Acribillaron al ‘Toro’ del Cerro de Nanchital; perdonaron a testigos

El ganadero Magdaleno Monterd Tolentino, conocido como el ‘Toro’, del ejido San Pablo, perteneciente a la congregación Cerro de Nanchital, fue acribillado la mañana de este jueves, en un camino de terracería cuando regresaba a su rancho, tras haber ido a comprar un ganado.

Una mujer y dos adolescentes que lo acompañaban fueron testigos de la acción, afortunadamente, los ejecutores les perdonaron la vida, pero los obligaron a agacharse dentro de la camioneta mientras le daban muerte al comprador de ganado, quien era ampliamente conocido en esa región.

La emboscada

De acuerdo con testimonios recabados por PRESENCIA en el lugar de los hechos, Monterd Tolentino, de unos 45 años de edad, salió desde temprano hacia el ejido Francisco Villa, perteneciente al municipio de Minatitlán, donde realizó una transacción de ganado y subió los animales a una camioneta con la que emprendió su viaje de regreso a su rancho, ubicado en el camino que conduce al ejido Tronconada.

Sin embargo, apenas había avanzado un corto tramo de camino cuando decidió regresarse para hacer el cambio de los animales a una camioneta de mayor volumen, pues la otra era más chica y los semovientes no viajaban cómodos. Luego de hacer el cambio del ganado, ahora sí regresaba hacia su domicilio en una camioneta de redilas Ford, F-350 Super Duty, de cabina color rojo y redila negra.

Lo acompañaban dos jóvenes menores de edad y una mujer, que se presume era la persona con la que había hecho el trato de la compra-venta del ganado. 

En el tramo Francisco Villa-Cerro de Nanchital, cuando le faltaban entre cinco y ocho minutos para llegar al puente “Carlos Justino Sánchez”, que divide a Las Choapas con Minatitlán, en el Cerro de Nanchital, un grupo de hombres encapuchados ya lo esperaban y le bloquearon el paso.

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Perdonan a testigos

“Bájate hijo de tu…”, le habría ordenado uno de los sujetos portando un fusil AK-47 de los llamados “Cuerno de Chivo”, otros más también lo apuntaban y una vez que estuvo fuera de la unidad, hincado en el suelo, los demás tripulantes recibieron la orden de quedarse callados y agacharse. 

El ahora occiso habría suplicado por su vida, pero tras unas breves palabras del por qué “se le había llegado la hora”, abrieron fuego contra él.  Su muerte fue instantánea. 

Una vez que cometieron el asesinato del ganadero, los homicidas emprendieron la huida a bordo de camionetas con rumbo desconocido. El lugar pronto se llenó de curiosos de los ejidos aledaños, quienes dieron parte a las autoridades policiacas, pero tardaron cuando menos cuatro horas para realizar el levantamiento del cadáver.

Hasta el momento se desconoce el móvil de su asesinato y quiénes fueron los responsables del crimen. 

En el lugar, cerca del cuerpo de la víctima, fueron encontrados casquillos de armas calibre 9 milímetros y del 7.62 mm del AK-47. De igual forma se halló tirado un sombrero color negro con un listón blanco en el que se leía: “El Perro Negro”.