Policía se suicidó en el aniversario luctuoso de su hija

El cabo de año de la joven Dulce María Cruz Guzmán se convirtió en el velorio de su padre Edén Cruz Almeida, elemento de Seguridad Pública del Estado, quien al calor de unas copas le sobrevinieron los recuerdos, cayó en depresión, discutió con su pareja y finalmente decidió “alcanzar a su hija” quitándose la vida con una soga que amarró a su cuello para colgarse de la rama de un árbol.

Siete horas después de suicidarse, autoridades ministeriales desamarraron el cuerpo del policía estatal ante la mirada atónita de sus demás hijos y familiares, quienes nuevamente se veían envueltos en una terrible tragedia, en hechos ocurridos ayer por la madrugada en el poblado del Kilómetro 17 (Acalapa II), situado en los límites de Las Choapas y Moloacán.  

El occiso contaba con 38 años de edad, trabajaba desde hace unos 10 años en Seguridad Pública del Estado; su base era Las Choapas, Región XII, pero actualmente se encontraba destacamentado en la delegación de Acayucan; sin embargo, al conmemorarse este 24 de octubre el primer año del fallecimiento de su hija, pidió permiso para estar presente en el rezo.

Las investigaciones arrojaron que el agente policiaco comenzó a ingerir bebidas alcohólicas desde la tarde anterior y continuó en la noche hasta sostener una discusión con su esposa, después, todos se acostaron a dormir y él se quedó despierto tomándose otras cervezas; se sospecha que entre las dos y tres de la madrugada se suicidó. 

Ayer, alrededor de las ocho de la mañana cuando su otra hija salió al patio para sacar agua de un pozo artesiano, descubrió la dantesca escena de su padre que colgaba de una cuerda.

En medio de gritos y llantos de dolor, sus familiares corrieron hacia él pero ya no había nada que hacer, evitaron descolgar el cuerpo para que las autoridades ministeriales dieran fe del suicidio. 

A los pocos minutos llegaron policías de Las Choapas y Moloacán para corroborar el reporte, toda vez que dicho poblado está en los límites de ambas localidades y existía confrontación sobre a qué fiscalía le correspondía levantar el cadáver.

El cuerpo del agente policiaco se encontraba como si estuviera sentado en el suelo, sin camisa, con un pantalón de mezclilla y descalzo.

Las autoridades de servicios periciales no hallaron ninguna carta póstuma junto al cuerpo de la víctima, pero existen los indicios de que su determinación fue impulsada por el alcohol, aunque ya de origen había una depresión por la pérdida de su hija, quien al momento de envenenarse contaba con 16 años de edad.

Justo cuando servicios periciales y policías ministeriales realizaban las diligencias para levantar su cuerpo, caía una fuerte lluvia; sus familiares lloraban la tragedia, los vecinos del poblado, consternados, pedían por la pronta resignación y fortaleza de quienes adolecen por su partida.

La muerte de la joven

Dulce María Cruz Guzmán contaba con 16 años, estudiaba la preparatoria y vivía en el domicilio donde ayer volvió a ocurrir una tragedia. 24 de octubre de 2015, fecha que jamás olvidarán sus familiares. Una simple discusión con su mamá, Juana Guzmán, llevó a la jovencita a encerrarse en su cuarto y tomar el potente insecticida “Furadan”.

Era un sábado, alrededor de las 18:30 horas cuando la joven se molestó y discutió con su mamá porque no encontró sus gelatinas en el refrigerador, sus hermanas se las comieron sin ningún dolo, pero esto bastó para que Dulce María le reprochara algunas cosas que ocurrían en casa. Posteriormente se fue a su cuarto y pasaron varios minutos cuando volvió a salir y se dirigió hacia donde estaba su mamá para pedirle perdón y a la vez decirle que se sentía muy mal.

“Me siento muy mal mamá, no aguanto, me siento mal”, decía la jovencita al tiempo que se apretaba su estómago con sus manos. Ella le preguntó por qué se sentía mal y le respondió que había tomado “Furadan”, esto puso bastante preocupada a su madre quien en seguida tomó un taxi y la trasladó al hospital de Las Choapas.

Al nosocomio ingresó a las 19:18 horas en estado grave de salud y a las 20:05 horas, es decir a 45 minutos después, dejó de existir, toda vez que el insecticida le dañó el organismo a tal grado que fue imposible para los médicos salvarle la vida.  ​