Expulsa a Martha y Adán de Playa Santa

​Martha y Adán, fueron expulsados del ejido Playa Santa. Su único pecado fue haber recibido a sus amistades para que conocieran las cascadas, visita que terminó en tragedia porque un grupo armado fusiló a tres de ellos.

Por acuerdo de asamblea ejidal, en Playa Santa, donde se rigen por usos y costumbres, ya no permitirán la permanencia de Adán Díaz Díaz y su esposa, Martha Elena Díaz Pérez, ya que fueron excomulgados desde el momento que ocurrió la masacre.

Adán tiene 36 años, y su esposa, Martha Elena 33, ambos son de esa comunidad serrana y están identificados como personas de trabajo, no tienen ningún antecedente delictivo, ellos por cuestiones del destino, durante la búsqueda de empleo llegaron a trabajar algún día para Renato Cruz Mil; ella como empleada doméstica y él como jornalero, por lo cual surgió una amistad.

No obstante, después la pareja regresó a su comunidad para seguir en labores de campo, por ello es que conocían al hoy extinto y decidieron recibirlo en Playa Santa, porque sabían que sólo iba por cuestiones de visita y trabajos de ocultismo, cuentan quienes conocen a dicha pareja de campesinos.

Sin embargo, de acuerdo con propios pobladores de Playa Santa, en la visita más reciente de PRESENCIA, dieron a conocer que Adán y Martha ya no podrán seguir en esa comunidad, “están excomulgados, aquí no los queremos”, por lo que tendrán que buscar otro lugar para conformar su hogar.

Actualmente, se desconoce el paradero de ellos, pues la última vez que se les vio buscaban un empleo en Las Choapas y pedirían posada con un familiar en una colonia de este municipio, ya que tras la masacre, ellos mismos quedaron aterrados ante la magnitud de lo ocurrido, pues también los habían encarcelado como supuestos cómplices de un secuestro que nunca existió.

Maestros piden garantías de seguridad 

Tras lamentar lo ocurrido en la comunidad de Playa Santa, donde se registró la muerte de tres personas el pasado 29 de abril, la Jefa del Sector Escolar número 21, Ruth Beatriz Roldán Cuevas, señaló que los maestros asignados a ese ejido están dispuestos a regresar a impartir clases a los niños, siempre y cuando se les garantice su seguridad, porque no se les puede poner en riesgo de ninguna manera.

El día lunes cuando ocurrieron los hechos sangrientos, un total de 13 maestros que atienden el telebachillerato y la secundaria de ese ejido fueron concentrados en sus respectivas supervisiones, por órdenes de Xalapa, posteriormente, les notificaron no regresar a Playa Santa por la situación de inseguridad y violencia.

Ante esta situación, unos 90 alumnos de todos los niveles educativos permanecen sin clases, incluso, también doctores abandonaron el poblado por la tensión que se vive luego de que fueran fusiladas tres personas inocentes a sangre fría en esa localidad, pues no cometieron ningún delito, únicamente habían acompañado a Renato Cruz Mil, ‘el Brujo’ a conocer las cascadas y a ser testigos de su ritual.

La profesora Ruth Beatriz Roldán Cuevas, jefa del Sector Escolar 21, manifestó que por seguridad de los maestros fue necesario que abandonaran la comunidad, toda vez que la tensión era demasiado fuerte y nadie tenía garantizada su integridad física, por lo que una vez que ya llegaron a sus respectivas superiores, desde la ciudad de Xalapa se les recomendó no regresar hasta que se les garantice que van a estar bien si vuelven.

Roldán Cuevas, mencionó que anoche u hoy por la mañana se resolvería en una reunión la situación de los docentes, porque lo que menos se quiere es exponer su integridad física, por ello tiene que buscarse la manera de entablar diálogo con los pobladores de Playa Santa a fin de que los maestros retornen con paz y tranquilidad.

Es importante mencionar que luego de que un grupo armado acabara con la vida de Renato Cruz Mil, Alberto de la Cruz Bocanegra y Edgar Gabriel Ramos López, dos días después llegó a Playa Santa un convoy compuesto por 18 vehículos artillados de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Policía Federal, todos integrantes de la Guardia Nacional, acompañados por Policías Municipales y Estatales de Las Choapas.

Cuando llegó el grupo de soldados y policías, regresó la tranquilidad para los pobladores de esa región, y por altavoz avisaron que ya podían regresar a sus casas, ya que por una supuesta amenaza de que llegaría un grupo armado, todos habían corrido a las montañas a refugiarse; únicamente algunos hombres montaron guardia toda la noche.

Se prevé que los militares se mantengan en esa región cuando menos un mes más, de acuerdo con reportes extraoficiales, mientras que la policía preventiva mantiene un grupo permanente igual en esa comunidad.