El alcalde de Las Choapas usa a la policía como brazo ejecutor. Reprime a la sociedad, la apalea, le roba y transgrede el orden constitucional. Ha implantado, quiérase o no, su Ley de Herodes.

 

Violencia y abuso de autoridad son dos signos que distinguen al alcalde de Las Choapas, Renato Tronco Gómez, cuya gestión ha sido marcada por una constante de represión y atropello contra la sociedad.

 

El ultimo capítulo de esta cadena de agravios sociales ocurrió hace apenas un par de días. Integrantes del movimiento Resistencia Civil, que protestaban contra la Comisión Federal de Electricidad el cobro excesivo de tarifas de luz, fueron apaleados por la policía municipal en un condenable abuso de autoridad.

 

Llegaron al palacio municipal en son de protesta, su derecho a la manifestación, pero también en la búsqueda de una intermediación por parte del ayuntamiento para lograr la intervención del gobierno de Veracruz. Pretendían ser escuchados y también a ser representados por una instancia de nivel en el conflicto con la CFE.

 

Ese momento fue una estampa del desgobierno, del gobierno arbitrario, abusivo, de Renato Tronco. Lejos de hacerse voz de la ciudadanía, se convirtió en su verdugo.

 

Objeto de provocación, incitados a responder a arengas tales como “vamos a darles en la madre”, el grupo de manifestantes recibían empujones con el escudo de plástico de los elementos policíacos. Luego ocurriría la agresión con garrotes y macanas.

Instantes después, una grúa encadenó el vehículo en que se hallaba el equipo de sonido con intención de retirarlo del lugar.

 

Los integrantes de Resistencia Civil contra CFE lo rodearon para impedir que fuera movido. En ese momento los policías los rociaron con gas y comenzaron la garrotiza contra hombres y mujeres, algunos de la tercera edad.

 

De no ser por la intervención del síndico Sergio Guzmán Pérez, el caso hubiera tocado los límites de la tragedia. Intervino Seguridad pública del Estado para frenar la agresión de los policías municipales, quienes sólo se limitaban a expresar que recibían “órdenes superiores”. Decenas de ciudadanos pararon en el hospital, golpeados y robados, pues sus carteras y teléfonos celulares, con los que grababan el abuso policíaco, fueron sustraídos por los uniformados.

 

Horas después llegó a Las Choapas la activista de origen francés, nacionalizada mexicana, Verónica Mounier, quien encabeza a los grupos de resistencia en diversos municipios del sur de Veracruz. Poco a poco se sumaban otras agrupaciones llegadas de toda la región.

 

Lo insólito de este zafarrancho es que los manifestantes buscaban la intervención del gobierno del alcalde Tronco y terminaron apaleados precisamente por la policía del alcalde Tronco.

 

Nota nacional, información en Proceso, El Universal, Excélsior, La Jornada, la represión ciudadana puso a Renato Tronco, una vez más, en el banquillo de los acusados. Autoritario, prepotente, su conducta es la del político llegado al poder a golpe de marro, cazado con la idea de que las alcaldías se compran y a los gobernantes se les renta.

 

No es éste el primer abuso policíaco y, obviamente, no será el último. Renato y su hermano Miguel tienen para esto y para más. Entiende el poder para imponer, y la ley para atropellar.

Desde hace un año, Las Choapas ha incrementado su cuota de represión.

 

El líder ganadero Marcos Carrillo Coll fue golpeado y encarcelado por negarse ser infraccionado; jóvenes que asistían a un antro y que filmaban cuando la policía realizaba una detención, pararon en la cárcel, con huellas de tortura; ciudadanos han sido agredidos por negarse a detener su vehículo en una revisión policíaca, además de reventarles, a balazos, los neumáticos; un albañil fue brutalmente golpeado, presentando fracturas en clávicula y costillas, luego que se le detuvo bajo cargos de lesiones a su esposa; un ganadero fue golpeado por los uniformados luego de discutir con personal de la Unión de Ejidos 25 de Abril, la empresa del alcalde Renato Tronco; una madre de familia fue encarcelada y multada con 600 pesos por “parecer sospechosa” mientras el taxi en que viajaba fue objeto de una revisión de rutina; en cambio, delincuentes son encubiertos por la policía municipal, pese a señalamientos de vecinos, y ciudadanos sufren allanamientos en sus domicilios, so pretexto de que los elementos policíacos persiguen a transgresores del orden. La policía de Renato Tronco enfrenta por lo menos 12 denuncias penales por abuso de autoridad, lesiones y robo.

 

No es la policía un instrumento para hacer respetar la ley. Renato Tronco y sus hermanos la usan para violarla. Por ejemplo, el 15 de abril de 2011, Miguel Tronco Gómez encabezó un operativo en el que participó medio centenar de policías para rescatar maquinaria de la Unión de Ejidos 25 de Abril que se hallaba retenida por campesinos de los ejidos 5 de Mayo y Ricardo Flores Magón como medida de presión para que la empresa contratista encargada de la rehabilitación de un camino se comprometiera a emplear material de calidad.

El operativo fue peliculesco. Los policías aparecieron encapuchados y con bastones. Agredieron a los ejidatarios y les rociaron gas lacrimógeno.

 

Miguel Tronco Gómez, para colmo de los choapenses, es precandidato del Partido Movimiento Ciudadano a contender por la diputación federal en el distrito de Minatitlán, al que pertenece Las Choapas.

 

Encubierto por el gobierno de Veracruz, apadrinado por el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, Renato Tronco ha hecho de las suyas impunemente. Usa a la policía como brazo ejecutor. Reprime a la sociedad, la apalea, le roba y transgrede el orden constitucional. Ha implantado, quiérase o no, su Ley de Herodes.

 

Lo preocupante es el incremento del abuso de autoridad y lo que puede desencadenar. Tiene en su historial un crimen no aclarado, el del ex regidor panista Alfredo Pérez Juárez, por el que la Procuraduría de Veracruz le imputa la autoría intelectual, pero no actúa en su contra.

 

¿Habrá de ocurrir otro crimen para que se le aplique la ley?