don Javier, catalogado de iluso, de ingenuo, sostuvo que actuó con firmeza y abatió en breve tiempo los índices delincuenciales, “detener esta creciente ola delincuencial”, según él.

Refirió su visita a la ciudad de México, al foro del Consejo Consultivo de la Radio y Televisión, “y bueno, pues sé de la gran campaña nacional que han venido haciendo, por no decir en contra de Veracruz, sí pues dando un panorama desolador acerca de nuestra vida y nuestra convivencia, pero nosotros mismos”.

Pidió el gobernador a los medios de comunicación “que defiendan a Veracruz pues aquí vivimos… que hablen de lo que realmente está ocurriendo”. Enfatizó que el crimen organizado es un tema nacional, del que Veracruz no está exento.

“Contra Veracruz nadie tiene la razón”, remató.

Ese día, en el puerto de Veracruz, una mujer policía fue acribillada en la caseta en que desempeñaba su trabajo de radiocomunicación. Perseguidos los sicarios, uno murió y el otro huyó herido.

Un mes atrás, 35 cadáveres fueron arrojados debajo de un paso a desnivel, frente a Plaza Las Américas, en el corazón turístico de Boca del Río, frente a la sede del encuentro de procuradores y presidentes de tribunales de justicia del país, un día antes de celebrarse el evento, burlados los cinturones de seguridad.

Antes fueron asesinados los periodistas Miguel Angel López Velasco y su hijo Misael, junto con la esposa del columnista del diario Notiver, el de mayor circulación el puerto jarocho. Posteriormente fue secuestrada, violada, torturada, asesinada y decapitada la reportera de ese periódico, Yolanda Ordaz.

Entre un caso y el otro, apareció el cuerpo de otro comunicador, Noel López Olguín, quien laboraba en el periódico La Verdad, de Jáltipan. Hacía tres meses había desaparecido. Su muerte se le atribuye a un narcotraficante, Alejandro Castro Chirinos, alias El Dragón, confeso también de la muerte de cinco policías en Cosoleacaque, al sur de Veracruz.

Otro caso que estremeció a la opinión pública fue el granadazo frente al Acuario de Veracruz, que mató al padre de una familia e hirió a la esposa y sus dos hijos.

 

Uno más fue la tortura y muerte de tres ciudadanos inocentes, en la cercanías del aeropuerto El Lencero, en la zona conurbada Xalapa-Emiliano Zapata. Elementos de Seguridad Pública de Veracruz y del Ejército los abatieron sin causa, sin razón. El gobierno estatal justificó la acción haciendolos pasar por “sicarios”, lo que provocó una denuncia penal interpuesta por los familiares, hasta el momento congelada.

Semana con semana, Veracruz es escenario de violencia. Bandas del crimen organizado disputan el territorio, desatan balaceras, enfrentan al Ejército y la Marina y dejan la vida en su osado reto.

Tras los 35 muertos en Boca del Río, hubo un nuevo escándalo: otros 14 cadáveres arrojados en calles del puerto de Veracruz, versión no admitida por el gobernador Duarte de Ochoa. Seguirían otros 32, aparecidos en tres casas de seguridad. Y tres en San Julián; 12 de nuevo en el puerto jarocho. Un centenar en sólo un mes.

Imprudente, también, Javier Duarte ha invocado la paz de los sepulcros como el “mensaje claro” a los sicarios que optaron por la delincuencia. Más tardaría en afirmar esa tesis en el twitter de sus amores, que cazar la idea de los matazetas con los grupos de exterminio, la guerra sucia, los escuadrones de la muerte.

Traumática, es esa la realidad de la que el gobernador no quisiera que se informara. Hay cosas mejores, dice, como la inversión, el crecimiento económico, la infraestructura, el desarrollo. Le faltó citar el Festival de la Salsa, en Boca del Río; Hay Festival, en Xalapa; carnavales en toda la entidad; la fiesta de la Candelaria en Tlacotalpan, con Carlos Salinas de Gortari como invitado especial; la hermandad entre Toluca y Xalapa, que suscribieron Enrique Peña Nieto y Javier Duarte.

Dirigido su reclamo a la prensa estatal, el destinatario final de la ira del gobernador Duarte son los medios nacionales. Sacudido por sus criticas, don Javier ha leído y escuchado lo inimaginable, un concierto de adjetivos que él resume en una “campaña nacional”, que su prensa leal clasifica como “campaña negra”.

Del período violento veracruzano, preguntó Ciro Gómez Leyva, en Milenio: “¿Quién tiró los 35 cadáveres en Veracruz?”; “La tentación de salir a matar y exterminar a los malos”, y “¿Eso es el exterminio de los ‘hijos de puta’?”.

Proceso, la revista más influyente en el medio político, destacó la lucha entre narcos por el posicionamiento en el territorio veracruzano, cuya edición fue adquirida en su totalidad presumiblemente por el gobierno de Veracruz. La respuesta fue una profusa circulación en internet.

Joaquín López Dóriga, de Televisa y Milenio, habló del “cogobierno de los narcos”; los escuadrones de la muerte en un sólo frente; el sainete protagonizado por el ex procurador Reynaldo Escobar, que atribuyó vínculos con el crimen organizado a los 35 muertos de Boca del Río, sin que fuera cierto, o la existencia de grupos paramilitares en Veracruz, no negada por el gobernador Duarte.

Francisco Cárdenas Cruz, autor de Pulso Político, le dedicó dos semanas al trompicado gobernador Javier Duarte. Precisó que mientras el crimen va al alza, el mandatario pretendía sembrar la idea de que en Veracruz “no pasa nada”; destacó el video de los Matazetas en que acusaban al ex gobernador Fidel Herrera, padrino del gobernador Duarte, de ser el Z-1 y haber apoyado a ese cártel para cometer secuestros, extorsiones y crímenes. Avizoró “otro narcodesafío” en Veracruz.

Carlos Loret de Mola, de Televisa y Radiofórmula, fue categórico: “el gobernador quiere esconder los cadáveres”, salpicado con un incidente en que Duarte manoteó y se encaró con reporteros durante el encuentro de procuradores, en Boca del Río.

Decenas de columnistas más —Ricardo Rocha, Ricardo Alemán, Denise Maerker, José Cárdenas, Raymundo Rivapalacio, entre otros— lanzaron dardos puntillosos sobre el débil gobierno veracruzano, rebasado por la violencia.
No es, como supone el gobernador Duarte, una “campaña negra” contra Veracruz. Veracruz es más, mucho más, que el duartismo y la fidelidad.

Es la crítica a un gobierno ineficiente, cómplice del intocable régimen fidelista, donde se halla el origen del fortalecimiento del crimen organizado, la construcción del santuario Zeta.
Por si algo faltara, Duarte ha incurrido en un nuevo error. Haber deslizado abiertamente la idea de una conjura de medios capitalinos contra su gobierno, quizá un “trasfondo político”, habrá de tensar la relación con la prensa nacional, que en cuestión de horas lo proyectó al peor de los escenarios.

Que alguien le hable al oído. Que alguien lo saque del error.
 
Archivo muerto
Fanático de las broncas, Marcos Theurel se desliza en el tobogán de la crisis financiera. Dos semanas atrás, el alcalde de Coatzacoalcos externó a su cabildo un punto extremadamente grave: no hay dinero para aguinaldos, para liquidar cuentas a proveedores y para saldar pasivos laborales. Propuso y obtuvo la aprobación unánime del síndico y regidores para gestionar 36 millones 400 mil pesos de la Secretaría de Finanzas y Planeación del gobierno de Veracruz, mediante un crédito puente con BANOBRAS. Esa cantidad le será descontada a Coatzacoalcos de las participaciones federales del Fondo de Infraestructura Social Municipal correspondientes al año 2012. O sea, a Theurel no le bastaron los 350 millones que le aprobó el Congreso de Veracruz y que contrará con BANOBRAS. Va por más. Argumenta que no hay dinero y que la triste Navidad está por llegar. Coatzacoalcos iniciará 2012 con un recorte de más de 36 millones de pesos. Lo que no dice, en cambio, es que el blindaje de la camioneta oficial de la presidencia municipal, una Expedition color blanco, costó 650 mil pesos más IVA, pagada con recursos municipales. Tampoco cuenta que amigos, allegados, ex colaboradores de su suegra, la ex alcaldesa de Minatitlán, Guadalupe Porras David, ocupan cargos de alto nivel, superbien pagados en el Ayuntamiento de Coatzacoalcos. Otros más que se han integrado a la nómina son recomendados del director jurídico municipal, Benito Argüelles Calzada, abogado personal del alcalde. Theurel ha derrochado en circo para el pueblo, incumple con la rendición de cuentas, dilapida dinero en caprichos edilicios y maiz para sus regidores. Pero eso sí, no tiene para aguinaldos…

 

Por las venas de Pinky y Cerebro no corre sangre sino mala leche. Pulgoso Lagunes y Chagra urdieron la trastada de filtrar la denuncia penal que pesa sobre Tony Macías, suegro del gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, por la disputa de un predio que el dirigente perredista Rafael Carvajal Rosado reclama como suyo sobre lo que hoy se asienta el Parque Tecnológico Puerto México. Chagra ideó el golpe y Pinky se encargó de espacirlo entre la prensa, incluido el requirimiento que le hizo la Procuraduría General de la República al suegro incómodo del duartismo. Mala leche de Cerebro y su ratón idiota. En respuesta, pronto se sabrá cuántos millones tuvo que devolver el gobierno estatal a la Federación —dicen que casi cien— por la asignación ilegal de obras carreteras, que Chagra manejó como negocio personal…

 

¿Quién es ese diputado a quien le gustan las niñas, 26 años bien corridos, altas, espigadas, tez blanca? ¿Qué pensaría su esposa, ahora candidateada para dirigir una asociación civil?...

 

Buena puntada del gobernador Javier Duarte: tras su primer informe de labores, el 15 de noviembre, solicitará la renuncia de todos los secretarios de despacho y funcionarios de alto nivel. Confirmará a quienes continuarán en sus cargos, y aceptará las dimisiones de aquellos con quienes habrá cumplido su compromiso político. No será una evaluación por desempeño. Si así fuera, el primero en salir del gobierno de Veracruz sería Javier Duarte…
 
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