“Nuestra indignación es contra el gobierno federal, que no está protegiendo a las brigadas de ayuda. Ellos no están ayudando”, dijo Carlos Arvizú, ministrador de la fundación católica Papa Francisco Pro Felicitas A. C.
“Nuestra indignación es contra el gobierno federal, que no está protegiendo a las brigadas de ayuda. Ellos no están ayudando”, dijo Carlos Arvizú, ministrador de la fundación católica Papa Francisco Pro Felicitas A. C.
Esta mañana la Arquidiócesis de México afirmó a medios nacionales de que un grupo de jóvenes voluntarios católicos fueron asaltados por sujetos armados cuando acudían a llevar víveres a los afectados por el terremoto de Oaxaca, ocurrido el pasado 7 de septiembre.
Según el periódico Reforma y La Jornada, las victimas acudían en camionetas Pick Up, cuando fueron interceptados por un grupo de hombres, quienes luego de balearlos y robarles el contenido de las camionetas, violaron a una de las jóvenes voluntarias.
Según el reporte, el botín fue de al menos 40 mil pesos, además de teléfonos celulares y objetos de valor, cabe destacar que el dinero sería utilizado para comprar más ayuda para las personas afectadas, esto con el fin de activar un poco la economía local.
Carlos Arvizú, ministrador de la fundación católica Papa Francisco Pro Felicitas A. C., dijo que dos de los voluntarios fueron heridos de arma de fuego, uno de ellos resultó con algunas arterias perforadas por los disparos; el otro herido fue brutalmente golpeado y fue considerado como grave y al borde de la muerte.
“Estamos muy tristes, hemos llorado de impotencia, tanto por los jóvenes lesionados como por la joven violada; esperamos que ambos vivan; nos encontramos a la espera del reporte médico de estos jóvenes valientes”, indicó a el periódico La Jornada.
Prosiguió: "se desconoce si este acto tan atroz sea un asunto del crimen organizado o del propio gobierno, prefiere no decir a qué estado fueron trasladados estos voluntarios para ser hospitalizados.
De igual manera refiere que los voluntarios se han enterado de lo sucedido con estos jóvenes, y están desanimados por brindar ayuda.
“Nuestra indignación es contra el gobierno federal, que no está protegiendo a las brigadas de ayuda. Ellos no están ayudando, no trabajan ni llevan víveres, ni el presidente de la República ni los gobernadores de los estados; se han limitado a llamar a la sociedad civil a que apoye, y la sociedad ha respondido sobradamente aún sin el llamado; pero el trabajo que a ellos les toca, el de brindar seguridad a quienes ayudan, es prácticamente nulo.