La situación económica apenas y permite sobrevivir a las familias, por lo que los hijos, al crecer, prefieren salir de casa y evitar repetir las dificultades de sembrar o criar ganado.
La situación económica apenas y permite sobrevivir a las familias, por lo que los hijos, al crecer, prefieren salir de casa y evitar repetir las dificultades de sembrar o criar ganado.
Cada vez es más difícil que jóvenes se interesen en el trabajo y desarrollo del campo en Las Choapas, de acuerdo con los mismos habitantes de la zona rural, quienes aseguran que dos factores contribuyen a que las nuevas generaciones no vean como prioritaria la vida agropecuaria: el encarecimiento de los insumos y la migración.
A decir de población choapense, la situación económica apenas y permite sobrevivir a las familias, por lo que los hijos e hijas, al crecer, prefieren salir de casa y evitar repetir las dificultades de sembrar o criar ganado.
El ciudadano Filemón Vega Hernández, del ejido Fernando López Arias, indicó que es más sencillo sembrar para consumir y no para vender, pues los apoyos del gobierno apenas y son suficientes, además que educación de las y los jóvenes ya no contempla la vida rural.
“Lleva mucho gasto, herbicidas y ya solo para el gasto sembramos, para no comprarlo al morral al hombro, mejor ahí andamos, sembramos para consumo personal, al menos tengo poquito menos de una hectárea para consumo personal, maíz blanco y maíz amarillo. Los jóvenes ya no quieren el campo, nomás andan con su celular y se van al ‘Norte’, ya no quieren saber nada del campo”, indicó.
Por su parte, el habitante del ejido López Arias, José González, indicó que las costumbres de las nuevas generaciones difieren de las necesidades del campo, además de que algunos incluso se rehúsan a aprender a trabajar las tierras de sus padres.
“La situación está crítica, desgraciadamente hemos visto a los jóvenes, ya se entretienen con el celular, los videos, los papás les compran motocicleta solo pasean, no quieren el campo, a muchos les llega el dinero de Sembrando Vida, pero los papás trabajan, los jóvenes ya no ayudan en el campo”, aseguró.
En Río Playas, Crescencio Espinosa Dorantes, indicó que para él y muchos otros, lo mejor es trabajar por el jornal diario, conocido como “jornalear”, ya que para trabajar las tierras necesita una fuerte inversión que no pueden permitirse.
“Está caro el abono, lo que se compra para trabajar la tierra, ahorita lo que es mejor es jornalear, trabajar al día, el sueldo de lo que se gana a la semana es lo que tenemos y podemos vivir, pero ya para vender la verdad es que no, no deja”, aseguró.
Por último, el joven Antonio Orozco, habitante de la comunidad de El Chichón, reconoció que para él es mejor “dedicarse a otra cosa”, ya que la situación del campo no permite encontrar lo que hallaría en otros lugares.
“Ya es falta de economía, algunos no quieren trabajar ahí, en lo personal me dedicaría a otra cosa, al campo ya no porque hay oportunidades mejores y la verdad no quiero estar ahí, mejor hay que estudiar”, dijo.
En Las Choapas, en este contexto, el apoyo para los ganaderos mediante el llamado “Crédito Ganadero a la Palabra” que buscaba apuntalar la cría de ganado no resultó como se esperaba, ya que los semovientes entregados por el Gobierno Federal no cumplían con los estándares y por ende, eran de mala calidad, lo que terminó en un crédito “de saco roto” para el campo.
Como ya lo dio a conocer PRESENCIA Sureste, una de las situaciones que orilló al fracaso del programa fueron los casos de irregularidades en estados como Veracruz y Oaxaca, donde Eduardo Cadena Cerón, secretario de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (SEDARPA), dijo que se tuvo reportes de animales que murieron después de ser entregados a los ganaderos, lo que además suma esta desconfianza al poco interés de las nuevas generaciones en dedicarse al desarrollo ganadero y agropecuario.