La venta de estas aves no está regulada y los operativos pocas veces tienen éxito, por lo que los vendedores operan impunemente.
La venta de estas aves no está regulada y los operativos pocas veces tienen éxito, por lo que los vendedores operan impunemente.
Vendedores de aves exóticas operan sobre la carretera Costera del Golfo, en los primeros kilómetros que pertenecen a Tabasco, sin que las autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (PROFEPA) haya podido encontrarlos, debido a que cuando se realizan operativos son descubiertos por los vendedores y se escabullen para evitar ser intervenidos.
La directora de Ecología y Medio Ambiente, Claudia Alejandro Santos Martínez, lamentó que aunque sí se han realizado visitas de agentes federales, las personas que clandestinamente ofrecen aves en la carretera de alguna forma los divisan y durante esa jornada evitan el lugar.
Puesto que se trata de una de las áreas a nivel federal que menos recursos reciben y la delegación más cercana que opera no es la de Coatzacoalcos –en donde no hay personal— sino la de Xalapa, los operativos se realizan de forma irregular y escasa.
Las aves están amarradas de una de las patas a un palo de madera, lucen desaliñadas y desnutridas y se ofrecen por 650 y 800 pesos en ambos carriles de la carretera federal 180; esto sucede a menos de 300 metros de un retén de soldados y de un punto de inspección fitozoosanitaria de instancias federales.
Estos ejemplares son capturados de estados como Chiapas, Tabasco y Oaxaca, algunas de las cuales se ofrecen como cotorros de ‘cabeza amarilla’, aunque muchas veces sólo son pintados para venderse a precio más alto.
Los pericos deben soportar las intensas temperaturas durante extenuantes jornadas, muchas veces sin agua ni alimento, lo que las somete a una gran cantidad de estrés y pone en riesgo sus vidas, de tal forma que una buena tasa de estos animales fallece por tales condiciones.