Revelan modus operandis de policías estatal que levantaban y asesinaban a jóvenes “por encargo”.
Revelan modus operandis de policías estatal que levantaban y asesinaban a jóvenes “por encargo”.
El martes 7 de enero de 2014, entre las 15:00 y las 16:30 horas, siete elementos de la Policía Estatal de Arturo Bermúdez Zurita llegaron al departamento ubicado en el 124 de la avenida Ferrocarril Interoceánico, en esta capital. Ese sitio quedó asentado como el último donde se vio a tres jóvenes: días después dos de ellos fueron encontrados muertos. Un tercero está desaparecido desde entonces.
Uno de los jóvenes era Gibrán Martíz Díaz, participante del programa “La Voz México”, quien apenas un día antes había llegado a vivir en ese sitio, con sus dos amigos, sin saber que sus horas estaban contadas.
Y parte de esas últimas horas estuvieron en manos de Felipe de Jesús López Domínguez, Manuel Ortiz Alarcón, José Luis Pérez Vela, Iván Cortés Espíritu, Mauricio Ramírez Santiago y Abel Bravo Martínez, todos adscritos a la Secretaría de Seguridad Pública.
Los efectivos se apersonaron en el domicilio a bordo de las patrullas 20-1778, 20-1944 y 20-2107; en la primera iban Ramírez Santiago y Bravo Martínez; en la segunda iban López Domínguez y Ortiz Alarcón. En la última llegaron Pérez Vela y Cortés Espíritu.
Los elementos habían detenido minutos antes a Gibrán Martíz, a José Eduardo de la Cruz Caballero –desaparecido actualmente- y a un menor identificado como S.L.M.H.
Al cantante y al menor los traían en la patrulla 20-1944; a José Eduardo, lo metieron a un vehículo gris, usado por ellos, y fue trasladado por el policía Uriel Pérez Pérez.
Una vez afuera del inmueble, ubicado a unos metros del Congreso del Estado y del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), se bajaron de las patrullas todos los elementos, a excepción de Manuel Ortiz Alarcón, quien permaneció en la unidad 20-1944, resguardando a Gibrán y al menor, y pendiente del radio.
Al mismo tiempo, el policía Felipe de Jesús López Domínguez se acercó a la puerta del asiento del copiloto del vehículo gris, en donde se encontraba José Eduardo de la Cruz y lo bajó esposado, tomándolo del brazo y solicitándole las llaves del departamento.
José Eduardo las entregó y el policía abrió y se metió; detrás de él entraron el jovencito, aun esposado, y otro elemento, Uriel Pérez Pérez. En el interior del departamento, tardaron alrededor de 10 minutos.
Afuera, los otros cuatro policías mostrando sus armas, resguardaban la zona.
Al salir del departamento, Felipe de Jesús Domínguez volvió a subir a José Eduardo al vehículo gris de su propiedad. Nuevamente el elemento Uriel Pérez Pérez tomó el volante. Se encaminó con rumbo desconocido. Desde ese día nada se sabe del jovencito.
Así operaban los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Arturo Bermúdez, hoy preso en el penal de Pacho Viejo por enriquecimiento ilícito, para desaparecer personas por encargo, pues no existe un solo indicio que ligue a los jóvenes con el hampa.
De la suerte de Gibrán y el menor de edad, habrían noticias 12 días después del levantón, cuando la entonces Procuraduría General de Justicia y la SSP informaron de un operativo en la carretera Huatusco-Conejos donde presuntamente un grupo criminal atacó a los elementos que repelieron la agresión, encontrando los cuerpos de los chicos, de quienes se dijo, murieron a manos de los delincuentes, aun cuando habían sido privados de su libertad por elementos de la Policía Estatal.
De acuerdo con los reportes que tiene en su poder la Fiscalía General del Estado (FGE), que este lunes y madrugada del martes logró la captura de tres de esos policías, hay elementos suficientes para presumir la comisión del delito de desaparición forzada y asesinato en el que participaron los “acreditables”. Ahora, la FGE espera conocer a quién obedecieron para actuar como lo hicieron.