Equipos de perforación trabajan en un ambicioso proyecto de perforación a más de 7 mil metros, si resulta exitoso, se prevé un nuevo impulso de la industria petrolera en la localidad
Equipos de perforación trabajan en un ambicioso proyecto de perforación a más de 7 mil metros, si resulta exitoso, se prevé un nuevo impulso de la industria petrolera en la localidad
Hace varios años cuando se perforaron los primeros pozos del ahora denominado campo Rabasa, la industria petrolera local fue impulsada, aunque no suficiente como para reactivar la economía de esta ciudad; sin embargo ahora se desarrolla un proyecto que podría ser el inicio de una nueva etapa dorada de Pemex en Agua Dulce, un nuevo "boom" petrolero.
En terreno hidrómilo, en la zona donde se ubica el campo Rabasa, se está perforando el primer pozo terrestre que superará los 7 mil 500 metros de profundidad, con la meta de superar una gruesa capa de sal, gracias a las nuevas tecnologías.
Los pozos que actualmente producen en el Rabasa tienen una profundidad que no supera los 2 mil metros, con una producción que año con año decae y una proyección de rentabilidad en la producción de entre 5 y 8 años más, razón por la cual se ha invertido en trabajos de exploración.
Se cree que debajo de la capa de sal, entre los 2 mil y 3 mil metros de profundidad, existe un yacimiento de crudo prácticamente "virgen", el cual podría generar un volumen de crudo y gas que pondría a Agua Dulce en el mapa de las zonas con mayor producción a nivel nacional por muchísimos años.
Perforación compleja
La complejidad del proyecto radica en que antiguamente las barrenas de perforación al llegar a la mencionada capa de sal se atascaban, sin posibilidad de que pudieran ser retiradas y el pozo era cimentado y abandonado, generando pérdida de recursos humanos, económicos y tiempo.
Ahora se inicia la perforación con la introducción de tuberías de 30 pulgadas a 50 metros, tras un proceso de cimentación de las paredes, se procede a la colocación de tuberías de 20 pulgadas hasta llegar a los 800 metros, para después reducir a tuberías de 16 pulgadas hasta llegar a los mil 900 metros.
La beta de sal sería superada con tuberías de 13 pulgadas y 3/8 hasta llegar a los 3 mil 500 metros, con un agregado de tubería de 11 pulgadas 3/4 hasta alcanzar los 5 mil 300 metros de profundidad, tubería de 9 pulgadas y 5/8 será introducida hasta los 6 mil 700 metros y de 7 pulgadas hasta alcanzar la meta final de 7 mil 575 metros.
Una vez alcanzada dicha profundidad se podría establecer el éxito de la operación, de acuerdo a las estimaciones realizadas en estudios previos, se cree que este pozo podría producir crudo de alta calidad y aceite ligero, además de grandes volúmenes de gas.
Segunda época dorada
El denominado Pozo Rabasa 1001 exploratorio podría ser el primero de muchísimos más que se perforarían en esta región, lo cual además de generar empleo para los equipos de perforación de la ex paraestatal, se abrirían cientos de plazas laborales para la construcción de instalaciones de almacenamiento y distribución.
A este se le sumarían otros proyectos como el denominado Pozo Brillante, ubicado en los límites de Agua Dulce y Moloacán, así como el campo San Ramón donde se ha incrementado la presencia de trabajadores adscritos a la Sección 22 del sindicato petrolero.
Un nuevo yacimiento le permitiría al municipio hidrómilo tener una segunda época dorada, como la registrada en las décadas de los 70"s y 80"s, cuando la ciudad tuvo un repunte en todos los sectores y el dinero circulaba para beneficio de toda la población.