La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.

Roberto Morales Ayala

Zona Franca

Renato Tronco: El retrato de Dorian Gray

30/12/2011 01:51 a.m.
Enamorado de sí mismo, adorado por sus aduladores, vive en el autoengaño, sin envejecer gracias a un pacto macabro, mientras el retrato se envilece por sus pecados, sus abusos y sus atropellos.
 
No se sabe qué es peor: si oírlo mentir o verlo llorar, irritado por la crítica, disminuido por sus alardes demagógicos, el engaño en sus labios, cuestionado por muchos y superado, muy superado, por su adversa realidad.
 
Hipersensible, como la piel de las doncellas, Renato Tronco Gómez hizo de su informe de gobierno, el primero en su nueva alcaldía, este miércoles 28, un circo de maromas y reclamos y un alarde de éxitos que sólo existen en su imaginación, mientras Las Choapas, en sus manos, se sume en el atraso y mientras los choapenses le cuentan negocios al amparo del erario público y arbitrariedades a su estilo y proceder.
 
No podía esperarse menos de él. Su informe —o lo que se supone sería un informe de actividades— llenó expectativas a la altura de sus limitaciones y confirmó la estrechez de su alcance político. Vacío de logros, el alcalde echó mano del autoelogio para justificar un año perdido; se congratuló de calles que algún día habrá de pavimentar; eso sí, atacó, amenazó y reclamó al gobernador Javier Duarte de Ochoa, de quien dijo que no se le olvide que ganó con los votos de Renato; avizoró que si no él, un Tronco será diputado federal, en abierto reto al PRI y en alusión a financiar a la oposición; reveló que uno de sus caballos, que ha suscitado todo tipo de comentarios, se lo regaló el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, su enemigo primero y luego cómplice, y lo mejor de su repertorio: destinó 40 minutos para increpar a sus críticos.
Usó, como es costumbre en él, el ataque y la descalificación.
 
Refirió a PRESENCIA Sureste un falso conflicto por convenios publicitarios, que desde su perspectiva suponen no la compra de espacio sino la compra de la línea editorial —te pago para que no me pegues—, y retorció hechos y circunstancias, a modo con su socorrida línea difamatoria e inmoral.
 
“Ya le aguante siete años; tres de presidente, tres de diputado y uno más de presidente otra vez; ya le aguanté los reparos y aguantaré los que venga”, dijo en su papel de político de arrabal, lo que es.
 
Le faltó derramar una que otra lágrima. Quejido tras quejido, pujido tras pujido, parió un discurso de película satírica, burla política, una pieza de museo de cómo agredir a la prensa cuando la prensa evidencia y sustenta el abuso de quien ejerce el poder.
 
Ya entrado en años, presuntamente maduro, Renato Tronco es lamentablemente un adulto que llora, y que en el lloriqueo desafina.
 
Dechado de virtudes, no es. Pérfido, perdido, eso sí, con un crimen, el del ex regidor Alfredo Pérez Juárez, líder panista y crítico suyo en la primera alcaldía, asesinato del que no lo acusa PRESENCIA sino la Procuraduría de Justicia de Veracruz, y de cuya sospecha no se ha podido librar.
 
Sin embargo, pese a lo que es, Renato Tronco se ve a sí mismo diáfano y puro. Se vende honesto, íntegro, estampa de luchador social, virtuoso del poder; hombre de compromisos y promesas cumplidas; transformador, eso que ni qué, de Las Choapas y sus alrededores. Quién sabe quien quiera comprarlo, pero él se vende como lo que difícilmente será.
 
Así engatusa, claro está, a su corte de incautos, aplaudidores a sueldo unos, esclavos de su mezquindad y su medianía otros; mediocres a su medida, ilusos de su talla.
 
Renato Tronco es otro. Es un símil del personaje de la obra literaria El Retrato de Dorian Gray. Enamorado de sí mismo, adorado por sus aduladores, vive en el autoengaño, sin envejecer gracias a un pacto macabro, mientras el retrato se envilece por sus pecados, sus abusos y sus atropellos.
 
Insensible a los demás, Dorian Gray se transforma en un ser despreciable. Su retrato refleja lo peor del ser humano, la traición a sus principios, la irrefrenable ambición, el odio, los vicios y la degradación.
 
El otro retrato, el de Renato Tronco, es el que muestra la prensa crítica, entre ellos PRESENCIA. Es la imagen real, verdadera, del alcalde; la que sale a luz a diario, en páginas y tinta de periódico.
 
El retrato describe al Renato Tronco intolerante, pecaminoso, violador de la ley, negociante que no se detiene a meter mano en el presupuesto para otorgarle beneficios a la empresa familiar, la Unión de Ejidos 25 de Abril; que agravia, que insulta, que reprime sin condolerse de nadie.
 
Ese retrato es el que presenta a diario la prensa crítica, no un Dorian Gray afeminado como en la obra original del inglés Oscar Wilde, sino rufianesco, inescrupuloso, sátrapa y vil, es la imagen real, la del personaje vulnerable por sus errores, carente de la sensatez política que distingue al alcalde de Las Choapas.
 
Gústele o no a Renato Tronco, retratarlo como es, es la función de la prensa. Así es y así será.
 
Más aún, parafraseando al llorón de marras: “Ya lo aguantamos siete años; tres de presidente, tres de diputado y uno más de presidente otra vez; ya le aguantamos los reparos y aguantaremos los que vengan”.
Para eso estamos.
 
 

¿Te ha parecido interesante la columna?

Comentarios

Comparte
La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.