Los terremotos que sacudieron a México

​Septiembre de 2017 es un mes que difícilmente se olvidará en el reciente imaginario mexicano pues el país fue azotado, con casi diez días de diferencia, por dos terremotos: el primero, antes de la medianoche del 8 de septiembre, de 8.2 grados Richter y con epicentro frente a las costas de Oaxaca, que dejó daños en Oaxaca y Chiapas, sobre todo, además de afectaciones en Veracruz y Tabasco; el segundo, el 19 de septiembre, poco después de las 13:00 horas, de 7.1 grados, con epicentro en Puebla y a menos de 150 kilómetros de la Ciudad de México, el cual generó daños en la capital, Puebla, Morelos, Estado de México y Guerrero, sobre todo.

El origen de los sismos

El territorio de México está situado en una zona conocida como “Cinturón de Fuego del Pacífico”, de ahí la intensa actividad sísmica y volcánica en el país.

En el Cinturón de Fuego del Pacífico tienen lugar el 90% de todos los sismos del mundo y el 80% de los terremotos más grandes. Por eso, entre estos dos terremotos, la proximidad en la fecha, y que del primero de magnitud 7.1 siga a uno de 8.1 no es un patrón inusual.

El terremoto de hace dos semanas, de magnitud 8.2, tuvo su epicentro 137 kilómetros al suroeste de Tonalá, Chiapas, mientras que el del 19 de septiembre ocurrió a 650 kilómetros del epicentro del primero. 

El origen de esta sismicidad se debe al contacto convergente entre dos importantes placas tectónicas: la placa de Cocos y la placa del Caribe, explican expertos. Tanto el terremoto del 7 de septiembre como el del 19 ocurrieron cuando la placa Cocos, sobre la que está el océano Pacífico, se deslizó por debajo de la placa Norteamericana, plataforma de la mayor parte de la superficie de México.

Los daños

El sismo que afectó a Chiapas y Oaxaca es el “mayor registrado” en los últimos 100 años, según el gobierno y hasta el momento ha generado miles de réplicas. En cuanto a daños, se estiman más de 40 mil casas con afectaciones y cerca de un millón 479 mil 575 personas damnificadas. Sobre el número de personas que fallecieron, en Oaxaca se registraron 76 decesos, en Chiapas 15 y en Tabasco 4, lo que hace un total de 96 víctimas.

Tonalá, Cintalapa, Parral, Venustiano Carranza, Acapetahua, Emiliano Zapata, Tuxtla Gutiérrez, San Lucas, Tapachula, Suchiate, Villa Mazatán, Pijijiapan, Comitán, Acala, Villa Corzo, Totolapa y Chiapilla son los municipios con más afectaciones en Chiapas y Oaxaca.

En cuanto al terremoto en el centro del país, el número de muertos hasta ahora se ubica en 273 aproximadamente, aunque las labores de rescate y recuperación de cuerpos continúa. 137 son de la Ciudad de México, 73 de Morelos, 43 de Puebla, 13 del Estado de México, 6 de Guerrero, y 1 de Oaxaca. 

Además de ser la Ciudad de México el lugar con más víctimas fatales, hay 800 heridos y 39 edificios completamente caídos; a esos 39 edificios dañados se suman 500 o 600 inmuebles que habrá que revisar para ver sus daños. 

Las diferencias

El terremoto de la Ciudad de México ocurrió exactamente el día que se conmemoraba el 32 aniversario del terremoto de 1985. Aunque el terremoto del día 7 de septiembre desprendió 30 veces más energía que del 19 de septiembre, pero la magnitud no lo es todo en estos casos, pues la cercanía con la Ciudad de México fue decisiva para magnificar las afectaciones. Hasta el 21 de septiembre,  del sismo de Oaxaca van 3831 réplicas, la mayor de magnitud 6.1, mientras que del sismo de México han ocurrido 34 réplicas, la mayor de magnitud 4.0.

También las diferencias entre el terremoto del 85’ y el de hace unos días son amplias: el de 1985 fue alrededor de las 7:19 horas de la mañana, mientras que de este martes ocurrió a las 13:14 horas de la tarde; el del 85’ tuvo epicentro fue en el Océano Pacífico, entre los estados de Michoacán y Guerrero, mientras que este fue a 120 kilómetros de la Ciudad de México, entre Puebla y Morelos; en el primero de ellos, la cifra de muertos fue alrededor de 10,000 y en el actual van poco menos de 300 víctimas; la escala Richter del de 1985 fue de 8. y el de 2017 fue de 7.1 grados, es decir, que este fue 10 veces menos fuerte que el de hace 32 años, de ahí que las afectaciones a la Ciudad de México fuera menores que antes.

Desde el terremoto de 1985 se estableció en el país un sistema de protección civil particularmente intensivo en las escuelas de educación básica y se realizan simulacros con frecuencia en todas las instalaciones públicas del país. Eso incluye, cada año, un macro simulacro en la capital donde la Alerta Sísmica se activa por unos segundos.

Las reacciones

Uno de los primeros líderes internacionales en reaccionar al terremoto fue el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien envió su apoyo al pueblo mexicano. “Dios bendiga al pueblo de la Ciudad de México. Estamos con ustedes y estaremos allí para ustedes”, dijo a través de Twitter, al poco tiempo de conocerse la catástrofe.

Aunque ambos sismos dejaron daños materiales y pérdida de vidas humanas, la sociedad mexicana se organizó con voluntarios, rescatistas y la sociedad civil que donó víveres para apoyar a los afectados, lo que se convirtió en imágenes de esperanza, apoyo y solidaridad entre los mexicanos aún frente a la tragedia.