Migrantes narran el asalto a punta de balazos sobre el ferrocarril

Sin una moneda en su bolsillo, temerosos, pálidos, con la ropa y los zapatos húmedos, un grupo de migrantes centroamericanos que, precisamente por falta de recursos van en busca de una mejor forma de vida hacia los Estados Unidos, vivieron el terror sobre los vagones del ferrocarril, este martes por la mañana, cuando dos sujetos y una mujer, armados, los despojaron de sus pertenencias.

“El dinero o se mueren”, fue la amenaza que soltó uno de los delincuentes mientras con un rifle los encañonaba; quienes no traían dinero eran lanzados al monte, entre el pantano, por eso varios de los centroamericanos llegaron a la colonia San José del Carmen, con sus calzados y sus pantalones mojados y manchados de lodo.

Para amedrentarlos, hicieron detonaciones al aire y otras hacia los lados, algunas esquirlas atravesaron las maletas de los migrantes. Extrañamente, los agentes de seguridad del ferrocarril, nunca aparecieron para hacerles frente a estos atacantes.

Estos hechos ocurrieron alrededor de las 9:15 de la mañana, cuando los indocumentados viajaban sobre el lomo de la ‘bestia’, repentinamente, se vieron amagados por dos sujetos que portaban rifles “caza venado”, decían los agraviados. Los malhechores exigieron que entregaran todo lo que llevaran de valor.

Las cantidades de dinero que les quitaron fueron diversas, 500 pesos, mil pesos, 200 pesos, “todito nos quitaron, barrieron parejo con todos, éramos bastante que veníamos en el tren. Algunos se tiraron al pantano por miedo, otros los tiraron los mismos delincuentes”, explicó Félix Antonio Ruiz, originario de Honduras.

Una mujer se encargó de revisar maletas y las bolsas de los pantalones por si escondían algo más de dinero, los dos sujetos con sus rifles los apuntaban y advertían que si hacían algo, les iban a disparar. 

Félix Antonio mostró los orificios que dejaron las esquirlas en su maleta, pues asegura que uno de los balazos casi da en su humanidad. “Gracias a Dios estamos bien, con hambre y todo mojado pero la virgencita chula y diosito me han de ayudar para seguir adelante”, se encomendó el migrante, padre de dos niños que dejó en su país natal, junto con su esposa.

Dijo que salió de Honduras hace 16 días, porque en su país viven una tremenda crisis e inseguridad, él decidió aventurarse a cruzar hasta los Estados Unidos, para ofrecerle una mejor forma de vida a su familia. “Si yo no tuviera esa plebe no me arriesgaría, pero tengo que mantener a mis hijos y mi esposa, por eso lo hago, para que estemos bien”, contó mientras exprimía el agua de su calzado, sentado en un riel de la vía del tren en San José del Carmen.

Al lugar llegaron elementos de la Policía Municipal, quienes cruzaron al otro lado del río, sobre la vía del ferrocarril, para buscar a los asaltantes; la Policía del Estado también arribó al lugar para recopilar datos de algunos de los agraviados que se quedaron varados mientras se aseaban o escurrían sus zapatos, los demás continuaron su viaje en la mole de acero.

​

La banda de asaltantes no fue ubicada entre los acahuales, pese a que la policía los buscó por todos lados. “Esos tienen sus rutas, conocen el terreno, saben dónde esconderse, y van a seguir haciéndolo”, espetó un agente policiaco. 

No es la primera vez que ocurre un asalto contra migrantes en esa zona, meses y años atrás, migrantes han sido víctimas no sólo de asaltos, sino también de abuso sexual y privación ilegal de la libertad.​