Ya no es el ‘american dream’; migrantes prefieren México

​Parados sobre un viejo tope a unos pasos del puente “Abulón”, sus rostros morenos, aún más curtidos por el Sol, y el tono de sus voces evidencian su origen y su condición: son migrantes centroamericanos que dejan sus países huyendo de los grupos criminales y de las crisis económicas.

Jorge Moreira Sandoval tiene 30 años de edad, dejó el departamento de Cortés, en Honduras, hace ya casi dos meses, en donde quedaron su esposa y sus tres hijos, menores de 3 años; incluso, a uno de ellos ni siquiera lo conoce: partió antes de que naciera. Sobre su país, comenta que le gustan las ‘paleadas’, platillo típico a base de tortillas de harina, frijol, manteca y huevos.

El hombre cuenta que alcanzó a estudiar hasta la preparatoria industrial con la especialidad en electricidad, pero en su natal Honduras no sólo no hay trabajo, sino que abunda la violencia: “Los maras se meten a las casas, las invaden, lastiman a la gente”, relata, sin querer —al mismo tiempo— acordarse de ello.

Jorge va acompañado de Víctor Mauricio Álvarez, quien es todo lo contrario al primero: delgado, casi minúsculo, de alegre voz y carácter y un acento más marcado. Víctor es oriundo de Colón, Honduras, y tiene 2 hijos, uno de 10 y otro de 6 años de edad.

Ambos migrantes, como los antiguos navegantes, sólo se dirigen a un punto guiados por los aspectos más básicos de la geografía: sólo siguen el norte. No tienen claro a dónde exactamente quieren llegar, pero lo que sí comentan, es que no buscan alcanzar Estados Unidos, para ellos no hay ‘american dream’.

De acuerdo con las versiones de migrantes que han pasado por Agua Dulce en el último año, no todos quieren llegar hasta Estados Unidos, sino que pretenden encontrar trabajo en México, pues no sólo el idioma, la comida y la cultura comparten rasgos, sino que encuentran más calidez entre los mexicanos y menos discriminación.

Si bien los migrantes sufren el golpe de los grupos criminales en la región para poder continuar su camino, la vida diaria, comentan, es más segura en México, pues en los meses precedentes con la postulación de Donald Trump como candidato en el país vecino, los casos de discriminación y odio racial se han incrementado hacia los migrantes.

“Quizá primero busquemos trabajo en México, que en Estados Unidos”, relatan los hondureños, quienes aseguran que la situación en su país es tan grave como para atreverse a hacer el viaje, por el cual, no les gustaría que sus hijos pasaran; al menos no como ilegales.

“Me gustaría ver cómo puede venir mi esposa después, pero con papeles; no me gustaría arriesgar a mis hijos”; comenta Jorge Moreira. Por su parte, Víctor agrega que eligieron pasar por Agua Dulce antes que por Las Choapas, pues las noticias de la violencia e inseguridad en ese municipio ha corrido entre las voces de los migrantes.

“Hay veces que no comemos y que qué hacemos, pues nos aguantamos, no hay de otra”, concluyen. Víctor y Jorge se quedaron apenas un día en Agua Dulce, lo necesario para juntar unos pesos y seguir hacia el norte, con la esperanza de encontrar en el camino un trabajo, un techo, un poco de comida, en lo que hora es el ‘sueño mexicano’ para los migrantes.​